miércoles, mayo 27, 2009

Una tarde como cualquier otra.


Una tarde como cualquier otra.

Lo siento
Me he dado cuenta que soy un mortal más.
No soy inmutable, ni imperturbable, ni inconmovible
Me afectan los sucesos
Las vainas que pasan
Tal cual como al taxista o al conserje
Como ves no soy nada especial, como yo creía que era.
He pretendido seguir un camino espiritual, dármelas de místico
Pero eso no ha cambiado las cosas
El dios dinero reina
Y todo gira a su alrededor
Uno termina quiéralo o no, bailando a su son.

Del orar


Del orar

Tanto orar y orar

intentando comunicarme con seres

que a lo mejor ni me escuchan,

con un dios que a lo mejor ni me atiende

y la posible auto-vergüenza

de hacer el ridículo

y de perder el tiempo

en un infructuoso monologo.

MI CASA EN SANTA MÓNICA


MI CASA EN SANTA MÓNICA

La puerta de mi casa es una boca, por ella entra la vida a mi hogar.
Un sendero recto conduce hasta la entrada principal, por eso a media noche nos vemos atacados por los tigres de la noche.
Por eso he bloqueado esa energía que se cierne sobre mí con un símbolo “Pa Kua” que he colgado justo al frente y encima de la puerta dando la cara hacia la calle… el viento además hace sonar la música de los móviles de aluminio.
Hay también un árbol de cedro sembrado justo frente a la casa, este trae fortuna y fortaleza… De vez en vez lo abrazo.
Se que las esquinas agudas y protuberantes crean filos de cuchillo, por eso he sembrado flores de calas blancas, de esas que los mexicanos llaman alcatraces, las he plantado a lo largo de la ventana de mi dormitorio que da a hacia la calle…. He sustituido todas las matas de sábila pues estaban llenas de espinas de esa jardinera.
La casa se ve renovada, la he pintado de blanco ostra y los dinteles de azul marino, en ella trabajo, es mi casa y mi taller, gozo de tranquilidad y leo, en ella hago cosas de arte, escribo, hago ensamblajes y pinto cuadros… por cierto justo hace unos días pinté a una bella mujer con barba color naranja.

jueves, mayo 14, 2009

AL FONDO DE LA TAZA.


AL FONDO DE LA TAZA.

La taza de café con leche era grande en verdad y de una tibieza ideal, ella sorbo a sorbo se fue tomando el agradable líquido, cuando se dio cuenta que en el fondo del pocillo habían varios objetos que ni se imaginaba como fueron a parar en ese lugar.
En el fondo de la taza de café ella encontró un dado inusual, con figuras y símbolos extraños y que no se correspondía con los dados conocidos, de hecho en dos de sus caras se repetía la imagen de tres cuchillos curvos, y en una de sus caras estaba dibujada una deidad que recordaba mucho a una virgen… Y hasta se parecía a ella misma.
Había un símbolo de la paz cual medalla, de metal creo que de plata y ella de inmediato pensó en ponerle un cuerito y colgárselo en el cuello.
Había un ojo de metal como esos milagritos que les ponen a los santos, un ojo que la miraba.
Encontró un esqueleto de lata de color blanco que en cada mano sostenía una calavera, como esos mexicanos del día de muertos.
Lo interesante del caso es que desde ese día su vida mejoró considerablemente.
Cuando ella le contó esta historia a un amigo músico, que no tenía ni un cabello en su cabeza, él le dijo que también una vez se encontró cosas parecidas al fondo de una taza de Guaraná, pero que en vez de un dado de dagas, en el de él habían puñales malayos con sangre y que ahora cada vez que se ponía un vestido la falda se le volteaba.
Ella soñó esa noche con eso de encontrarse cosas al fondo de su taza, pero en el sueño se encontró fue con un corazón espinoso, con un café 24, con una mano roja y una luna llena que también le alegraban la vida.
Al despertar ya no tenía los objetos del sueño, pero sí conservaba el dado, el ojo/milagro, el símbolo de la paz y el esqueleto de lata
Pero los sueños, sueños son y la realidad es otra cosa...
¿O no?

LOS HILOS


LOS HILOS

El primer hilo entró por la boca, atravesó la garganta, bajó por el esofago hacia el estómago y los intestinos.. Luego salió por el ano.
En cada punta, en cada extremo amarraron un cencerro.
No fue doloroso pero sí bastante incomodo.
El segundo hilo entró por el hueco derecho de la nariz, dio vuelta en “U” al final de las fosas nasales, lo sentí adentro de la garganta, me produjo cosquilleo y salió por el orificio izquierdo de la nariz.
No fue tampoco doloroso pero sí muy molesto.
En los extremos de lado y lado amarraron un cascabel.
El tercer hilo entró también por el hueco derecho de la nariz, dio vuelta en “U” pero hacia abajo, salió hacia la garganta y se hizo visible saliendo por mi boca… este me produjo algo de nausea.
En los extremos, como siempre de lado y lado amarraron una campanilla.
Ellos ahora miden y cortan el cuarto hilo, alistan las campanas… Tengo el presentimiento que de aquí en adelante el procedimiento será no solo incomodo y molesto, si no muy doloroso.
Por primera vez han hecho que me sienta nervioso.
Creo que entrará por una de las orejas hasta salir por la otra al otro lado de mi cabeza, eso creo…. Imagino que perforarán los tímpanos con el tercer hilo.
Solo espero…


CANCIÓN UN TANTO “REGGAE”.

CANCIÓN UN TANTO “REGGAE”.
CZ

Mira como se mueve
Mira como descarga
Mírala sudorosa
Huele como a duraznos.
Los dados los lanza Dios.

Mira como se mueve
Tiene las uñas largas
Tiene la cara sucia.
Su pelo es una maraña.
Su mirada es penetrante.
Mírala sudorosa.
Huele como a duraznos.
Los dados los lanza Dios.

Mira como se mueve.
Su piel se parece al cuero.
Su bozo es como bigote
Es una bella salvaje
Mírala sudorosa.
Huele como a duraznos.
Los dados los lanza Dios.

Mira como se mueve.
Mira como descarga.
Ella da mucho miedo
Sus ojos son como brasas
Su mirada te traspasa
Mírala sudorosa.
Huele como a duraznos.
Los dados los lanzo YO…. Sin dudas…
Los dados los lanzo YO.

miércoles, mayo 13, 2009

DE ARAÑAS Y ZANCUDOS HOY LES CUENTO.

DE ARAÑAS Y ZANCUDOS HOY LES CUENTO.

Los zancudos en mi casa eran feroces
Te atacaban a media noche y aunque mataras a algunos, los otros te devoraban cuando ya estuvieses dormido.
Les gustaba picarte entre los dedos de la mano, no se porqué pero era su lugar preferido aunque otros lo hacían en tus tobillos.
Se deleitaban cantándote Bbbbbbbzzz Bbbbbbzzzzzzzz con el batir de sus alas en tus oídos no dejándote dormir. Esto era una de las vainas más fastidiosas del mundo.
Luego llegaban sigilosos, te dormían con su saliva la piel para que no sintieras la picadura y luego te clavaban el pico aprovechándose de tus poros.
Chupaban tu sangre hasta ponerse gordos y pesados casi no pudiendo volar.
Los veías entonces caminando por las paredes, escalando el muro e intentando llegar hasta el techo, torpes, caminando igual que como caminan los murciélagos.
Ellos eran negros y como de terciopelo ennegrecido, grandes y fuertes... bueno digo ellos, aunque en verdad se trata de ellas, ya que todas las que pican y se alimentan de sangre son hembras.
Muchas veces los aplastabas en un clásico aplauso, te llenabas las manos de tu misma sangre y ellos se iban volando con el cuerpo reventado, como si nada, increíble pero era cierto.
Era fácil para las arañas que vivían en los rincones del techo alimentarse de los zancudos, solo lanzaban hilos estratégicamente bien dispuestos y ya no se molestaban en tejer telarañas. Igual eran presa fácil porque los zancudos estaban llenos exageradamente de sangre y se comportaban torpes y caminaban en vez de volar, pasaban como bailando “el limbo” y se quedaban pegados.
Las arañas los atrapaban, los envolvían haciendo una especie de capullo y se los chupában.
Bueno en verdad se alimentaban no era de los zancudos si no de nuestra sangre llegada a ellas por estos molestos intermediarios.
Un día las arañas entendieron cual era la fuente de la sangre que bebían y entonces ellas a medianoche, bajaban con sus hilos cual rappel y chupában directamente de nuestras venas el preciado líquido rojo.
Entonces fortalecidas comenzaron de nuevo a tejer grandes telarañas, para atrapar el mayor número posible de zancudos, pero no para comérselos, ya que los dejaban pegados hasta que se morían, si no para liberarse de este tipo de competencia en su territorio.
Las arañas no zumbaban en nuestros oídos como los parásitos anteriores, ellas eran en verdad las verdaderas maestras del silencio, eran Ninjas de ocho patas que sosegadas succionaban sin que nosotros nos percatáramos.
Ellas se multiplicaban y les trasmitían este nuevo conocimiento a sus descendientes.
Uno no quitaba las telarañas de los rincones pues pensaba que gracias a ellas nos estábamos liberando de los molestos zancudos.
Y en cierta forma era verdad.
He llegado a pensar que las arañas de mi casa desde los dinteles se reían de nosotros.
Por mi parte ahora duermo con la luz encendida y no les quito el ojo de encima.
Al menor movimiento de esos arácnidos los espanto con un grito.
Cosas de la vida y de la vida misma… Como dirá mi querida amiga Maris.




FANTASMAS CON WILLIE COLON


FANTASMAS CON WILLIE COLON

CON WILLIE COLON

Carlos Zerpa.

 

Estoy escuchando de nuevo “Fantasmas”, del maestro Willie Colón, uno de esos discos que me gustan escuchar enteros, lo estoy acompañado de un café muy negro que me he preparado hace poco y de esta página en blanco que poco a poco lleno con este escrito.

La portada del disco me remite de inmediato al disco de John Lennon “Imagine”, por eso del rostro en primer plano y las nubes… Pero nada que ver uno con el otro, nada que ver la “Plastic Ono Band” con la “Fania” de Nueva York.

La canción que de verdad me da en la madre, es la número 8 y que se titula “Toma mis manos”. Poesía pura.

Escucho el disco y de pronto ella se aproxima y me dice. Que rico bailar bien apretadito contigo bien lentito y con dos roncitos puros, al escuchar este disco. Pero eso de bailar, no se da conmigo escuchando a Willie Colón con la Fania. Eso solo lo hago con Pink Floyd y su The Dark Side of the Moon.

Ella está convencida que la salsa es lo más sensual que existe y que cuando alguien aprende a bailarla con la All Star uno no ya no va a querer parar…Que uno debe vestirse de lo más tropicalazo, con unas mangas de faralaos dorados y verdes y los respectivos zapatos blancos y negros, de esos bitonales.

Me dice que ella se imagina en la Habana, en el Tropicana, con los bongós, las congas, las maracas, los mojitos, las masitas de puerco y el congrí.

Pero yo pienso que esa música del disco “Fantasmas” es otra cosa y que no está hecha para bailar, que al final de cuentas es salsa muy marcada por la samba de Brasil y no tanto por Cuba, que estas piezas de Willie Colón son solo para escucharlas, pues, de hecho, “Toma mis manos”, es poesía pura, hecha canción.

Dice el Willie:

“Con un beso que te dé, nada en el mundo importará,

En un instante entenderás completamente,

Que tu alma es mía para siempre y siempre

La vida entera yo he de esperar para verte en mis manos

Pero toma mis manos y abrázame fuerte

Cierra los ojos

Yo… Soy la muerte”.

lunes, mayo 04, 2009

los CHANG de playa


Queridos amigos:

En este mundo

llueve y tiembla...

pero en el mundo de los Chang

"solea"