HERIDAS
Carlos Zerpa
Carlos Zerpa
Me lo dijo y al instante hizo su conjuro.
Todas las heridas que te hiciste desde que eras un niño y hasta el sol de hoy, volverán a abrirse y sangrar a la vez.
Chasqueo su dedo pulgar y el del medio.
Al instante mis manos se llenaron de cortadas.
Los bordes de las uñas y hasta los ojos.
La cabeza mostró sus recuerdos.
Las rodillas se pusieron en carne viva.
Los dedos se abrieron.
La frente, la lengua, las plantas de los pies, partes del pecho, de la barriga y de la espalda.
Los labios sobre todo.
Las encías y los espacios de las muelas ausentes.
El cielo de la boca y la garganta.
Las orejas y el cuello
Por dónde están las costillas y la columna vertebral
El ombligo, las nalgas, el ano, el pene...
Quizás también el corazón
Todo a la vez.
También recordé una a una, como, dónde, cuando y porque se produjeron esas heridas a través del tiempo
Creo que de eso se trataba.
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