lunes, junio 04, 2007

HECURA


HECURA
El Arte de asumir la energía de un animal y ser una unidad con él.
CZ

Existen historias de hombres, que en las noches de luna llena, se transforman en lobos, también de otros que se transforman en vampiros y que vuelan, sabemos de todos los animales–hombres, de la isla del doctor Moreau y de la maravillosa mitología griega, vimos también como Brandon Lee, se convertía en cuervo…

Pero este texto no trata sobre estos casos, si no acerca de aquellos hombres, que tienen el poder o el don, de asumir el espíritu de algún animal y ser una unidad con él, de adquirir los “Hecuras”…
He aquí tres casos de los que he sido informado.
Los guerreros de la etnia Panare en el alto Orinoco en Venezuela utilizan un sello de madera en el cual han tallado un símbolo en altorrelieve, por medio del cual se pintan la piel para adquirir los “Hecuras”, los espíritus y la energía del jaguar; es una especie de “X” con tres puntos y circundada por una serie de segmentos de línea, que forman un cìrculo… Es el ojo fiero del jaguar, la pisada firme del jaguar, un símbolo mágico de protección y fuerza... Un guerrero que lleva este símbolo, se hace Jaguar y de hecho, si otros jaguares ven a un guerrero con ese símbolo pintado en su piel, NO lo atacarán jamás, sino que lo verán como a un hermano, como un poseedor de su misma energía, de su mismo espíritu, lo dejarán pasar o lo escoltarán selva adentro. Se ha dado el caso de hombres que han sido atacados y devorados por los felinos en la selva Amazónica, por osar entrar a ella sin este símbolo.
Otro caso, es el de los ya legendarios gemelos Htoo, que comandaban el "Ejército de Dios", cuando apenas tenían 12 años de edad, una fuerza formada por nativos de la tribu Karen, que habitaban las selvas lluviosas de las montañas de Myanmar (La antigua Brimania)… Uno de los gemelos se llamaba Luther, y llevaba afeitada la cabeza al estilo Samurai, el otro se llamaba Johnny, tenia el pelo largo y una sonrisa seductora que no se le quitaba, ni siquiera cuando con su espada decapitaba a un enemigo… Cuenta el padre Agustín, (un misionero Tailandés que tenia acceso a la “Montaña Sagrada”), que justo en el medio de una batalla, cuando los gemelos estaban rodeados, por las tropas Birmanas, de alguna forma los Htoo se les escaparon delante de sus propios ojos, dicen quienes presenciaron el fenómeno, que se convirtieron en cuervos utilizando el mantra: IRNA ICCHI ENDEM y se fueron volando, otros afirman que se transformaron en grandes lobos esteparios y se abrieron paso a dentelladas… Este tipo de poder es un don extraño, dice el padre Agustín, que los ha visto cuando de noche les brillaban los ojos como si tuviesen dos linternas verdes en la cara.
El tercer caso, fue el que me contó en una oportunidad el Sifú Daniel Medvedov, acerca de un grupo de estudiantes que fueron hace algunos años a China a las montañas del centro de la “Isla Hermosa” a presenciar una demostración de Artes Marciales, por un maestro del estilo “Mantis Religiosa”…
Era de noche y el silencio se agrandaba ante el canto sigiloso de los grillos, cuando el Artista Marcial, comenzó a realizar los movimientos del estilo “Mantis”, con una fuerza misteriosa… El cosmos respiró el aire de los movimientos, mientras que él realizaba el esquema, y justo en el instante en que terminaba los últimos pasos una inmensa mantis religiosa, se asomó entre las piedras del templo y se posó en el centro de la plaza, luego otra y otra… Ochenta y dos pares de ojos presenciaron el suceso.
El Sifú Medvedov me explicó luego, que si un hombre tomaba del reino animal la ciencia del movimiento y luego la retornaba intacta a la naturaleza, bajo las mismas leyes que le enseñaron en un origen al pájaro, a la serpiente o al insecto, se produciría entonces en el aire una poderosa fuerza que llamaría al instante al representante del estilo, en la zona en la cual se ejecutaban dichos movimientos energéticos… Por eso era posible que apareciera en ese lugar un tigre, si el ser humano hizo los movimientos del felino o se llenó con su energía, lo mismo pasaba con las “mantis”… que vinieron al antiguo templo para ofrecer su reverencia y retribuir el regalo que significaba, el arte de ser como ellas, al darse cuenta que alguien que no posee el cuerpo y el aura de ellas, engendrara por un instante la energía y el “Hecura” de su linaje…
Llegados los ejércitos de mantis al lugar, miraron la cara del practicante, se mantuvieron por un rato inmóviles y se retiraron caminando hacia atrás sin devolverse, con respeto…
Como si se tratara de un rey.

2 comentarios:

  1. Anónimo2:55 p.m.

    Estoy casi seguro de que este texto ya lo habias colocado anteriormente.

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