Desde Ciudad de México
de cicatrices, vodka y Zappa en el mes de julio
por Carlos Zerpa
No hay que beber para olvidar… Hay que beber para recordar.
Hoy es 31 de Julio y es mi cumpleaños, he amanecido con ganas de jugar al “chico sucio”, con deseos de convertirme en uno de esos personajes que salen modelados en plastilina por “The Amaizing Mr. Bickford”, de levantarme de un golpe y sin cepillarme los dientes, ni lavarme la cara, sin afeitarme la barba, sin usar ropa interior para andar así desnudo bajo mis
Recuerdo también un incendio, que prácticamente casi derritió el edificio en el que vivía en Barcelona, capital de Cataluña, esa ciudad mediterránea y cosmopolita. No en vano, la UNESCO la ha declarado “Patrimonio de la Humanidad” construcciones emblemáticas del gran, del brillante arquitecto catalán Antoni Gaudí…. Menos mal que el edificio que se quemó no era de Gaudí, con esas llamas calcinantes que como un gigantesco horno quemó totalmente el edificio, así como mi cuerpo, con quemaduras de tercer y cuarto grado… Yo estaba durmiendo una fuerte borrachera al haber celebrado mi cumpleaños ese Julio de 1976, tomando “Vodka Wyborowa Exquisite de Polonia” y cuando me di cuenta ya era un Bonzo budista, una tea humana; corrí hacia el baño, aullando como un lobo auuuuuuuuuuuu, teniendo como fondo la luna llena, que era en verdad muy impresionante, así que al ver la luna llena aullé como lo hacen los lobos, aullé como un hombre-lobo, como un lobo-hombre en Paris: auuuuuuuuuuuuuu… “lobo hombre en Paris, auuuuuu su nombre es Denisse… la luna llena sobre Paris, ha trasformado en hombre a Denise…Riéndome a carcajadas me metí rápido bajo la ducha para apagar las llamas, salí a la calle desnudo pero humeante y me metí en el carro de mi novia catalana a seguir durmiendo. Por eso ahora en muchas partes de mi cuerpo pueden verse marcas en bajorrelieve como si fuese un mapamundi viviente, mi piel parece un mapa, esta cicatriz como de un perfil se parece al continente africano, esta silla de montar a Venezuela, este caimán a la isla de Cuba y esta como bota a Italia.... Amo a Barcelona y brindo por Gaudí. ¡¡¡Salud!!!
Otra cosa fue la erupción más fuerte que ha producido el volcán Vesubio, ocurrida el 15 de julio de 1974, un volcán activo situado frente a la bahía y a unos nueve kilómetros de distancia de la ciudad de Nápoles que se alza al sur de la cadena principal de los Apeninos. Este volcán que es famoso por su erupción en la que fue sepulta la ciudad de Pompeya, ha entrado en erupción en numerosas ocasiones y está considerado como uno de los volcanes más peligrosos del mundo… yo viví una de sus regurgitaciones de piedra derretida mientras acampaba en esa montaña italiana en Nápoles, buscando a “pie grande” el cual me habían dicho que estaba merodeando por esa montaña, pero al cual nunca vi en esos lares, tomaba “Vodka Khortytsa de Ucrania” cuando se produjo el estruendo que me hizo saltar por encima de la lava que ya derretía mis botas… Corrí como “Flash” a una velocidad extrema, con un poder que yo me desconocía originado sin dudas por la adrenalina con el Vodka que se movían en mis venas y porque la lava me pisaba los talones. Las plantas de mis pies guardan profundas cicatrices que dan testimonio de eso, parecen cortadas producidas por afilados machetes, parecen las cicatrices de quienes fueron torturados parándolos descalzos sobre rines de automóviles muy afilados, por los esbirros de “La Seguridad Nacional” en la dictadura del general “Marcos Pérez Jiménez” en Venezuela… Las plantas de mis pies parecen cauchos radiales Goodyear con sus surcos. Amo a Italia y brindo por las Pizzas. ¡¡¡Salud!!!
Recuerdo un ciclón que era tifón y tornado a la vez, en la ciudad fronteriza de San Diego California en los Estados Unidos, fuerza que me llevó consigo transportándome en su remolino por los aires desde San Diego a México junto con algunos sapos, anguilas, peces y una vaca, en medio del remolino, al estilo de aunque usted no lo crea, cual “Believe It or Not's” de Ripley, vi volando una botella de “Vodka Kettle One de Holanda”, la atrapé en el aire, la destapé en pleno viento y me la fui tomando hasta que la fuerza del aire disminuyó, dejándonos caer luego suavemente, posándonos en el suelo, como una lluvia inusual, una lluvia de sapos y peces en la ciudad de Tijuana… Por cierto, que montado en la vaca que volaba conmigo, cabalgando en ella pude acercarme a la calle Revolución de Tijuana y poder así continuar bebiendo más Vodka en una cantina, aunque los Tijuanenses me vieran mal por no tomar Tequila, ja, ja, ja. Ellos estaban muy encabronados esa noche pues querían que “Los Niños Cantores de Viena”, estos reconocidos pequeños virtuosos que llevan un mensaje de buena voluntad a todos los rincones del mundo se presentaran en su ciudad, Los que hablaban alto en la cantina alegaban que, ya que se iban a presentar próximamente en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana, ¿Qué les importaba venir también a la frontera? Habían leído en la prensa que el grupo coral interpretaría en el DF, obras de Carl Orff, Mozart, Gerald Wirth, Mendelssohn y quizás una versión libre de “La Bamba y de La Cucaracha.” Esto los tenía en verdad muy disgustados. Tijuana es una ciudad en donde se habla el Spanglish, en donde inventaron la ensalada César y en donde pintan a los burritos con rayas de zebras para que se tomen fotos con ellos los turistas, ciudad de los tacos de chiles güeros, ciudad que parece una escenografía de una película de vaqueros a la Mexicana sobre todo en su maravillosa calle “Revolución … ciudad que se resiste al maltrato a que son sometidos los Mexicanos al intentar cruzar la línea divisoria, por los de la “migra”, por la cual pierden la vida tantos ciudadanos al intentar cruzar hacia el territorio que les fue expropiado por los gringos y que en verdad es tierra de ellos… por algo toda California se llama con nombres Latinos: San Diego, San Francisco, Los Ángeles… ciudad Tex-Mex, Nor-Tec, que se mueve fuertemente en el borderline pero nunca en la cuerda floja, la cuna de Carlos Santana el estupendo músico padre del “Abraxas” así como también del rockero Javier Batiz. Mi espalda guarda marcas como si hubiese sido azotado por un látigo, como si un arado al rojo vivo hubiese abierto surcos en ella, cicatrices que me recuerdan esa aventura justo un 31 de julio de 1982, día de mi cumpleaños… Amo a Tijuana, a los tacos de “Chile Güero” y brindo con el mayor de los entusiasmos por esa maravillosa ciudad. ¡¡¡Salud!!!
Un terremoto terrible que recuerdo fue el ocurrido en Santiago de Chile, que prácticamente abrió la tierra en dos partes, como el mar de Moisés y que me mostró por segundos como era el centro de la tierra al estilo Julio Verne y pude ver el infierno allá abajo, lugar regentado por ese ser rojo, con cuernos y tridente en donde dicen se ejecuta la condenación eterna...
Me he dado cuenta al pensar en el infierno de Dante, que el diablo sin dudas tiene forma de mujer, no es ese individuo de color rojo, con cachos, barba en pico demoníaca, cola que termina en punta de flecha, patas con pezuñas, uñas largas y un tridente o tenedor en su mano, NO compadre el diablo no es así, ese fue un invento de la Iglesia católica para asustarnos, les aseguro que el diablo sin dudas tiene forma de mujer…. En ese momento yo andaba como hoy tomando “Vodka Finlandia” con “Ginebra Tanqueray” y celebrando mi cumpleaños número 35… el mes de Julio del año 1985. El terremoto de Santiago fue un sismo registrado el domingo a las 22:47 UTC (19:47 hora local). Su epicentro se localizó en las costas del sur de la Región de Valparaíso, Chile, cercanas a la localidad de Algarrobo, y tuvo una magnitud de 9,0º en la escala sismológica de Richter. El sismo se sintió entre la Región de Antofagasta y la Región de la Araucanía, ese terremoto afectó con gran intensidad a la capital del país, Santiago de Chile. El recuento final de víctimas arrojó el triste saldo de 585 muertos, 2.575 heridos, 142.489 viviendas destruidas y cerca de un millón de damnificados.
Sentí como todos los pelos de mi cuerpo se chamuscaban y quedé depilado para toda la vida, nunca más crecieron los pelos de mi cuerpo salvo los de mi cabeza, sentí el impacto de pedazos de piedras que rasgaban mi cabeza. Por eso llevo estas marcas cual la “Tonsure de Duchamp” en mi coronilla y estas rayas en las sienes como la novia de Frankenstein, no tengo cejas y parezco depilado o lampiño… desde ese día llevo el cabello corto pues mi frondosa melena se quemó con tanto calor. Brindo por Marcel Duchamp. ¡¡¡Salud!!!
Los muslos llenos con las marcas de diminutos dientes me recordarán a esas pirañas que me querían devorar, eso fue cuando sucedió la inundación que trajo un mar de agua dulce a la ciudad Guayaquil en Ecuador, sepultándola cientos de metros bajo sus aguas, haciéndome salir de mi casa con traje de buzo nadando entre pirañas y caimanes hasta poder emerger. Los caimanes fueron repelidos por las toninas que los ahuyentaron golpeándolos con sus narices. Las pirañas me mordisquearon las piernas, pero gracias a la fuerte corriente que se las llevó, sus dientes no llegaron a los huesos. Al llegar a la superficie del agua vi como una alfombra de grandes grillos negros cubría las calles y como las gaviotas se estaban dando un verdadero banquete al comérselos. Brindamos los pocos sobrevivientes con “Vodka Snow Queen de Kazajistán” y comimos “Ceviche de pirañas”, ja, ja, ja, ja…. También esto aconteció un mes de Julio del año 1990 ¿Coincidencia dice usted? Pues brindo por las “Toninas” y por el Ecuador. ¡¡¡Salud!!!
Un alud me llevó consigo montaña abajo y me hizo permanecer una semana entera, del 12 de Julio al 18 del mismo mes del año 1995 en “Zermatt”, pasé siete días bajo y entre la helada la nieve de este lugar escondido, en uno de los lugares más remotos de Suiza…en donde por segundos mientras rodaba pude ver al Yeti, el abominable hombre de las nieves que me saludaba… Sí, sí ya sé que se dice que el Yeti, ese ser legendario habita en el Tíbet y Nepal, pero yo doy fe que lo vi en Suiza. Me quedé dormido sepultado en la nieve y al despertar, al lado mío había una botella de “Vodka Xellent de Suiza” y me la fui tomando hasta que me rescataron y gracias a eso no me congelé, hasta el día de hoy pienso que fue el Yeti quien me la regaló, por eso cada vez que tomo “Vodka Xellent” brindo por el Yeti. Perdí trozos de de mi oreja izquierda y todo el pabellón de mi oreja derecha, parte del labio inferior y un pedazo de mi nariz en ese entonces por el inclemente frio… Como ven mi nariz se parece a la de Michael Jackson..Ja, ja, ja. Brindo por mi amigo el Yeti. ¡¡¡Salud!!!
Recuerdo un iceberg, una masa de hielo flotante que golpeó nuestro navío en los océanos polares y que hundió cual “Titanic” nuestra embarcación. Todos caímos al agua helada y vi como mis compañeros y familiares murieron de hipotermia o comidos por las orcas en menos de media hora, eran las 10 de la noche y la temperatura corporal cayó por debajo de los 33ºC llegando a producirles la muerte. Debo mencionar aquí que fui salvado por una ballena orca… aunque usted no lo crea por la mala fama que tienen esas ballenas llamadas asesinas, al caer al agua y comenzar a helarme vi cómo se aproximaban estos cetáceos desplazándose en un gran grupo de 60 ejemplares… las ballenas negras de pecho blanco, parecían de charol, se parecían a enormes osos pandas de plástico en medio del mar, ellas se comieron a todos las personas que estaban en el agua menos a mí, fueron como bocadillos para sus gargantas, pero una de ellas se sumergió y emergió bajo de mi haciendo que mi cuerpo quedase montado sobre su lomo, entonces me sujeté a su aleta dorsal de forma triangular que medía como dos metros de altura y ella a una velocidad increíble me llevó hasta las costas de Hawái y se alejó perdiéndose en el horizonte. Buena “Vodka Grey Goose de Francia” que me tomé con agua de coco apenas llegué a archipiélago polinesio, celebrando mi cumpleaños número 29, el mes de Julio de 1979. Mis bíceps, tríceps y costados muestran rasgados y cortes producidos por las maderas rotas de mi embarcación con ese choque y por los pedazos de hielo… Amo desde ese entonces a las orcas y siempre que brindo con “Vodka Grey Goose” grito, “FREE WILLY” ¡¡¡Salud!!!
Y recuerdo tal y como si fuese hoy una explosión de Grisú en una mina de hulla en Ucrania en el año 1983, que me sacó de la cueva en la que me encontraba, me hizo volar por el aire tal cual como Superman y me lanzó a una distancia de un kilómetro. En realidad, no recuerdo que coño hacía yo metido en esa cueva, ni que era lo que buscaba en tan inhóspito lugar, ¿curioseando?, ¿buscando diamantes? ¿Huyendo del despecho de mi novia de Nueva York?… hummm!!! El componente principal del grisú es el metano junto a otros gases, principalmente etano, dióxido de carbono, nitrógeno y argón, helio e hidrógeno… La concentración más peligrosa es la correspondiente al 9,5% que es la que se corresponde a la mezcla que menor energía necesita para provocar una explosión y esta cueva tenía 9,9% y es justo en ese momento cuando veo a un compañero de excursión prendiendo un habano “Cohiba” Hijo de su puta madre… Al producirse esa explosión de grisú, las consecuencias fueron catastróficas en pérdidas de vidas humanas y materiales, además, que esa explosión otra explosión de polvo de carbón, de consecuencias mucho más catastróficas.
La radio local “Dnepropetrovsk Radio 92.9 FM” lo anunció esa misma tarde. “136 mineros perecieron con la explosión de grisú en una galería subterránea en la cuenca hullera ucraniana de Dnepropetrovsk, un portavoz del ministerio de Situaciones de Emergencia dijo que otros veintiséis operarios resultaron heridos, tres de ellos con quemaduras graves y que dos extranjeros sobrevivieron al estallido al ser lanzados sus cuerpos a una distancia de un kilómetro, tras la explosión en la mina Yubileinaya.
Al despertar estaba siendo atendido por unas bellas mujeres que me daban en un vaso corto “Vodka Petrof de Ucrania” con hielo, al saber ellas que al día siguiente era mi cumpleaños número 33, la edad de Cristo… Yo pensé en ese momento que había muerto y que estaba en el cielo atendido por ángeles... ja, ja, ja. Por eso no tengo el dedo meñique de mi mano izquierda, por eso me faltan todas las uñas de las manos y de los dedos de los pies, las cuales nunca más me volvieron a crecer desde ese acontecimiento en Julio del 83. Por eso siempre tiemblo cuando veo que alguien va a encender un habano “Cohiba”. Brindo hoy también por todas las mujeres que parecen ángeles. ¡¡¡Salud!!!
Pero la herida más grande la he sufrido fue en el corazón, cicatriz que demuestra cómo me lo partieron por el medio y en dos, cicatriz que aún hoy en día no he podido sanar ni curar, esa fue proferida por una mujer de negro que se me quedó tatuada en la aurícula derecha de ese mismo músculo, lloro… porque quién no llora no conoce el amor… Brindo por ella con Vodka, aunque mal me ha pagado, brindo por Vladlia, ¡¡¡Salud!!!
¿Quieren que les cuente de cómo yo perdí a la bella dama de negro?
A ella la conocí el mes de Julio de 1980 y se fue de mi vida también el mes de Julio de 1982… Es que el mes de Julio me tiene en verdad marcado con hierro candente.
Por curiosidad asistí a una fiesta organizada por las chicas de C.O.U.M. en el East Side, en una calle vecina a Saint Mark en donde quedaba el Club Lucky Strike, ese club new wave tan de moda a comienzos de los 80s, con pisos y paredes de cuadros blancos y negros como una gran caja de tablero de ajedrez… Presenté mi “invitación” a la entrada me revisaron a ver si traía algún tipo de armamento y me dejaron entrar al espacio Duchampniano, en donde sobre unas largas mesas forradas de espejos habían muchos pasteles de chocolate. Al instante las bellas mesoneras me obsequiaron un trago, lo que estábamos bebiendo todos era un ese cocktail transparente e incoloro llamado “Ángel Blanco”, en el techo y en medio del humo producido por el “hielo seco” se veían en los monitores un video en donde se trasmitía (like a loop) por tres veces consecutivas como un rayo partía una cruz en dos, a lo lejos vi a una bella mujer que se acercaba lentamente en mi dirección vestida completamente de cuero y con unos cuernos de carnero en cada mano, trasmutada en una Santa Mutante…Así conocí a Vladlia y nos enamoramos apenas nos vimos, como dicen eso fue amor a primera vista. De pronto apareció en el paisaje de mi vida, bella, extraña e inteligente, hoy creo a ciencia cierta que fui preparado para este encuentro, para encontrarme con esa mujer, para seguir con ella y para después ser separado bruscamente. Las manifestaciones externas o visibles, producidas por mi inconsciente fueron también claras… me vino un gusto repentino que aún conservo, de vestirme solo de color negro y el lógico rechazo de ponerme otras ropas de otros colores, un desarrollo sorpresivo de mi capacidad de análisis y un gusto por beber Vodka mezclada con Ginebra, aguardientes puros y fuertes. No podría entonces decir hoy, que la pasión sentida a través de los años por los vampiros, por Drácula y Nosferatu, eran solo coincidencia, cuando este último año se acrecentó a tal punto de releer y volver a ver en el cine todo lo concerniente a ese género y a ese mundo, tampoco podría decir que fue coincidencia el conocerla a ella, el conocer a la enigmática Vladlia, enamorarnos y descubrir que había nacido en Rumania, y para ser más preciso en Transilvana, ciudad natal del conde Vlad Dracul, el empalador y cuna del vampirismo…
Recuerdo la primera vez que hicimos el amor, un 31 de julio de 1980, día de mi cumpleaños número 30, ella se despojó de todo su atuendo de color negro, de su capa y de su ropa interior también negra, dejó al descubierto su bellísimo y blanco cuerpo únicamente cubierto por su melena negra y sus abundantes y negros bellos púbicos, se dejó solo una cadena gruesa de plata con una especie de camafeo-amuleto con una piedra de color morado y en el dedo anular de su mano izquierda una gruesa sortija también de plata con una piedra preciosa también de color morado púrpura, nos tomamos una botella entera de “Vodka Diva de Inglaterra” e hicimos el amor de una manera loca y violenta, nos revolcamos y dimos vueltas en la cama de sabanas de satén color púrpura… Ella me decía cosas en Rumano que yo no entendía, palabras que sonaban como un encantamiento o hechizo, de pronto el clímax máximo se hacía sentir, el orgasmo estaba a punto de hacer aparición y sentí un terror que me heló la sangre cuando ella al besarme el cuello intentara mordérmelo, repentinamente hundí mi cabeza subiendo los hombros no dejándola que me mordiera, porque no estaba para ese entonces preparado aún para convertirme en un Nosferatu.
Con Vladlia viví cosas maravillosas, tomábamos Vodka con Ginebra en cantidades industriales, paseábamos en su Cadillac negro a gran velocidad y hasta chocábamos con fuerza a los otros automóviles solo por placer…. Ja, ja, ja, ella los chocaba en el guardafangos trasero y luego se iba acelerando al máximo. Otras veces nos íbamos a comer cordero a los restaurantes de Soho o a comer ancas de rana y sopa de pollo en leche de coco a la tailandesa en Chinatown, paseábamos agarrados de la mano en el caluroso verano por el Central Park o hablábamos de arte en el museo Guggenheim viendo la muestra de Ives Klein… Recuerdo que a ella le encantaba la leche agria y que no comía pollo pues le recordaba a los pterodáctilos, comíamos rico y luego nos íbamos a meter bajo las sábanas a cada momento para hacer el amor para luego emborracharnos tomando y tomando Vodka sin parar botella tras botella.
En el pene tengo cicatrices y se ven claramente donde estuvieron los hilos de sutura, mi pene está marcado y se hace más evidente cuando está erecto, se parece al amputado y restituido falo del esposo de Lorena Bobit, presumo de tener un pene de buen tamaño y de ser muy buen amante… Pene estilo Frankenstein que lleva sus medallas, sus condecoraciones como queloides, de tanto hacer el amor con esa mujer.
Darck, Gótica, Criatura de la noche, Vampira, vestida de negro con cadenas de plata y cruces colgadas al revés… esa Dama de negro, cual dama del Black Sabath, discípula de Ozzy me tenía hechizado, de verdad estaba loco por ella y hasta pensé seriamente en casarme con esa exótica mujer que no cría en los ascendidos, ni en la bondad absoluta de los ángeles, ni creía en las velas rojas para atraer el amor. Ella me decía que le gustaban los ocasos, las noches de luna llena y los días nublados, los gatos negros y los libros de arte y de filosofía, los Piano concertos 2 y 3de Sergey Rachmaninov, las pinturas de Durero, la belleza en todas sus formas, la superficie de los lagos a medianoche, la profundidad de los océanos, el Vodka mezclado con Ginebra a lo Capote…. Y hacer el amor conmigo, sexo fuerte y sin inhibiciones, mamadas maravillosas mejores que las de Mónica Lewinsky, esa bella mujer amante de Clinton… Era como para enhebrar una aguja con hilo de suturar, hilo quirúrgico y coserle entonces los labios a ella, clausurándolos y sellándoselos, cosiéndoselos con hilo, o con un alfiler de seguridad cerrarle los labios, como en el libro de Bukowsky o poniéndoles muchos alfileres de seguridad en sus labios uniéndoles los superiores con los inferiores, haciendo de su boca una boca de metal Punks o Cyber Punks…
Una cierta dosis de oscuridad acompaña a todos los seres humanos, ¿Quién no se ha regocijado con ella?
Una vez más he vuelto a beber de la soledad, bebo mis vasos de Vodka helada y le doy sorbos a la soledad que ya veo venir, dejo que Vladlia me envuelva con sus brazos largos y fríos y me abrace tan fuerte hasta quebrarme mis alas negras, yo no me he opuesto a ella incluso creo que me gusta.
A Vladlia, mi amiga de Transilvana después de dos años de amor desbocado, no quise en un momento determinado de mi vida el volverla a ver, ya que nuestros caminos se hicieron evidentemente opuestos, ella se volvió una obsesionada en su amor y cuidados a un perro que se había comprado ya grande en una tienda que vendía “Perros entrenados de seguridad”, por esa relación insana hacia su “Rambo”, alto como un caballo, de pelambre negra y corta, una mezcla de Doberman con Gran Danés, con Rottweiler y Mastín Napolitano , un macho que pesaba en torno a los 60 kg y que era capaz de generar una presión en su mordida de 170Kg en el radio de su boca… ¿Pero qué coño se yo de perros?… Boca babosa y fiero como un león, con unos colmillos de este tamaño, pero a quien ella trataba como a un bebito, era un verdadero “Cancerbero” pero de una sola cabeza. Este cancerbero guarda la puerta no del Hades, si no la de Laila, la cuida a ella del inframundo y aseguraba que los muertos no se le aparezcan ni le causen daño y que los vivos no se le aproximaran. La existencia de este perro infernal en la entrada no de los infiernos si no de mi apartamento en “Thompson St.” Se ha convertido en mi peor pesadilla cual pérfido ensangrentado “Garm” de la mitología escandinava, como el perro de Satanás. Debo admitir que la imagen de ella toda vestida de negro, con plumas y pieles, con botas alta, su capa, paseando por “The Village” llevando a su perro fiero con collar de púas y sujeto por una gruesa cadena, era en verdad digna de fotografías. Comencé no permitiéndole la entrada a ese monstruoso animal a mi apartamento neoyorkino, ya que no podía ni siquiera tocarle un dedo a su dueña sin que el animal no intentase devorarme a mí, si le daba un beso a mi amada, el perro gruñía y me mostraba amenazante sus colmillos, en verdad odié a ese perro, odié a ese perro con todas las fuerzas de mi ser… fucking bastard dog. Y aún hoy lo sigo odiando con toda mi alma. No hay nada repartido más equitativamente en el mundo que la razón. Todo el mundo está convencido de tener la suficiente... así opinaba Descartes… Perooooooo ¿Hay castigo divino para quién asesine o envenene a un demonio como este?
Pensando en esa bestia envestida en cuerpo de perro he escrito esta poesía que más bien es la letra de una canción de rock and roll…
Perro furioso
Aliento de aceite
Perro malvado
Demoníaco
Cancerbero de una sola cabeza
Que ataca al cuello
Que mata sin remordimientos
Para luego beberse la sangre de sus victimas
Para luego comerse la carne de sus victimas
Para luego roerse los huesos de sus victimas
No dejando nada de nada
Ni siquiera su recuerdo
Perro furioso
Que le aúlla a la luna llena
Que le brillan cual faros los ojos en la oscuridad
Que huele feo
Que es un nido de pulgas y de sarna
Que muerde las llantas de los automóviles
Que se orina en los árboles
Que se come su propio vomito
Que mata también a los otros perros… y a los gatos… y a los niños
Que gusta de olerles el ano a los otros perros
Que gusta de morderse la cola a si mismo
Y da y da vueltas y vueltas en círculo antes de irse a dormir
Perro furioso
Dientes de acero
Aliento de aceite
Perro malvado
No era así…
Tú lo enseñaste a ser así
Corrompiste su espíritu
Y ahora viene por mí.
Una tarde el 31 de Julio de 1982, cuando celebraba mi cumpleaños número 32 y mientras tomaba “Vodka Kissui Japonesa”, sentí una clara señal, como una orden desde el interno de mí ser que me decía que debía irme de su lado, que debía decirle adiós a esa mujer y sacármela de una vez por todas de mi vida… Esa tarde, ella no vio de buena gana, como le introducía por la garganta a su perro, el cañón largo de mi revólver Smith & Windson calibre 38, provocándole nauseas a esa bestia llamada “Rambo”, mientras yo tenía el firme propósito de oprimir el gatillo del revólver y volarle los sesos…. Ese revolver lo había comprado hacía una semana en la calle de “Saint Marks” a un dealer del “Lower East Side”, me sentí en ese momento mientras me mostraban las pistolas “Berettas” o “Magnums” como “Al Pacino” en “Taxi driver”.
Así que ella sacó al animal del apartamento y lo amarró de su correa en la reja del pasillo frente a las escaleras y de un tirón nos metimos a la cama y nos arrancamos la ropa… Aunque yo en medio del éxtasis me diluía en dos ideas mientras hacía el amor con ella, lleno de Vodka japonesa, escuchando a un alto volumen "Watermelon in Easter hay" de "Zappa", tocando con la punta de mis dedos el revólver que tenía bajo de mi almohada, mientras me apretaba tan fuerte en la cama con mi amada, ella a caballo, cabalgando sobre de mí, yo con una erección descomunal dentro de ella, hembra que gemía de placer, yo gruñía como un felino, mientras afuera se escuchaba el ladrido del perro, de la bestia amarrado que la llamaba… Tocaba la cacha del revólver y en dos extremos me diluía, matarla a ella o seguir entre sus piernas… matar al perro o seguir entre sus piernas… matarla a ella y a su perro o seguir entre sus piernas… matarlos a los dos y matarme luego yo o e seguir entre sus piernas…
¡¡¡¡Tuvo un fuerte orgasmo y gruñó grrrrr!!!! y yo eyaculé casi al instante y grité ahhhhh!!!!, coño con una fuerza que parecía que nos íbamos a fundir los dos en uno, en un verdadero estado alterado de conciencia y justo en ese instante, la empujé, la alejé con fuerza, la separé de mí y le dije drásticamente: “¿Rambo o yo Vladlia?”
Después de hacer el amor intensamente conmigo, se vistió, me dio un beso en la boca, me dijo que me amaba, con lágrimas que se asomaban en sus ojos haciéndole derretir el rímel, yo con mis ojos húmedos, ella desató al animal y se fue con él, Vladlia tuvo que tomar una decisión vital que la hizo alejarse de mi vida. Ella me dejó por esa mierda de perro, ella se fue con “Rambo”, carajo prefirió al perro, ¿lo pueden creer? ¿pueden creer que prefirió a esa bestia? eso se cuenta y no se cree, se fue esa tarde del mes de Julio del año 82, hasta el sol de hoy y nunca más la volví a ver.
Luego de unos meses y después de tanto llorar en medio de borracheras, de despecho, de ese guayabo que me mataba, intenté llamarla en varias oportunidades por teléfono, pero su mamá siempre me dijo que no estabas ahí, que no la llamara más, que para mí ella había muerto… Me dijo que no me molestara en llamarla otra vez, que nunca iba a tomar el teléfono, que desapareciera de una vez por todas de la vida de su hija a la que le había hecho tanto daño… que me fuera del país, que me regresara a mi patria.
La lista de calamidades vividas en todos los meses de Julio a lo largo y ancho de mi existencia es larga, un bisturí que corta mi frente, un simún que me arropa, un incendio que me calcina, un volcán que casi me traga, un ciclón que me lleva, un tifón que me arrastra, un terremoto que me deglute, un inundación que me mordisquea las piernas, un alud que me sepulta vivo, un iceberg que me coñacea, una explosión de grisú que me convierte en bala humana y una dama de negro que me corta las venas, que con la espada de laser de los “Jedis” de “Star Wars” parte mi corazón en dos... Hummmmm!!!!
Por eso hoy, al celebrar mi cumpleaños, les cuento a ustedes estas historias de cicatrices vividas en los meses de Julio ¿Qué más podría pedirle a la vida un día como hoy? Salud, Dinero, Amor, Suerte, Paz, Sexo, Vodka y Rock and Roll… Ja, ja, ja. Brindo por la suerte que me ha permitido sobrevivir. ¡¡¡Salud!!!
Estoy casi acostado en este sofá rojo, Ese sofá rojo que prácticamente vuela, que va acompañado en esta insólita galaxia por otros planetas, estrella y asteroides… Convencido que hubo una vez en que el universo solo consistía en un sofá mullido que estaba suspendido y flotando en medio de la negra oscuridad básica, cuando de pronto se hizo y brilló una luz incandescentemente la cual bajó desde el cielo, junto a la estruendosa voz del Señor Dios todopoderoso que dijo: "Tráiganme un poco de suelo, aquí abajo de este sofá marrón y flotante!" ¿Marrón o Rojo? Brindo por eso. ¡¡¡Salud!!!
Queridos hermanos, lo que estamos escuchando en este momento es, “My Guitar Wants To Kill Your Mama” del gran Frank Zappa y esta música hace que la recuerde a ella, a mi amada imposible… Por eso mis ojos se humedecen de nuevo, por eso siento una emoción tan grande que se me nubla la mente, el corazón me duele, se me salta, se me hace un nudo en la garganta, sobre todo al entender que la letra de esa canción habla sobre mí y de mi gran amor por Vladlia, esa canción es mía porque su letra soy yo, es mi historia y es real… Esa canción que me pone tan nostálgico y que dice en su lírica: “Luego intenté llamarte, pero tu mamá me dijo que no estabas ahí, ella me dijo que no me molestara en llamarte otra vez… Me cansé de arrastrarme para llegar a tu puerta de atrás, me arrastré pasando por la basura y tu madre de nuevo apareció gritándome que no volviera nunca más… Mi guitarra quiere matar a tu mamá, mi guitarra quiere matar a tu madre, mi guitarra quiere matar a tu mamá.”
Como le decía desde su jaula el canario Piolín al gato Silvestre: “un gatito malo siempre será un gatito malo”. ¡¡¡Salud!!!
Carlos Zerpa. Valencia, Venezuela, 1950 — Vive y trabaja en Ciudad de México. Artista multidisciplinario con una destacada trayectoria internacional en performance, instalación, gráfica, pintura y objetos. Estudió Diseño Visual en la Scuola Politécnica di Design de Milán y se formó en fotografía, serigrafía y técnicas gráficas en instituciones de Italia, Colombia, EE. UU. y México. También ha incursionado en artes marciales, incorporando esta experiencia corporal a su obra.
Desde los años ochenta, ha expuesto de forma individual y colectiva en importantes espacios como el MoMA de Nueva York, Museo de Arte Moderno de San Diego, Museo de Bellas Artes de Caracas, Museo del Barrio de Nueva York, MARCO de Monterrey, Fundación Juan March en Madrid, Museo de Arte Moderno de Medellín, Zona MACO, entre otros.
Su obra forma parte de destacadas colecciones internacionales en EE. UU., Europa, América Latina y Australia. Ha sido premiado por instituciones como la Sala Mendoza, el Salón Arturo Michelena y la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA).
En los últimos años ha mantenido una activa presencia expositiva en ferias, museos y espacios independientes de México, Colombia, Brasil, Venezuela, España y EE. UU., con proyectos emblemáticos como Mi Anaconda de vinilos, Detrás de la Baraja y La poética de la protesta y el antipoder. Su trabajo explora con humor, crítica y contundencia los imaginarios del poder, la cultura popular y la identidad latinoamericana.
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