HIELO EN ALTAMAR
Carlos Zerpa
Carlos Zerpa
Me vi obligado por la premura de pagos de ir a visitar a mi manager.
Esto me costó mucho, ya que tuve que meterme el orgullo en el bolsillo chiquito del pantalón y la lengua entre las nalgas, además de preparar y repetirme varias veces lo que le tenía que decir.
Debía dos meses de la universidad de mi hijo y si no los pagaba él no podría inscribirse en el nuevo año, que necesitaba dos mil de los grandes y que iba a que él me los prestara o me los adelantara de mi pago.
Al llegar a su oficina él me atendió con esa amplia sonrisa que lo caracterizaba. Me hizo un ademán para que me sentara mientras hablaba por teléfono, en una pausa me ofreció café, agua, coca cola o un whisky con agua de coco y seguía hablando por teléfono…
Debía dos meses de la universidad de mi hijo y si no los pagaba él no podría inscribirse en el nuevo año, que necesitaba dos mil de los grandes y que iba a que él me los prestara o me los adelantara de mi pago.
Al llegar a su oficina él me atendió con esa amplia sonrisa que lo caracterizaba. Me hizo un ademán para que me sentara mientras hablaba por teléfono, en una pausa me ofreció café, agua, coca cola o un whisky con agua de coco y seguía hablando por teléfono…
Yo dije que quería café negro, corto y sin azúcar y él sin colgar el teléfono le avisó a su secretaria la cual me lo trajo mientras él colgaba y atendía otra llamada pero a su teléfono celular.
Me tomaba el café cuando él de pronto me preguntó
Me tomaba el café cuando él de pronto me preguntó
¿Cuántas neveras tienes?
¿Cuántas neveras dependen de ti para su funcionamiento?
La de mi casa respondí, la de mi suegra y una chiquita que tengo en mi oficina… Bueno son tres, dije yo.
Pues yo tengo DOCE, una de esta oficina, dos de mi casa en Valencia, dos de mi apartamento en Caracas, dos en el de Miami, una en la casa de mi padre, dos en la casa de la playa, una en casa de mi suegra y la del yate… Son doce y seis, SEIS al mismo tiempo se han dañado, se les ha parado el motor y necesitan mecánico y mantenimiento, seis a la vez, lo puedes creer?.
La de mi casa respondí, la de mi suegra y una chiquita que tengo en mi oficina… Bueno son tres, dije yo.
Pues yo tengo DOCE, una de esta oficina, dos de mi casa en Valencia, dos de mi apartamento en Caracas, dos en el de Miami, una en la casa de mi padre, dos en la casa de la playa, una en casa de mi suegra y la del yate… Son doce y seis, SEIS al mismo tiempo se han dañado, se les ha parado el motor y necesitan mecánico y mantenimiento, seis a la vez, lo puedes creer?.
Me fui en el yate el fin de semana pasado, a poner la cabeza en otra cosa, a la playa, a pescar y en medio del mar, en pleno altamar, la nevera dejó de funcionar y no fabricaba hielo…te imaginas? En medio del mar sin hielo? La vergüenza de tener que pedirle hielo a otras personas en su yate en altamar, gente a la cual ni conocía? Muriéndome de la pena al pedirles que me regalaran unos cubos de hielo?
Quieres tomarte otro café?
No gracias solo pasaba por aquí a saludarte pero ya me voy.
Suena el teléfono de nuevo y aparece otra vez su eterna sonrisa.
Yo me marché a casa.
Quieres tomarte otro café?
No gracias solo pasaba por aquí a saludarte pero ya me voy.
Suena el teléfono de nuevo y aparece otra vez su eterna sonrisa.
Yo me marché a casa.
1 comentario:
Las cuitas de los millonarios son 12 veces más raras y absurdas que las nuestras, querido Carlos.
Ojalá algún día tengamos que enfrentar peripecias de ese tenor.
Un gran gran abrazo.
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