domingo, junio 20, 2010

Dicen que los Chang nacieron pegados

Dicen que los Chang nacieron pegados

Yo en realidad no los conozco en persona, si no de muy lejos, pero eso dicen… Que los hermanos Chang nacieron pegados por la espalda.

Cuentan que nunca fueron amamantados al unísono, si no que mientras uno era alimentado por su su madre, el otro esperaba su turno para comer con los ojos rasgados muy abiertos y muy atentos.

Que los Chang eran siameses eso dicen, que eran como dos gotas de agua, que caminaban de lado como los cangrejos y que hasta que cumplieron los diez años de edad vivieron así pegados espalda con espalda por sus omoplatos.

El regalo de cumpleaños que les dio su padre fue una operación rudimentaria y de mucho riesgo para ese entonces, realizada por el doctor Lee Así fueron separados sus cuerpos. Era raro verlos después, no como una araña, sino como dos cuerpos de niños acostados en camas diferentes.

Fueron separados de huesos y carne pero prosiguieron sus vidas como un solo individuo; inseparables, cuidándose las espaldas. Porque durante diez años aprendieron a mirar uno para un lado y otro para el otro, a tener dos ojos extras en sus nucas manteniendo un verdadero doble frente.

Las cicatrices verticales, paralelas a un lado y otro de sus espaldas dan fe de ello, de que una vez estuvieron unidos sus cuerpos… Por eso nunca se muestran sin camisas delante de nadie, para mantener su secreto.

Los pocos que los han visto de torso desnudo no vivieron mucho tiempo para contarlo. El mismo doctor Lee apareció muerto en circunstancias extrañas con el cuello abierto en dos y desangrado en su consultorio de Chinatown.

Las mujeres que han mantenido relaciones íntimas con estos hermanos, narran que han visto sus cicatrices, y cómo a ellos les encanta y les excita que les pasen la lengua por sus abultados queloides de color morado.

Aseguran ellas que los Chang son ángeles caídos a los cuales les cortaron las alas. Las cicatrices a un lado y otro (¿a un lado y otro?) en sus espaldas son la prueba tácita de que sus emplumadas alas fueron cercenadas de raíz.

Cuando alguna mujer les pregunta a los hermanos Chang si eso que cuentan es cierto, ellos permanecen en silencio y se limitan a sonreír.

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