ÑAU
Ñau… Ñau…
Ese es el lenguaje de los gatos.
Dice Miguel Ángel que en su casa quien mejor lo habla y escribe es su hija Sara, la niña Hindú.
Dice él que ayer al sur de Valencia la temperatura a eso de las once y media del mediodía, era de 40 grados centígrados y que los gatos no ronroneaban, si no que hacían Ñau, Ñau.
Mi sobrino Rodrigo insiste en que los gatos no hacen Ñau, si no que arruñan.
Sara la niña Hindú, divinidad sofisticada y adolescente escucha a los gatos y se sonríe, ella sabe perfectamente lo que están diciendo.
Esa niña se niega a ponerse anillos en los dedos de sus pies y no se pinta el punto rojo entre ceja y ceja.
Los gatos no lo hacen y ella tampoco.
Así de sencillo.
1 comentario:
Precioso este cuento..precioso
C.
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