Nunca he sido Músico ni he
pretendido serlo.
Carlos Zerpa.
Esa es la verdad, nunca he
sido músico ni he pretendido serlo, aunque me he aproximado muchiiiisiiimo al
meollo.
Cuando era niño, como casi
todos los niños de mi generación tenía un “Cuatro”, en el que toqué algunas
canciones ayudado por el método de Oscar Delipiani y el cual afinaba por ese sistema
del “Can-Bur-Pin-Tón”. Digamos que me supe y sé tocar: Compadre Pancho, Caribe
Soy, Moliendo Café y Barlovento entere otras. Mi hermana Yraiza también tenía
uno y tocábamos y cantábamos a dúo para deleite y tormento de nuestros padres.
Mi mamá Carlota, me llevaba cuando
era muy niñito al estudio de la “Radio 810” de Valencia, a cantar acompañado
por la guitarra del profesor Julio Centeno, aquella canción de “Patico patico
color de café” y “El ratón Vaquero”, para luego regresar ya con 10 años de edad a cantar
“Agujetas de Color de Rosa”, para todos los radioescuchas valencianos, esa pieza
de la banda de Rock, mexicana “The Hooligans” que decía: “Yo tengo una novia
que es un poco tonta, pero es mi gusto y yo la quiero mucho, no es muy bonita
pero esta reloca pues ella usa mallas también, agujetas de color de rosa y un sombrero
grande y feo, el sombrero lleva plumas de color azul pastel”.
Yo tenía cuando era niño, una
emisora de radio imaginaria con la cual jugaba en mi casa; en la que era
locutor, presentador y DJ, en la cual ponía mis discos de vinilo, para una
audiencia formada por vaqueritos y soldaditos verdes de plástico, y les
transmitía a ellos mis programas de Rock and Roll… “Buenas noches queridos
radioescuchas, les habla su amigo Carlos Zerpa, es tiempo de Rock and Roll, es
la hora del GO GO RADIOOOOOOOO!!!
Pasó el tiempo y un día
pensé que podía estudiar piano, así que fui acompañado de mi papá Paco, a hacer
la prueba de admisión en la escuela de música, pasé la prueba pero me desalenté
cuando me informaron, que debía primero estudiar cuatro años de teoría antes de
pretender acercarme al teclado, así que de la misma manera que me aproximé, me
alejé.
Formé parte del orfeón de mi
colegio y canté mal que bien las canciones dirigidas por un profesor atorrante,
pero esto lo hice para escaparme un par de tardes a la semana, de lo tedioso de
las clases de matemáticas de tercer grado. Repetí tanto esas canciones que aún recuerdo
un par de coros… Malaya la cocina, malaya el humo, malaya quien se fie de
hombre ninguno. Plon chiricuchi plon, chiricuchi
plon, chiricuchi plon, plon, plon, plon.
Ya cuando tenía unos 18 años
quise tocar guitarra y hasta me compré una, aprendí a afinarla, hasta me ensayé
esa canción de “La Casa del Sol Naciente”, así como el punteo de una canción de
los “Tremeloes” que ni se como se llama y una pieza un tanto cursi de los Indios
Tabajara que decía: Por que suspiras que piensas de miiiiiiiii cuando te miro
yoooooo, para cantársela y enamorar a una mujer que me gustaba. Pero nunca se
la canté ni la enamoré, Esa guitara la vendí al poco tiempo, esto fue
equivocado pues debí quedarme con ella, era una Yamaha con cuerdas de metal.
Con una flauta dulce, de
madera, me aprendí el tema de la película las “Fresas de la amargura” y la
toqué para mí, una y otra vez hasta el cansancio, un compañero de flauta era el
pana José Antonio “Turquito” Sada, quien en verdad si es músico hasta el sol de
hoy.
Con ese mismo “Turquito” en el año 1972, hice mi primer trabajo de
“Arte Sonoro” con sonidos de burbujas. Para realizar estos sonidos, llené un tobo
de agua hasta la mitad y luego invité a mi amigo Sada, a que hiciera un
contrapunteo conmigo. Introdujimos dos mangueras cortas en el agua a manera de
pitillos, una manguera delgada y una gruesa, pegué un par de micrófonos de los
llamados “chicharras” dentro del tobo, alejados del agua... Luego soplábamos
con las mangueras dentro del agua haciendo una música de ruidos, una música de
burbujas en contrapunto…. ¿Flautas acuáticas?
Gluuup, glup,
gluuuuuuuuuuuup, glup, glup, glup, gluup, gluuuuuu, gluuuup, glup, glup…
Pero por esto no me las
puedo dar de músico, o si? Dígalo ahí mi querido Miguel Ángel Noya.
En muchísimos de mis
Performances desde el año 1980 he cantado boleros de Felipe Pirela y Javier
Solís, así como canciones cursis de Mirla Castellanos… Ja, ja, ja tremendo
atrevimiento sin ser cantante.
Ya después de grande comencé
con un “Bajo eléctrico” que me regaló mi ahijado Rodrigo Gil. Empecé a darle y a
puntear únicamente en la primera cuerda, pretendiendo seguir el ritmo de
acompañamiento a las piezas de Rock que ponía a alto volumen en mi tocadiscos.
Hasta me compré un método con CD incorporado y hablé con mi amigo el gran
Wincho Schafer, ex “Sentimiento Muerto” para que me diera clases… Uffff cuantas pretensiones.
Junto al pionero de la Música Electrónica en Venezuela, mi hermano Miguel Ángel Noya, en el año 2008, formé parte
de una banda de Rock efímera que solo duró una presentación aquí en Caracas. La
Banda de Rock NZ, la cual se paseaba desde lo estridente, al heavy metal, del
arte sonoro a la música electrónica, del ruido al Rock and Roll.
Guitarra eléctrica, bajo, batería, teclados, computadora, gargantas… Tocando piezas de “Frank Zappa”, del grupo “Rammstein”, algo de “Marilyn Manson”… y otras maravillas compuestas por Miguel Ángel.
Guitarra eléctrica, bajo, batería, teclados, computadora, gargantas… Tocando piezas de “Frank Zappa”, del grupo “Rammstein”, algo de “Marilyn Manson”… y otras maravillas compuestas por Miguel Ángel.
Ja, ja, ja, travesuras
acompañado de músicos cómplices.
También me atreví hace un
par de años, a escribir y publicar un libro sobre el rock el cual titulé: «Buen Rock Esta Noche», el rock en Valencia/Venezuela
en los años 60s y 70s que fue editado por la Universidad de Los Andes en
Mérida, Venezuela. Esto si fue en verdad importante y me siento orgulloso de
haberlo hecho.
Como ya les dije, no soy músico ni pretendo serlo, soy un melómano con el
oído muy afinado para las melodías, mi abanico musical es en verdad muy amplio.
Soy además uno de esos que aman el Rock and Roll, de los que siempre han estado
en el “Back Stage” tomándose un trago con los panas músicos, porque tengo
“MUCHOS” amigos músicos. Soy también de
los que está en los asientos de primera fila, aplaudiendo, deleitándome,
dejándome llevar por la música de estos estupendos hermanos… Porque en esencia amo
la música.
Hummmmmm!!! Ahora que lo recuerdo, tengo mi bajo eléctrico guardado en el
closet, olvidado y esperando por mí, un momento, ya regreso.
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