Por Carlos Zerpa
Buscando un viejo recorte con la foto del comediante Abbott Meader, buscándolo y
buscándolo entre cientos de fotos, en esta caja/archivo, con lo que me he encontrado, es con una fotografía
de mi querido padre, cuando tenía la misma edad que yo tengo ahora…
Fuiiiiioooo!!!! Es impresionante como me parezco a mi viejo, también hay fotos
de mi esposa, de mis hijos y mías desde que éramos niños hasta el día de hoy y
en donde se ve claramente el paso del tiempo, cabellos negros que se tornan
blancos, niños que se vuelven adolescentes… Hay muchas fotos dentro esta
polvorienta caja, así como imágenes recortadas de diarios y de revistas, que he
guardado por una u otra razón, en verdad no puedo dejar de verlas, me atrapan,
por algo dicen que “recordar es vivir”… Aquí estoy con las manos sumergidas en
un verdadero baúl de los recuerdos.
Hay una foto de una gallina negra mirando fijamente a
un huevo y quizás reflexionando sobre cual de los dos fue primero…
Busco y busco porque se a ciencia cierta, que en esta caja está guardado
el famoso papel con la imagen que quiero, para elaborar a partir de ella, un
texto sobre la vida del famoso comediante en cuestión. Es un relato que quiero
escribir acerca de Abbott Vaughn Meader, y de su verdadera muerte ocurrida el
22 de Noviembre de 1963 el día en que este hombre murió junto al presidente
Kennedy en Dallas.
Siempre quise escribir esta historia, porque ella reflejaba claramente
lo efímero del triunfo, por que ella hablaba de esos 15 minutos de éxito de los
cuales nos alertaba el artista y rey del “Pop Art”, Andy Warhol.
Abbott fue el nombre que le pusieron a este niño al nacer en Waterville,
él nació la misma noche de la inundación
más grande en toda la historia de Nueva Inglaterra, cuando el agua subió y
subió a causa de las torrenciales lluvias y el río entonces se desbordó… El
agua subió y subió más de metro y medio de altura y la cuna de Abbott flotaba
en ella, como si fuese un barquito, el neonato se convirtió en su tripulante y
en un marinero sin timón, navegando con la corriente, cuna a la deriva, río
abajo, cual Moisés.
Abbott creció en un orfanato, en esos hogares para niños sin padres, en
donde tan solo unos pocos consiguen surgir y ser alguien en la vida, ya que la
mayoría tristemente o mueren o se dedican a la delincuencia… Él fue uno de esos
afortunados que se realizaron y lograron superarse, ya que estudió, hizo el
High School y luego entró en el ejército de los Estados Unidos de Norte
América, para servir a su país.
Cuando regresó de prestar su servicio militar, fue que comenzó su
carrera como comediante, trabajando con
temas vinculados a la política y con un fuerte y ácido humor un tanto negro,
trabajó duro durante un buen tiempo en salas de espectáculos y bares, pero una
noche sucedió algo muy especial mientras estaba frente al micrófono divirtiendo
a la gente, de pronto imitó la voz del presidente Kennedy dando un discurso
fuerte y humorístico, haciendo que la audiencia se pusiera de pie y lo aclamara
por todo lo alto… todos se morían de la risa y los aplausos no paraban de
sonar… Abbott hablaba y actuaba idéntico a John Fitzgerald Kennedy, ese gran
político estadounidense, presidente de los Estados Unidos y una de las
principales personalidades de los primeros años de la década de 1960, que justo
en ese momento estaba en la cúspide de su carrera y que haría de ese quien tan
solo era hasta ese momento un novel comediante, un reconocido artista.
De allí en adelante el personaje quedaría establecido, Meader comenzó a
hacer ruedas de prensa como si fuese el presidente Kennedy delante de las
audiencias, hablaba del peligro que constituían los Rusos, de su enemigo Fidel
Castro, de esa doctrina llamada Comunismo y de las posibilidades de una guerra
nuclear… Luego el comediante grabaría con todas estas experiencias un long
play, un álbum, un vinilo imitando al
presidente de los Estados Unidos, que seria todo un suceso.
Fue en Detroit donde comenzó la promoción y la venta del álbum que titularon:
“The First Family", Meader y su
productor sabían que este álbum se convertiría rápidamente en todo un éxito, un
best seller… "La Primera
Familia" era un vinilo en el cuál él humorista no solamente hacia el papel
del presidente, con su marcado acento de Boston si no que también imitaba la voz de la primera dama Jacqueline Kennedy
y de su hija Carolina… Meder nos cuenta,
“En verdad era una maravilla este show, tan era así que ya había sido
invitado por el primer mandatario a que lo acompañara en una recepción que iba
a dar a todo lo alto”, eran los días en que el presidente JFK, compartía tan
alegre el podium con sus imitadores en la cena anual de la Casa Blanca.
Ya él tenía su atuendo preparado, igualito al del presidente, se había
mandado a cortar y a peinar el cabello como Kennedy, ensayaba una y otra vez
como gesticulaba, como eran sus movimientos, como caminaba, como era la
sonrisa, se veía una y otra vez en el espejo, practicaba y repetía todo de
nuevo porque estaba convencido que Kennedy y él eran como un solo ser… Eran
idénticos.
La noticia corrió como la pólvora, sobre la realización del álbum y lo
de la invitación a la casa blanca, acto seguido fue llamado para presentarse y
hacer una demostración de su talento en el show de “Ed Sullivan"…
Guauuuu!!!! Había sido invitado al show de los show… El show de “Ed
Sullivaaaaan".
Abbott iba a presentarse en ese afamado programa de la televisión que lo
catapultaría hasta la luna, con un éxito aun mayor de todo obtenido hasta ese
momento… Todo el mundo lo vería, seria en verdad “El Rey”, mas popular e
importante que el mismísimo Elvis, que Jerry Lewis o Tom Jones, él seria el
verdadero“ King of Comedy”, luego de esta presentación en la TV, de seguro
vendría Hollywoood, haría películas, llegaría a ser actor de cine, guionista,
director y productor, seria sin dudas el mejor comediante y el cómico más
popular del mundo.
La escalada de la fama fue inmediata, una cosa disparaba a la otra, una
cosa daba pie para otra, los éxitos se sucedían, así que de inmediato se fue a
Nueva York, tomó un vuelo y llegó ese mismo día, al llegar y mientras caminaba
más allá de Sam Goody, vio que había una muchedumbre muy grande que salía del
centro de Broadway, al pasar a su lado Abbott se dio cuenta que todos hablaban
de él, estaba sobresaltado, no se lo podía creer, la gente hablaba de ese
maravilloso comediante llamado Meader y de su interpretación del presidente… Se
sentía como un Dios hecho carne.
Apenas llegó a la gran manzana todo se le convirtió en un torbellino,
yendo de aquí para allá, con la agenda llena de compromisos, entrevistas,
fiestas, cócteles, encuentros, firmas de autógrafos, mil invitaciones, yendo
allí, yendo aquí, yendo allí y jugando el juego que juegan las estrellas, como
mariposa de flor en flor… Ya que se estaba convirtiendo él mismo en una
estrella luminosa que brillaba con luz propia, teniendo un ego que crecía
desorbitadamente como si tuviese levadura para el pan.
New York, New York … Y llegó así a la ciudad que nunca duerme, siguiendo
los pasos de la canción de Frank Sinatra…
And find
I'm A number one,
top of
the list,
King of
the hill,
a number one…
Darse cuenta que es el número Uno, el que encabeza la lista, el rey de
la montaña, el número Uno...
If I can make it there, I'll make it anywhere, Si puedo hacerlo aquí,
puedo hacerlo en cualquier parte, New York… New York… New York!!!
Abbott con una sonrisa de oreja a oreja se confiesa: ¿Era una completa
locura, usted sabe? Pensé que tenía a Dios agarrado por la barba, por que
estaba viviendo la mejor época de mi vida. ¿Y quién no lo haría? ¿Quién puede
lanzar la primera piedra?, bebía buen vino, tomaba Champaña a diario, solo
pedía Scoth de 12 años, comía caviar con cucharas soperas y langostas todos los
días, tenia a las más bellas mujeres a mis pies, rubias, pelirrojas, asiáticas,
morenas… Tenía mucho dinero y música, usted sabe, pero el triunfo no dura, la
fama es efímera y nadie sabe cuándo uno está arriba y como de pronto ya está
abajo, y si estas muy abajo, de inmediato el sistema te manda hacia fuera y te
da una patada en el trasero… Fácil llega y fácil se va.
La gente lo ama a uno cuando aparece en las portadas de las revistas y
deja de amarlo cuando uno ya no está… Así nos lo hace saber Marilyn Manson y
esto se lo podemos también aplicar al humorista Meader.
Fue el 22 de Noviembre de 1963 el día en que murió, Abbott Vaughn Meader
Digamos que ese día fue cuando recibió la estocada mortal… Estaba en un
taxi en Milwaukee y de pronto el taxista le dijo, "Hey, ¿porque usted anda
tan contento, es que usted no oyó hablar del asesinato de Kennedy en
Dallas?" pues no, le dijo ¿Cómo es esa historia que usted dice de su
muerte?" porque en ese momento él pensaba que tan solo era otra de las
tantas bromas, de esas que tanto se hacían sobre el presidente Kennedy, pero no
lo era, no era una broma, era la cruda realidad y le había golpeado directo a
la cara y a la vida misma, un gancho directo al hígado, a la boca del estomago,
una cuchillada justo en la espalda, así que se fue al hotel, abrió una botella
de whisky de 12 años, se tomó un trago y encendió la televisión.
Las noticias en la televisión hablaban del asesinato del presidente John
Fitzgerald Kennedy, explicaban como la Comisión Warren investigaba el hecho y
como concluyó que Lee Harvey Oswald, de tendencia marxista y antiguo miembro
del Cuerpo de Marines estadounidenses, era quien había disparado desde el sexto
piso del Texas School Book Depository al pasar el desfile presidencial frente
al edificio, que había hecho los disparos justo cuando circulaba el auto
presidencial, un automóvil descapotable, a través de la ciudad Texana de
Dallas… Meader con los ojos desorbitados miraba la televisión y no lo podía
creer, le vinieron unas fuertes ganas de vomitar… las imágenes mostraban una y
otra vez, como Kennedy había recibiendo varios disparos en la cabeza y en el
cuello, a consecuencia de los cuales falleció… Jacky estaba consternada y
manchada de sesos y sangre, sus guantes empapados en la sangre de su marido, su
vestido rosado al estilo Chanel tenia pedazos de sesos pegados y manchas rojas…
Era este un magnicidio que conmocionaba a la opinión pública mundial pero en
especial al comediante Abbott Vaughn Meader, quien supo con certeza justo en
ese instante, que él era el hombre que también había muerto con Kennedy en
Dallas… Abbott Meader era el hombre
que murió junto con el presidente Kennedy en Dallas.
Sintió entonces como un frío helado se apoderaba de su cuerpo, no podía
respirar, tenia calambres en todo el cuerpo, un fuerte dolor en el pecho y como
si le hubiesen dado una fuerte bofetada en la propia vida… Como si le hubiesen
partido la madre en dos, y el corazón en cuatro partes, las lágrimas resbalaban
por su rostro y el sudor empapaba su camisa.
Meader hizo raudo sus maletas y se fue de vuelta a Nueva York, al llegar
se consiguió con que todo estaba cancelado, su espectáculo estaba cancelado,
los programas de televisión estaban cancelados, todas las entrevistas estaban
canceladas, todas las invitaciones estaban canceladas, todo se paralizó hasta
nuevo aviso, su agenda ahora estaba vacía y llena de tachaduras, no habían
planes a futuro, ni a largo ni a corto futuro… Como lo había presentido, esto
también era su muerte, él era un hombre muerto…
Los noticieros hablaban todos de lo mismo, decían que la policía detuvo
a Oswald como principal sospechoso, diciendo que era el único asesino del
presidente, que quien hizo los disparos había sido el ex soldado estadounidense
Lee Harvey Oswald, al cual habían detenido poco después del asesinato en un
cine próximo, ese hijo de puta!!!! pero el asesino a su vez resultó muerto dos días más tarde, por el
propietario de un club nocturno de Dallas, un tal Jack Ruby, un tipo vinculado
a las mafias, el Ruby asesinó al Oswald mientras era conducido desde la ciudad
a la prisión del condado…
El asesinato de JFK quedó entonces en el más completo de los misterios
ya que hubo sectores interesados en silenciar la verdad y Oswald quedó como
único responsable del asesinato, aunque Investigaciones posteriores
sugirieron la firme posibilidad de que a Kennedy le dispararon al menos dos
francotiradores, uno de frente y otro por detrás, lo que confirmaba las
impresiones de la mayoría de los testigos oculares… Algunos han considerado que
pudieron ser varios los probables promotores del magnicidio, incluida la mafia
y los exiliados cubanos descontentos.
Todo esto era demasiado para soportarlo, Abbott Vaughn andaba como loco
y las nauseas aumentaban, una ulcera estomacal se comenzaba a formar dentro de
él, comenzó entonces a caminar y caminar bajando y subiendo por la segunda
avenida, caminaba con las manos en los bolsillos de su abrigo calle arriba y
calle abajo, fue entonces cuando una fuerte aparición le sacudiría la vida y lo
sumiría aun mas en ese oscuro pantano de la desdicha, ya que un enorme
trabajador de la construcción se paró justo delante de él con la cabeza cubierta por un sombrero de
fieltro duro y clavándole la mirada, con esos ojos rojos y llenos de lagrimas
le gritó, “Oiga usteeeeed”, mientras extendía sus manos hacia él:
"Heeeeeeeyyyyyy, estoy apesadumbrado, han asesinado al presidente
Keeeeenneeeeedyyyy… Han asesinadoooooo al presidente Keeeeenneeeeedyyyy "
Esto ya era demasiado, se le pararon todos los pelos de punta, tenia la piel de
gallina, era en verdad muy extraño lo que estaba viviendo, un verdadero horror,
sentía como si se fuese a desmayar y le fallaban las piernas, la alta torre del
éxito se le había derrumbado en tan solo unos días, se desplomó en un instante
su gloria cual torre de Babel, sentía miedo y comenzó a correr hacia la oficina
de su manager… Al llegar recibiría otra gran golpiza, ya que la mayoría de sus
amigos del Show Business le habían dado
la espalda, su manager no quiso atenderlo,
todos sus cómplices lo habían abandonado, todos los negocios se cayeron
abruptamente, los compañeros de fiesta también desertaron a su amistad, las
bellas mujeres no respondían a sus llamadas, se habían acabado los besos, el
sexo, las caricias, el caviar y el whisky costoso, los compañeros lo ignoraban,
él ya no era noticia, ya no era importante en la gran ciudad que nunca duerme,
la carga era en verdad pesada, la
frustración se lo comía, el dolor, la angustia, el vacío era un hueco profundo
en el cual caía y caía con un marcado vértigo... Tenía un fuerte dolor en el
pecho y el corazón partido en dos, se sentía como una cucaracha, como una rata
de alcantarilla y comenzó a llorar y llorar…
Todas las televisiones mostraban a Jacqueline Kennedy, viuda del presidente,
aun con su vestido rosado manchado de sesos y de sangre, así como también a los
otros miembros de la familia en el momento en el que el féretro,
con el cuerpo de Kennedy y cubierto con la bandera de barras y estrellas,
pasaba junto a ellos durante las exequias, iba en camino del Cementerio
Nacional de Arlington, para este magno funeral, el cual se celebró con todos
los honores militares, dicen los entendidos que se empleó el mismo coche
fúnebre que se había utilizado en el sepelio de Abraham Lincoln, 98 años
antes…. Justo 98 años después… Dos presidentes asesinados por balas.
Abbott Vaughn con su nudo en la garganta, consiguió entonces un refugio
en las drogas pesadas, en la cocaína y en la heroína, quería evadirse pero eso
era en verdad un imposible ya que uno puede huir o escaparse de todos, pero
nunca se puede huir de si mismo… Así que el ex-comediante se escapó en un tren
hacia el sur del país bajó y bajó y se la pasó de pueblo en pueblo, de lugar en
lugar, del timbo al tambo sin tener un norte y sin saber que hacer con su
vida... Era un verdadero looser, un perdedor, un homeless, un vagabundo, un
desahuciado, un sin techo.
En febrero de 1968 Abbott Vaughn Meader murió por segunda vez, ya que
fue apuñalado por un taxista en Chicago, era una mañana donde el frío le
congelaba las lagrimas y Abbott se había metido en el asiento trasero de un
taxi que estaba estacionado, a manera de refugio se acostó y se quedó
profundamente dormido, acurrucado e invernando como un oso, para no morir
congelado en la puerta de un edificio de la zona, al abrir los ojos se dio
cuenta que un individuo lo estaba halando de su viejo abrigo, lo sacó a la
fuerza del taxi… Era el dueño del automóvil quien lo sacó y al instante lo
apuñaló… Cuenta Meader, “Ese día todo fue tan real, como una pesadilla que se
hace realidad, abrí mis ojos y dos segundos después todo se me volvió negro, un
frío cuchillo que me enterraban una y otra vez en el estomago, la sangre caliente
en contraste con la nieve fria, el rojo de la sangre sobre el blanco de la
nieve… Recuerdo la voz del taxista que me decía: "¿Te sientes muy cómodo
durmiendo en mi auto, bebé? Te mandaré al lugar de donde viniste" y zasss…
zasss… “Hijo de puta”!!!! zasss… zasss… Y le clavaba una puñalada tras otra…
Meader vio la luz al final del túnel y toda su vida pasó delante de sus ojos
como si fuese una película…La inundación y él de bebé en la cuna flotante que
se llevaba el río, la vida en el orfanato, su triste niñez, los años en la
milicia recibiendo ordenes de un sargento que le gritaba, su gran éxito como
comediante, Kennedy, Nueva York, Kennedy de nuevo, la muerte del presidente
bueno, la abrupta caída hacia ese pozo sin fin… Comenzó a sentir un
fuerte olor a flores, sintió que flotaba casi pegado al techo de la habitación
del hospital, vio desde arriba a su propio cuerpo, acostado en la cama y a los
doctores y enfermeras como lo daban por muerto, oyó llorar a su esposa y de
inmediato, al instante habían pensó que
eso no era posible, que él no estaba muerto… Al instante ¡¡zasssssss!!! Como un
fuerte corrientazo, regresaba a su cuerpo, abría los ojos y ¡milagro!! Había
vuelto a la vida, “clínicamente” “científicamente” había resucitado…
¿Y ahora todo para que? ¿Tanto matarse para venirse a morir? no habían
marcas ni señales de lo que otrora había hecho como comediante, allí no quedaba
ni el rastro, él no era nada… Nadie se acordaba de Abbott Vaughn Meader ni mucho menos de su
trabajo personificando a Kennedy… Aunque fue tan verdadero!
En esa fotografía de la época, creo de la revista “Time”, en ese recorte
que conseguí entre tantas fotos, en aquel baúl de los recuerdos, lo veo que
está tirado, acostado sobre un banco de cemento gris, en una plaza cualquiera
de un pueblo cualquiera, las canas llenan su barba y sus sucios cabellos, hay
marcas de golpes, llagas y raspaduras en sus brazos, típicas de quienes viven y
duermen en las calles, hay cicatrices en su estomago de las cuchilladas
recibidas, es un homeless, un vagabundo, un mendigo… En su mano sostiene un
vinilo de 33 Rpm en cuya carátula se ve a la familia presidencial en un jardín
frente a la casa blanca, la primera dama viste de rojo y Maedler como si fuese
JFK está a su lado, es el famoso álbum que le había abierto las puertas de la
fama y del futuro, ese álbum titulado “The First Family", está descolorido
por el sol, por el tiempo y por los ríos de lagrimas vertidas por los ojos del
otrora comediante sobre él.
A Medler le dieron de alta después de varios días, en el hospital en
donde le habían curado las heridas y en donde los médicos le salvaran la vida,
entonces decidió darle un nuevo vuelco a su maltrecha vida, se fue de nuevo a
Nueva York y empezó una nueva existencia, dejó las drogas, comenzó a hacer un trabajo
de meditación, meditaba y leía la Biblia, luego practicó por mucho tiempo una
terapia alternativa, que consistía en correr y correr en Van Cortland Park con
los ojos cerrados, diciendo en voz alta, "fe ciega, fe ciega, fe ciega, fe
ciega ", “blind faith, blind faith, blind faith, blind faith”… Esto lo
haría por mucho tiempo hasta que sintió los cambios en su interior.
Hizo suyo el poema de Miguel Hernández ya que se sentía en verdad como
un árbol talado que retoñaba y que aun tenia la vida.
Ya recuperado, algunos meses más tarde Abbott Vaughn Meader regresó a la
ciudad de Maine cual hijo prodigo, lo hizo para escribir, componer canciones y
para estar de nuevo con su amada esposa que lo esperaba con todo su amor y con los brazos abiertos pues ella ya lo había
perdonado.
Él se refiere a ese momento como: “La fuerza cósmica de la sincronización” Ésta
es la lección que había aprendido, Abbott nos dice que la vida es como un reloj
suizo y nosotros todos, somos parte del funcionamiento para que ella exista, lo
sepamos o no, hay un reloj celestial con engranajes dentro de los engranajes y
con ruedas dentro de las ruedas y nosotros somos esos individuos que vamos
girando en espiral con la vida… No sé si puedo explicarlo (decía Meader), es
casi como la película de nuestras vidas que da vueltas sobre nosotros mismos y
delante de nuestros ojos, ella ya está dentro, en esa lata rotulada “Destino” y
todo lo que ahora está pasando pasa porque tenia que pasar, está funcionando
como tiene que funcionar, teniéndonos a nosotros sobre el planeta tierra el
cual es en verdad nuestro escenario… Todos los humanos somos piezas del juego y
cada uno de nosotros va hacia un magnífico final, tan solo se trata de eso… Sea
que esto nos guste o no, el universo marcha como debe… Así lo decía aquel poema
llamado Deshidrata.
En 1991, el director de cine estadounidense Oliver Stone en su filme
JFK, puso el dedo en la llaga, y revivió el caso Kennedy, ya que narra en este
film la investigación del asesinato del presidente John F. Kennedy, en donde se
mostraba claramente una conspiración entre el propio gobierno, el ejército y
los servicios de espionaje estadounidenses, de esa agencia malévola llamada la
CIA, para poner fin al mandato y a la vida del presidente… Film del Stone que
por cierto provocó fuertes polémicas después de su estreno.
Pero Abbott prefiere no hablar de ello, no quiso ir al estreno ni mucho
menos ir después a ver esa película, porque para él este caso era ya “un
periódico de ayer” y no quería remover esas cenizas que sabía le iban a
despertar viejos fantasmas y a causarle de nuevo tanto dolor y angustia en el
pecho.
Le asustaba además todo lo que se tejía en torno a la rubia Marilyn
Monroe, de Norma Jean Mortenson, esa
actriz de explosiva belleza y sex-symbol de la pantalla grande, de quien dicen
mantuvo en vida relaciones sentimentales con John y Bob, los hermanitos del
clan Kennedy… La muerte de esta bella mujer, nunca fue esclarecida aunque todos
sabían a ciencia cierta que NO se trataba de un suicidio como se pretendía hacer
creer… Abbott prefería ni mencionarla por respeto a la memoria de su amado
presidente, ya que pensaba que tanto John como Marilyn tenían detrás los mismos
verdugos.
Así como tampoco quiso saber cuando la viuda de Kennedy, esa distinguida
señora otrora primera dama, cambió su apellido y comenzó a llamarse Jacqueline
Onassis, al casarse con el armador de origen Griego Aristóteles Onassis… “The
Richest Man in the World”… Esta noticia le daba también escalofríos y nauseas a
nuestro amigo.
Mucha agua ha pasado bajo del puente, muchas lagrimas vertidas… hoy sin
embargo es un día de celebración, Meader y su graciosa esposa Sheila, saludan a
los huéspedes en la puerta de su casa, están de fiesta, a todo el que llega le
entregan luces de Bengala, una banderita de USA y una copa de Champaña Brut…
Hoy es el día de su cumpleaños número sesenta y siete, y justo hoy en su casa
tendrán una buena reunión ya que las invitaciones fueron cursadas a los más
íntimos hacia una semana.
La canción que estamos escuchando al entrar es "Bang Bang, My Baby
Shot Me Down" cantada por Nancy Sinatra y no se por qué me recuerda a
Marilyn Monroe y también a la bella Uma Thurman en la película de Tarantino
“Kill Bill” vestida la Uma, de amarillo, a la usanza del uniforme que utilizó
Bruce Lee en “Operación Dragón” y sin dudas con el mismo espíritu de él…
hummmm!!!!!!
Abbott esta sentado en una silla de ruedas ya que se recupera de un
período de la mala salud, usa pantalones grises sostenidos por elásticas, una
camisa manga larga color azul cielo, un collar de grandes cuentas amarillas y
verdes destacan en su cuello, ahora utiliza grandes anteojos pues su visión no
es tan buena, un sombrero de pajilla estilo Panamá cubre su cabeza, lleva un
reloj con correa amarilla en su muñeca y luce un chaleco en brillantes
lentejuelas con la bandera de su país, estrellas grandes blancas sobre fondo
azul y las barras blancas y rojas…Usa una barba de candado ya de color gris
como su cabello también cano…Muchos han venido desde lejos a desearle un feliz
cumpleaños y a celebrarlo en grande con su amigo.
Encantado de conocerte, espero que
adivines mi nombre…
Pero qué
es lo que te confunde es la naturaleza de mi juego,
oh sí, relájate, baby…
Yo grité: "¿Quién mató a los
Kennedy?",
Cuando, en definitiva, fuimos tú y yo…
"¿Quién mató a los
Kennedy?",
Cuando, en definitiva, fuimos tú y yo.
Mick Jagger
y Keith Richards
Simpatía por
el diablo.
Dice Juan Lyon, uno de los pocos amigos que le quedan de aquel periodo
de estrellato, fama, gloria y caída en Nueva York … "Meader es sin dudas
un individuo muy interesante, ha vivido como 30 vidas en el espacio de 67
años."
- Barras y estrellas en tu chaleco y en tu corazón, feliz cumpleaños
Abbott, por eso cantamos para ti y junto contigo nuestro himno, “God bless
America”… de pie con la mirada a los cielos, con nuestra mano derecha sobre el
corazón, elevando nuestra copa de champaña a lo alto y recordando a ese querido
presidente, el mejor presidente que ha tenido los Estados Unidos de
Norteamérica, nuestro inolvidable John Fitzgerald Kennedy.
God bless
America ,
land that I love
Stand beside her and guide her
Through the night with the light from above…
God blessAmerica , My
home sweet home.
Stand beside her and guide her
Through the night with the light from above…
God bless
- Barras y estrellas en tu chaleco y en tu corazón, feliz cumpleaños
Abbott Vaughn Meader, de la noche a la mañana eres alguien y al despertar al
día siguiente ya no eres nadie, todos te han olvidado, se que no es fácil
reponerse a esto… Pero como dice “Mohamed Alí”,
Lo que está mal es no levantarse.
- Barras y estrellas en tu chaleco y en tu corazón, feliz cumpleaños,
brindamos por ti, porque nosotros tus amigos sabemos que es un verdadero Knock
Out lo que te ha propinado la vida, no todo el mundo se levanta de la lona a la
cuenta
de nueve, después de saborear las mieles de la gloria vivisteis la
indiferencia de todos, pero tu lo haz logrado, te haz puesto en pie de nuevo…
- Barras y estrellas en tu chaleco y en tu corazón Abbott y pensar que
en verdad fuiste “A number one, top of the list, king of the hill, a number
one”, pero lo mas importante es que aprendiste la lección…
“Abres los ojos y se tiene, los cierras, abres los ojos de nuevo y ya no
se tiene”, “Fácil llega y fácil se va”, “Easy comes easy goes”…
- Barras y estrellas en tu chaleco y en tu corazón Abbott Vaughn Meader
acompañados de la gloria, el éxito, la cúspide, el triunfo, la victoria, la
conquista, el estrellato, la cima, lo máximo, la fama, los laureles…
Digo…
¡¡¡¡ Acompañado de esos espejismos!!!!!!
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