jueves, enero 23, 2020

Metiendo mano: Carlos Zerpa y el Señor Conejo en CDMX


Metiendo mano: Carlos Zerpa y el Señor Conejo en CDMX

por Fedosy Santaella

Ahí está el Señor Conejo, al fondo de la Galería Metropolitana de la UAM. Quien sabe de dónde ha venido caminando. En la Roma no es raro que esté, la colonia ha visto de todo y ha sido de todo, desde un barrio de clase alta a principios del siglo XX, por allá por los tiempos finales del porfiriato, hasta el refugio de un par de dementes geniales como Jack Kerouac y Williams Burroughs. Acá, en un apartamento del 122 de la calle Monterrey, Burroughs jugó borracho a hacer de Guillermo Tell, le puso a su mujer un vaso en equilibrio sobre la cabeza, luego le disparó y la mató accidentalmente. Así que no tiene nada de particular que me digas que el Señor Conejo anduvo por la Roma Norte y luego se instaló al fondo de esta galería. Allá está, rodeado de treinta y siete trabajos del artista plástico Carlos Zerpa, que constituyen la exposición Metiendo mano. La cuenta es así: quince pinturas en gran formato, algunas de hasta cuatro metros, cuatro esculturas/ensamblajes, siete dibujos, acrílicos sobre papel, un video y una instalación, nada más y nada menos que el mismísimo Señor Conejo como campeón mundial de boxeo de la WBC.

¿Qué es meter mano?

Podríamos preguntarle al Señor Conejo. O quizás a Zerpa. Meter mano, nos dirá el Señor Conejo —o míster Zerpa— es ante todo un juego, el de los novios o los amantes, un gesto de gozo. Juegan al juego de meterse mano las parejas o los tríos (o más) mientras se besan. Se tocan, se acarician, se aprietan, se excitan, se ponen calientes. Meter mano tiene incluso mucho de acto subversivo, de desafío a la decencia social: los novios adolescentes se meten mano a escondidas, en el autobús, en la fiestita, en el cuarto dizque mientras estudian. Eso sí, el que mete mano agarra de todo. También, en los mercados municipales de Venezuela, los vendedores gritaban, «Meta la mano, meta la mano…», y tú hurgabas entre los productos, metías la mano a ver qué te llevabas.
Esto es lo que hace Carlos Zerpa con el arte: busca, encuentra (se apropia) del inabarcable espectro de la cultura popular, en su también inabarcable gama cromática, intensa y estallada, espacio abigarrado y fascinante donde cohabitan, según las necesidades expresivas de Zerpa, la lucha libre, las artes marciales, el boxeo, la moderna y la antigua cultura mexicana de la muerte, la salsa, el Avispón verde y el actor Danny Trejo. Zerpa, sí, mete mano, roba, recicla libros de artes marciales, carátulas de discos, etiquetas de frascos curativos, lotería mexicana, sellos de kárate, barajas españolas, imágenes de tatuajes, gozándolo todo, divirtiéndose en un juego artístico de maestro excepcional.
El Señor Conejo esa criatura enigmática de unos dos metros de altura, también se divierte. En esta oportunidad, Zerpa le ha puesto guantes de boxeo de dieciséis libras, unos pantaloncitos de muay thai y un cinturón de campeón en el que lucen los rostros de Saúl Álvarez “El Canelo” y Julio César Chávez.
En la entrada, dentro de una vitrina, descubrimos un tesoro: los “lujosos” machetes de boda de Danny Trejo, un par de cuchillos medianos forrados de bisutería que simulan perlas y otras gemas. El trabajo pertenece a algunos de los que Zerpa ha empezado a trabajar durante su reciente estadía en México, así como un círculo de trece panderetas blancas (compradas en mercado popular) con imágenes en negro de luchadores enmascarados tanto de México como de Venezuela, y el tambor lleno de calaveritas a manera de tzompantli (altar de antiguas culturas mesoamericanas donde se empalaban las cabezas de los cautivos sacrificados).
Algunos otros ejemplos del juego de la apropiación, del arte de meter mano, son la pintura inspirada en el logotipo de la famosa serie El avispón verde, que, por el lado de la pasión de Zerpa por las artes marciales, nos lleva a pensar en Bruce Lee, el famoso Kato, asistente y chofer del héroe elegante. También está la apropiación en el homenaje que hace el artista a la portada del disco Metiendo mano (1977), el primer disco juntos de Rubén Blandes y Willy Colón, donde Blades aparece como boxeador y Colón como su entrenador, alzándole la mano.
Pero la mirada no se resiste, y volvemos otra vez al Señor Conejo, parado allá al fondo, una especie de dios tutelar del universo Zerpa, mágico, surrealista y ultra realista este universo, atravesado de una narrativa de aventuras valientes, de héroes viriles, forzudos y equilibrados en el espíritu gracias a la disciplina del cuerpo, que es también la de la mente.
El homenaje, el kitsch y el apropiacionismo están presentes en esta exposición del venezolano Carlos Zerpa, quien lleva poco tiempo establecido en México, pero que, desde mucho antes, tiene fuertes lazos con el país que lo recibe. Su relación con México, tal como él mismo cuenta, es larga: “Mi infancia está marcada por México. Crecí con los suplementos de El charrito de oro, Memin Pinguin y Tawa. El primer rock and roll que escuché fue de grupos mexicanos, Los Teen Tops y Los Hooligans. El Santo el Enmascarado de Plata, Blue Demon, Rayo de Jalisco y Huracán Ramírez fueron mis héroes infantiles”.
Sin duda, el intercambio cultural entre México y Venezuela —o de México con el resto del mundo— siempre ha sido constante y vigoroso. El Señor Conejo, de hecho, habrá andado por la Roma en estos días, pero en realidad el Señor Conejo viene de Venezuela; así que, ya para cerrar, dejo esta anécdota. Así me la contó Carlos Zerpa.
“Ahora el conejo es mi pana”, comenta Zerpa hoy en día.
El conejo en cuestión era del famoso mago venezolano Henry, el Gran Henry. Una vez,  Zerpa pasó por la tienda del mago, que quedaba en Sabana Grande, y vio al conejo en la vitrina. Quiso comprarlo para incorporarlo a su exposición Espinas de Acero. Los hijos del mago, encargados de la tienda, no se lo quisieron vender porque era parte de la historia de su padre y un atractivo importante para el negocio. Zerpa insistió y finalmente se reunió con el mago. Le explicó el trabajo artístico que pensaba hacer con el conejo, y el mago entonces cedió y ordenó que metieran al conejo (luego Señor Conejo) en una caja. Se lo vendió, le explicó, porque un día él iba morir y seguramente el conejo terminaría en la basura. Así que, antes de que la muerte le llegara, él prefería pasárselo a Zerpa, para que así, su particular mascota siguiera recorriendo los caminos del mundo. “Ahora el conejo es mi pana”, comenta Zerpa hoy en día.
Fedosy Santaella (Venezuela, 1970) es escritor, Lic. en Letras por la Universidad Central de Venezuela. Ha publicado libros de poesía, relatos, novelas y cuentos infantiles. Entre los reconocimientos más recientes que ha recibido se encuentran el premio internacional Novela Corta Ciudad de Barbastro (2016, España), y obtuvo mención de honor en poesía en la I Bienal Eugenio Montejo (Venezuela). @fedosy.
Más sobre Carlos Zerpa
Exposición Metiendo Mano, Carlos Zerpa. Galería Metropolitana de la UAM, CMDX. Abierta del 5 de diciembre al 29 de marzo de 2020.

lunes, enero 13, 2020

LA PRIMERA EXPOSICIÓN INDIVIDUAL DE CARLOS ZERPA EN MÉXICO



LA UAM ABRIRÁ LA PRIMERA EXPOSICIÓN INDIVIDUAL DE CARLOS ZERPA EN MÉXICO
*La Galería Metropolitana de esta casa de estudios inaugurará la muestra del artista venezolano el 5 de diciembre










La Galería Metropolitana de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) abrirá sus puertas al artista y permorfer Carlos Zerpa, figura clave de los orígenes del arte conceptual en Venezuela y la escena visual latinoamericana desde la segunda mitad del siglo XX.

La obra de Zerpa abreva de lo popular y la iconografía mexicana, fuente inagotable de recursos visuales y símbolos que dan vida a sus piezas, en las cuales retoma desde la baraja española y la lotería, a los códigos de las artes marciales y la lucha libre.
“Para mí hablar de lucha libre y de estos personajes es remitirme a mi niñez; crecí con ellos, soy un apasionado y como artista me identifico con estos elementos”, refirió en la conferencia para medios de comunicación.

El Huracán Ramírez, Ray Mendoza, Tonina Jackson, el Santo y Blue Demon han sido su inspiración desde los primeros años, mientras se vivía el boom de la lucha libre en México y otros países.
Esta pasión se materializó también en su más reciente libro Y en esta esquina el dragón chino. Cuando la lucha libre era de verdad-verdad…, crónica y ficción en torno a la trayectoria de una leyenda de dicha actividad en Venezuela.

El autor de Mola, el Minotauro se declaró enamorado de las imágenes que ve en los camiones, las calles, los comercios y los mercados, pues muchas veces las expresiones populares han sido relegadas, aun cuando son raíz y sustento de la cultura de los países.

Metiendo mano alude a una pieza inspirada en el disco homónimo –realizado en conjunto por Willie Colón y Rubén Blades en 1977– la cual revela amor por el color y los elementos de la gráfica popular, incluidos calaveras, corazones y cuchillos.

El maestro Santiago Espinosa de los Monteros, director de Artes Visuales y Escénicas de la UAM, refirió que la muestra –que será inaugurada el 5 de diciembre en el recinto universitario– está conformada por un grupo importante de pinturas y dibujos, así como instalación y video, creadas en su mayoría durante la mitad de la década de 1990 en su tierra natal.

A esta selección se han unido trabajos de factura reciente producidos en México desde su llegada al país en marzo de 2019, bajo una apuesta curatorial heterodoxa que consagra los temas de la lucha libre y toda la relación del artista con “lo mexicano”.

La apuesta de Zerpa busca escapar del virtuosismo pictórico para plasmar sobre la tela aquello que ve, el arte de lo popular y el barrio, lo que puede observarse en una estética casi intacta de los planos cromáticos empleados por el artista.

Zerpa es considerado figura clave en los orígenes del arte conceptual en Venezuela, momento en el cual ejecutó obras y performances completamente inusuales, sin renunciar a lo fetichista del objeto de arte, insistiendo en el uso del tricolor nacional y la santería popular.

Algunas de las instituciones que albergan su obra son el Bronx Museum, en Nueva York; el Museo de Las Américas, en Washington; el Museo de Arte Moderno de San Diego, California; el Museo de Arte Contemporáneo de Cali; el Museo de Arte Moderno de Bogotá; el Museo de Arte Carrillo Gil; el Museo de Arte Moderno de Monterrey; la Galería de Arte Nacional, en Caracas, Venezuela, y el Museo de Bellas Artes, también en Caracas, Venezuela.


Barrio y arte popular, la apuesta de Carlos Zerpa


Barrio y arte popular, la apuesta de Carlos Zerpa


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Maria de los Angeles Anzo Escobar

Collage, instalación y otros recursos revelan el arte no convencional del venezolano Carlos Zerpa, que por primera vez expone en solitario en México, acogido por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), con una propuesta que abarca un universo consagrado al barrio, el mercado, la calle, los personajes que la habitan y la herencia de la gráfica popular de México y América Latina.
Metiendo mano, hospedada en la Galería Metropolitana hasta marzo, reúne pintura, dibujo, instalación y video, la mayoría concebida –en la mitad de la década de 1990, en su natal Venezuela– por esta figura clave del origen del arte conceptual latinoamericano que explora los símbolos de su niñez: la lucha libre, las artes marciales y las películas de El Santo, el Enmascarado de plata, y Blue Demon.
Frida Kahlo, la baraja española, la lotería, el santoral venezolano y un sinnúmero de referentes e inspiraciones que hablan de su amor por la imagen –que veía andando por las calles de Carabobo, México o Nueva York– aparecen también en la exposición, cuyo título alude a una pieza inspirada en el disco homónimo desarrollado en conjunto por Willie Colón y Rubén Blades en 1977, cuando el ritmo de la salsa comenzaba a ser reconocido más allá de los bajos mundos, por considerarlo un género marginal.
En esa obra, ambos intérpretes aparecen abrazados en lo que parecería un ring de box y con el puño en alto en señal de victoria, apreciándose el apego del artista al trazo seco y una policromía primaria que descubre su pasión por el color.
El collage La venadita –una especie de rompecabezas– construye un lienzo que evoca El venado herido, de Kahlo, y la Virgen de Guadalupe, montadas en cientos de cartas de lotería, lo que constata su vínculo estrecho con la iconografía y la estética mexicanas: calaveras, corazones, cuchillos, lazos, moños y rosas en colores chillantes, al más puro estilo kitsch.
El autor es considerado esencial en los orígenes del arte conceptual de su país, por haber creado obras y performances inusuales, aunque sin renunciar al fetichista del objeto, al insistir en el uso del tricolor nacional y la santería.
Parte del trabajo de Zerpa está alojado en los museos del Bronx de Nueva York, de Las Américas, en Washington, y de Arte Moderno de San Diego, California, Estados Unidos, así como en el de Arte Carrillo Gil y de Arte Moderno de Monterrey, en México; de Arte Contemporáneo de Cali y de Arte Moderno de Bogotá, Colombia, y de Bellas Artes y en la Galería de Arte Nacional de Caracas, Venezuela.


domingo, enero 12, 2020

jueves, enero 09, 2020

Metiendo Mano

METIENDO MANO

Santiago Espinosa de Los Monteros



Metiendo Mano es la primera exposición individual de Carlos Zerpa en México. Nacido en Valencia, Venezuela, en 1950, ha sido uno de los protagonistas principales de la escena visual latinoamericana desde finales de los años sesentas.

En 1972, a los 22 años y sin haber tenido noticias de las corrientes neoyorquinas, realizó la exposición “Armables” que consistía en obras hechas a base de dripping (goteo), que evocaban a las obras de Jackson Pollok a quien él no conocía. Sin saberlo, llevó a cabo también en ese momento la que indudablemente fue la primera exposición de arte sonoro en su país. Parte de la muestra consistía en sonidos de burbujas producidas con mangueras dentro de recipientes de agua que fueron grabados en una cinta que se reproducía en loop durante la exhibición. 

A partir de ahí su desarrollo como creador visual lo llevó a ser protagonista de las propuestas de mayor avanzada en el continente y que tuvieron como lugar de partida a la propia Venezuela, otrora país de vanguardia cultural y punto de reunión de las expresiones visuales y de reflexión más contemporáneas.  

Inmerso como estaba en los trabajos transdisciplinarios, abordó por igual el performance, la pintura, las instalaciones, ensamblajes y, de manera preponderante, la resignificación de la cultura popular para la que escogió como trasfondo una estética directa y sin concesiones.

Sus largas estancias en Nueva York, las constantes visitas a países donde se exponía su obra o a dónde Zerpa asiste como invitado de honor, le han situado en un lugar preponderante de la plástica contemporánea en la que él ocupa un lugar destacado. 

El color en su obra es una de las herramientas más vitales en tanto ha conservado casi intacta la estética de los planos cromáticos a los que rara vez les intercala veladuras y afeites cosméticos para minimizar su pureza. Huyendo del virtuosismo pictórico, ha preferido la frontalidad de los personajes seleccionados a los que suele acompañar de una iconografía que va desde los elementos de las baraja española hasta los códigos de las artes marciales orientales pasando por las calaveras, luchadores, personajes del arte o la farándula y, por supuesto, decenas de referencias al esoterismo.


Metiendo Mano está conformada por un importante grupo de pinturas que fueron realizadas en su mayoría durante la segunda mitad de la década de los años noventa en su tierra natal, Venezuela. A esta selección se han unido trabajos de factura reciente producidos en México desde su llegada a nuestro país, en marzo de 2019.

Estamos ante uno de los creadores visuales de mayor relevancia y quien durante su trayectoria tuvo colaboraciones directas con personas como Adolfo Patiño, Maris Bustamante, Felipe Ehrenberg, Melquiades Herrera y Cesar Martínez por mencionar a unos cuantos. La relevancia de Metiendo Mano estriba en la necesidad de revisar las corrientes preponderantes del arte latinoamericano del que México fue partícipe directo. Las reflexiones transdiciplinarias encuentran en la trayectoria de Carlos Zerpa a uno de sus principales exponentes.

Esta exposición ha sido posible gracias al generoso patrocinio de Drill Company. Agradecemos muy cumplidamente su apoyo, así como al Museo de Arte Carrillo Gil / INBAL y a coleccionistas particulares por permitirnos mostrar la obra de Carlos Zerpa que forma parte de sus acervos.