“Todo pensamiento y todo acto debe su carácter a los actos de tus hermanos muertos y vivos”
William James
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Es un hecho que casi todos los seres humanos sienten el impulso de crear, y que muchos tienen la habilidad de hacer cosas con las manos o de pensar en algo novedoso. En un determinado momento de la segunda mitad del siglo XX nació el Rock and Roll; la perra Laika iba a bordo del Sputnik 2; triunfaba la Revolución Cubana encabezada por Fidel Castro derrocando al régimen de Fulgencio Batista; en nuestro país caía la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez abriendo la posibilidad a una naciente democracia y nacía en la ciudad de Valencia Carlos Zerpa.
Iniciaba la década de 1950, marcada por significativos cambios sociales y culturales, el hecho de que hubiera tanto que ver y escuchar sin dudas influyó en la manera en que este joven de provincia percibiera el mundo “al cumplir los ocho años, dos regalos me trajo la vida: la democracia para mi patria y la llegada del televisor en blanco y negro a mi casa. La ciudad con el tiempo y a pasos acelerados fue cambiando y lógicamente yo con ella…”. (IMAGEN 1)
Esos primeros años en su ciudad natal, podemos afirmar que fueron determinantes en el imaginario del joven artista “mi infancia fue feliz, fui un niño feliz, gracias a Dios. Tuve una infancia muy linda, llena de cariño…crecí rodeado de cromos multicolores, de plastilina, de música popular, de suplementos (El Charrito de Oro, Memin Pinguín, Peter Pan, Superman y Mickey Mouse), mis perros, conejos, tortugas, mi querido loro ‘Lorenzo’ y la radio, porque siempre la radio estaba encendida en la casa” recuerda el artista.
Y esa radio encendida en la casa natal transmitía programas y canciones que fueron construyendo un amplio abanico musical presente hasta el día de hoy en su obra, afirma “puedo escuchar a Edith Piaff, La Lupe, Mina, Aquiles Machado, Felipe Pirela, Tom Jones o a Tin Tan, pero lo que en verdad me mata es el rock, sobre todo el de los finales de los 60s y comienzos de los 70s. Pink Floyd, Frank Zappa, Rolling Stones, Beatles, Grand Funk, Led Zeppelín… Pero también disfruto mucho a Desorden Público, Korn, Café Tacvba, Malicia, Instituto Mexicano del Sonido, Tom Ze, Atkinson o a Marilyn Manson” . Toda una polifonía sin lugar a dudas.
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En la década de los años sesenta, momentos en donde se aceleraba la carrera espacial y también con ella la posibilidad de una Guerra Fría, Vietnam estaba en su apogeo, muere la actriz Marilyn Monroe, los Beatles y la contracultura hippie cubren el escenario mundial, el presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy es asesinado en Dallas y la guerrilla procastrista establece diversos focos en algunas zonas rurales y urbanas en Venezuela; Carlos Zerpa toma residencia por primera vez fuera del país en Italia a donde va a formarse en las áreas de diseño y artes gráficas y a tener un primer y definitorio contacto con el mundo externo.
“Recuerdo cuando yo tenía entre dieciocho y veinte años, en ese entonces tenía el pelo largo, usaba blue jeans desteñidos y montaba una motocicleta BSA de 500 CC en la que recorría la ciudad… ya pintaba mucho, leía, escribía y escuchaba Rock. Comencé a exponer mi obra en los salones y a hacer más individuales con mi obra, las cuales mostraba por toda Venezuela, me uní al grupo de arte ‘Nueva Visión’ junto al escultor Alexis Mujica, luego me casé y me fui a Milán a estudiar diseño al Instituto Politécnico de Diseño” (IMAGEN 2)
Era la década del sesenta llegando a su fin y presentaba al constructivismo, al cinetismo, la nueva figuración y el informalismo como “visiones ciertas de la modernidad” en donde cada corriente y cada una a su manera, se presentaría como antecedente para “las ambientaciones que distingue el hacer artístico de los años setenta”
Así y a grandes pasos, en la siguiente década, cargada de grandes acciones colectivas y cambios sustanciales en la formalidad del arte en Venezuela, Carlos Zerpa -ya en definitiva un animal de concepto-, junto a otras figuras relevantes como Diego Barboza, Claudio Perna, Miguel Von Dangel, Roberto Obregón, Ana María Mazzei o Pedro Terán -por nombrar algunos-, introducían otros criterios, referencias y prácticas en el arte venezolano; eran los tiempos de los nuevos lenguajes del arte.
Con una inagotable poética en su obra, a veces violenta, otras evocativa, Zerpa irrumpe de manera notoria en la década de los setenta con una serie de performances deshaciéndose del acto material y presentados en espacios públicos o privados sin distingo. (IMAGEN 3)
Por otra parte, y en cuanto a la obra concreta de Zerpa, el investigador Juan Carlos Palenzuela afirmaba que se aprecia “una acumulación de objetos heterogéneos asombrosa. El hilo de unión lo constituye la nostalgia, la memoria, lo que tercamente el artista desea o insiste en salvar del desastre e indolencia de los hombres” . Zerpa otorga nuevas posibilidades discursivas a los materiales y objetos que incorpora en sus ensamblajes. Son nichos de la memoria, altares de la provocación, vitrinas del imaginario latinoamericano. (IMAGEN 4)
“Mi padre tenía entonces (1950) una tienda por departamentos…eran tiendas para damas, caballeros y niños, donde vendían desde zapatos y trajes, hasta máquinas de afeitar y escopetas. Había de todo, eran enormes. Cualquier cosa que uno quisiera comprar, lo buscaba allí y seguro lo conseguía. Así que crecí metido en esas tiendas, sobre todo en los depósitos. Yo vivía en los depósitos y jugaba con todo lo que había allí, para mí era una fascinación estar dentro jugando con los maniquíes, los frasquitos de perfume y las cajas de zapatos…esa era mi diversión favorita. El fetichismo de mi obra lógicamente viene de ahí, de ese tiempo único compartido al lado de los objetos de mi niñez”
Y continúa Palenzuela “Zerpa será, además, el enlace entre los objetualismos, las acumulaciones y el cambio en la pintura venezolana” , en tal sentido, vemos en la obra de Zerpa a la pintura no como camino, sino como destino.
La relevancia del discurso estético sobre el arte no objetual que se ha venido construyendo en el país a partir de los años setenta está fuera de duda: se trata de un discurso sostenido, rigurosamente elaborado, que sorprende por su consistencia y por la agudeza de sus análisis sobre nuestra idiosincrasia. Discursos propuestos por sus contemporáneos como Ángel Vivas Arias, Pedro Terán o Marcos Ettedgui, se cimientan en referentes en los cuales Zerpa se reconoce, como la de los maestros Armando Reverón o Mario Abreu, esos hermanos muertos y vivos.
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Llegan los años ochenta y con ellos la revolución tecnológica mundial. Las computadoras personales, los videojuegos y los equipos portátiles de todo tipo. La era Reagan, el escándalo Irán-Contra, en Venezuela el “Viernes negro” muestra la cara de una política económica mal llevada y Carlos Zerpa forma parte de dos importantes muestras internacionales, la XVI Bienal de Sao Paulo y la IV Bienal de Medellín en Colombia.
Entre los años 1982 y 1985 se establece en los Estados Unidos, en la ciudad de Nueva York. A su regreso a Venezuela ese último año, presenta en el Museo de Bellas Artes de Caracas su exposición “Grrr” dedicada a Jack El Destripador, suerte de recuento de su trabajo, marcando con ella un importante referente en la historia del arte contemporáneo nacional.
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Hacia finales de la década, obtiene el primer premio en el Salón Arturo Michelena, convocado por el Ateneo de Valencia, por su obra “Una agradable visita”, “ejemplo de la investigación de las nuevas proposiciones expresivas dentro del desarrollo del arte contemporáneo” , reafirmando a Zerpa como uno de los representantes más importantes de las artes visuales en el país. (IMAGEN 6)
En los años noventa Zerpa continúa produciendo incansablemente, cónsono con su pensamiento y sentir elabora vitrinas, ensamblajes, pinturas y se inicia en la literatura con la publicación de sus primeros dos libros “Batido pingüino” (1999) y “Kick Boxer” (1999) además de la revista “Rasgado de boca”, ahora convertida en blog digital. Expone en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, MOMA, en la exposición “Latin American Artists of Twentieth Century”; en el Museo MARCO de Monterrey, México; en el Chrysler Museum de Virginia U.S.A. y en el San Diego Museum of Art, entre otros importantes escenarios consagratorios para la obra del artista. (IMAGEN 7)
Entre los años 1992 y 1993 formó parte del cuerpo diplomático del Consulado de Venezuela en Nueva York, U.S.A., como Agregado Cultural. Sin lugar a dudas, una década llena de importantes logros personales y profesionales que le perfilan su horizonte para el futuro inmediato.
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La década del dos mil no es menos significativa, se encuentra en el circuito de la gente viva, activa, comprometida, continúa publicando sus relatos en “Balas de plata” (2012), editado por la Galería Universitaria Braulio Salazar de la Universidad de Carabobo, es homenajeado por la Feria Iberoamericana de Arte de Caracas en 2013, y en esta décima edición de la Feria Internacional de Arte y Antigüedades de Maracaibo, además tiene ya preparados dos nuevas publicaciones: sobre el Rock and Roll en Venezuela y sobre otra de sus pasiones, la lucha libre. (IMAGEN 8)
Hoy, como ayer lo hiciera, continúa abriendo nuevos canales de diálogo, en una sociedad ultratecnificada se convierte en un ser interactivo dentro de un entorno multicultural y posibilita la experiencia diaria con sus seguidores en las redes sociales.
Al enfrentarnos a la extensa y variada obra de Carlos Zerpa, no basta con abrir los sentidos para apreciar todo el universo sorpresivo contenido en ella. Hace falta, además, prestar atención y darle tiempo a la experiencia. El presente se hace más vivo al enfrentarlo a la memoria. (IMAGEN 9)
La propuesta de Zerpa pasa indistintamente del plano bidimensional al tridimensional, incluso, traspasa esa convencional clasificación e incorpora elementos (voz o música) como valores temporales a ser considerados por el espectador ante la experiencia conceptual.
Vemos en Carlos Zerpa una posibilidad que está aconteciendo y haciendo tangible sus alcances. “Hacer arte NO convencional sin dudas es el pan mío de cada día, además escribo, escribo, escribo… y todos los días escucho buen rock and roll” nos dice. (IMAGEN 10)
¿Y por qué Carlos Zerpa es homenajeado en la Feria Internacional de Arte y Antigüedades de Maracaibo?... Más temprano que tarde era probable que se saliera con la suya, y a fin de cuentas, ¿por qué no?
Ilich Rodríguez Coronel
Valencia, agosto de 2013
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