UNA PIEDRA

UNA PIEDRA
Carlos Zerpa

Yo imagino poder presenciar una de estas lluvias inusuales, que sé que existen y que han sido comprobadas por los científicos "lluvias de objetos extraños".

Estar justo en el lugar en el que acontecen los hechos y cuando lluevan: sapos, anguilas, peces, canicas, monedas, maná, vacas o mujeres desnudas; eso sería lo máximo.

En verdad ver una lluvia de estrellas fugaces es una de las imágenes más hermosas con la cual se pueda soñar... Pero estar justo bajo esa lluvia es algo muy peligroso porque una lluvia de estrellas no es otra cosa que una lluvia de meteoritos o lo que es igual a una lluvia de piedras que caen con fuerza y que quiebran los espejos y los huesos, algo en verdad letal.

Por otra parte, un mismo objeto independientemente de su valor de uso, puede significar cosas diferentes para quién lo observe, todo es según el color del cristal con que se mire ... según la canción, por ejemplo, pensemos en una piedra (¿caída del cielo?).

Para María Magdalena, es la que casi le tiran los libres de pecado;

Para Pedro el apóstol, es el saber que sobre ella tendría él que edificar una iglesia y también el saber que es el origen de su nombre (Pietro);

Para David es el arma con la que mataría a Goliath utilizando su honda (el pez chico se come al grande);

Para Joseph Buys, es la marca que necesita para sembrar un arce en su lucha ecologista;
Para mi madre, es un objeto para aplastar ajos en la cocina;

Para muchos es un buen sustituto de un martillo o un estupendo pisapapeles; otros se divierten con el mal gusto de pintar con colores paisajitos en las piedras o de partirlas en pequeños trozos;

Además de otorgarle a la piedra su dignidad intrínseca, estamos descubriendo en ella un desdoblamiento infinito, sustancial de ella como objeto;

Una mano cerrada se hace puño, es como una piedra, es un arma;

Una mano cerrada como piedra quiebra espejos y quiebra huesos;

Es un arma como extensión de la intención de quién la esgrime.