Lo mas seguro es el Infierno…
Cita con Carlos Zerpa
Entrevistado
por: Antonia Palacios, Maria Elena Ramos, Pascual Estrada y Rafael Arráis
Lucca.
Revista: Hojas
de Calicanto No 12, Edición Aniversario
Enero / Marzo de
1982.
Rafael
Arráiz Lucca: ¿Porque dentro de la propuesta conceptual (como tú la llamas) de tu trabajo, nos hablas de una
crítica a la sociedad de consumo, basada
en un sistema capitalista y la escogencia del tema religioso para
abordar esa problemática?
Carlos
Zerpa: Eso es bastante interesante, a final de cuentas mi trabajo
artístico es muy intimo, bastante intimo, y aunque yo respeto mucho el trabajo
de otros compañeros míos, aun dentro de la vanguardia, hay otros que trabajan
un poco mas desde afuera, o sea que trabajan el arte por el arte, o slo se
manejan dentro de la cuestión estética, un trabajo bastante válido; pero, en mi
caso, yo considero que la única manera que yo pueda asumir el trabajo
artístico es relacionándolo con mi
propia persona, con lo que yo vivo, con mi acontecer diario desde que abro los
ojos en la mañana hasta que me acuesto a dormir y aun así cuando estoy
durmiendo, en ese momento también sigo siendo artista, no es un acto de cinco
minutos los domingos o cuando tengo tiempo o un rato libre (como si fuese un hobbie).
Partiendo de allí, yo tengo mis
preocupaciones y mi caos vivencial como todo ciudadano y a mi me afecta el
hecho de que cuando yo salgo a la calle el transporte público sea tan malo, que
haya huecos en las calles, saber que el país está en crisis, etc., etc. Todos
estos problemas son políticos a final de cuentas y me afectan a mí en mi vida
íntima, directamente, yo creo que si yo viviera en una ciudad más justa yo me
sentiría mucho mejor de lo que me siento
ahora, y doy esta vuelta para llegar a
eso, mi trabajo siendo íntimo, está verdaderamente afectado por este problema
político en el país, de Latinoamérica o del mundo, pero yo asumí mi propuesta
artística en Venezuela porque, bueno, yo soy venezolano y vivo aquí entonces si
mi intimidad está afectada por este acontecer político nacional, entonces diría
yo que mi trabajo intimo es un trabajo político a final de cuentas. Si yo me
escapo del problema político, estoy escapando de mi realidad y tendría que
hacer otras cosas que a mí verdaderamente no me interesan.
Yo he buscado, tengo varios años en esto, el
caso se dió cuando estaba viviendo en Italia, estaba a punto de egresar de la
escuela de Diseño, una escuela que me decía y enseñaba que el arte había muerto
y justo en ese momento mi trabajo yo lo sentía muy frío, verdaderamente, no
entendía que era lo que estaba pasando con él, me di cuenta que mi casa estaba
llena de objetos, que yo recuperaba de los basureros o de casas de antigüedades
y los metía en frascos y armaba cosas, era muy calido, muy bello, me
identificaba con ellos pero yo no les consideraba obra de arte, no eran obra de
arte porque allí no estaba la pincelada ni el lápiz ni el soporte habitual, la
tela prensada, el papel, sino que sencillamente eran objetos metidos en
botellas, en frascos, cosas amarradas,
cosas escritas y pegadas (objetos
mágicos, nada más), un día tuve la osadía (utilizando un soporte
tradicional como es lienzo prensado
sobre un bastidor) de pegar estos objetos a ese bastidor y entender que yo
traía dos años con una crisis artística tremenda, y que esta crisis se daba
porque yo había asumido, verdaderamente que el arte no estaba afuera sino que
el arte era todos estos objetos que me
estaban rodeando en mi casa y que yo venia reuniendo hace mucho tiempo y
que no les había dado su puesto de importancia dentro de mi vida artística, y
cuando entendí esto, empecé a buscar un poco mas adentro de mi mismo que cosas
eran las que yo sentía, que me afectaba y realice un poco esta fusión.
He hablado de la parte romántica, de los
recuerdos. Por otro lado en relación a la propuesta religiosa, tiene también su
lugar en mi vida intima, porque desde niño yo he estado muy marcado, como creo
que todos nosotros, por una religión católica que me dice que es lo bueno y que
es lo malo, del pecado, del cielo y del infierno. Todo este mundo
sadomasoquista en que estamos metidos desde niños, que representan una cantidad
de frenos morales a cusa de esa religión y entonces empecé a rebelarme contra
todas estas cosas. Viví una vida fanática católica con los cursillos de
cristiandad llamados “Palestra”, otra como cristiano de Biblia, casi llegando a
ser evangélico, luego un mundo bastante diferente, de tendencias orientalitas
(yoga, sen, artes marciales) y entonces me empecé a dar cuenta de que nosotros,
en Latinoamérica, siempre hemos sido como dice Martí, una Latinoamérica
bastante mestiza, bueno, no solamente mestiza en cuanto a razas sino en cuanto
a creencias y eso lo hablo yo detenidamente en el catálogo de mi exposición
“Cada quien con su santo propio”. Toda esa influencia que vino de España, toda
esa influencia que vino del África, nuestros rituales primarios y primigenios
autóctonos, nuestras creencias venezolanas, indígenas y luego todo lo que nos
va llegando gota a gota: los mormones, los testigos de Jehová, los
pentecostales, las hijas de Maria, los hijos de Dios, el Guru Mahariji, el Guru
tal, el Guru cual etc. Nosotros lo que hemos hecho es, toda una mezcla de esas
cosas que nosotros de una manera u otra, tenemos un poco de todo eso, un poco
de lo bueno y un poco de lo alienante… Vivimos en un sincretismo.
María
Elena Ramos: Hay algo que es importante tocar, sobre ese aspecto religioso,
que no es simplemente la existencia clara de una cantidad de sentimientos,
prácticas religiosas, todo eso, sino también
en tu trabajo concretamente, se siente tanto más, una crítica o una
reflexión sobre la manera como posteriormente las religiones han sido otra
pieza más del consumo. Más que una crítica a la religión misma. Porque hemos
comentado que en ti se siente más la postura del que en el fondo se preocupa
por que algo que pudo haber sido relativamente puro o incluso puro en sus
orígenes, tenga un proceso de prostitución, se venden sahumerios, se venden
toda una cantidad de cosas, como se pueden vender fichitas de mujeres desnudas
y almanaques, todo en el mismo sitio y tienen el mismo destino, más que una reflexión sobre el
problema de la religión como hecho alienante, es toda esa cosa posterior, o sea
a la religión como consumo, yo creo que eso es importante también porque
entronca con tu crítica, tu visión del mundo político – social y el consumo,
que es lo fundamental de tu trabajo con el aspecto religioso, porque llega un
momento en que todo se confunde, llega un momento en que solamente las religiones
dejan de ser las cosas originalmente pura que fueron, igual que el arte deja de
tener la fuerza que originalmente era pura y se ve desvirtuado, se va
consumiendo y llega un momento en que todo es la misma basura (por decirlo de
alguna forma), entonces yo siento que eso es importante.
Carlos
Zerpa: Si claro, que bueno que lo trajiste a relación. Porque en verdad
es uno de los aspectos que más me interesan a mí. En una sociedad consumista
como la nuestra, bueno, la espiritualidad no se escapa, entonces ella va muy
ligada a una parte bella que tenemos
nosotros, en Latinoamérica, que es la magia y la magia es de pronto lo que uno
siente cuando está en un jardín y oye los sapitos, o cuando sale el arco iris…
aunque parezca una cuestión muy romántica y muy cursi, pero es muy hermosa y
entonces uno siente que uno es más que este cuerpo y que es otra cosa, que es
amor, aunque esa es una palabra muy prostituida y es prostituida por eso,
porque esta sociedad se ha encargado de comercializar todo y nada se escapa de
eso, bueno el hecho de las religiones y toda esta creencia espiritual que
tenemos todos nosotros está contaminada. Hay personas que se dan cuenta que hay
gente cada vez que observan la luna se ponen románticos y entonces le venden la
luna y eso ha pasado con los santos, esa magia ha sido tan manejada por la
sociedad de consumo que si se dan cuenta (como de hecho se están dando cuenta)
de que hay muchas personas que tienen su fe puesta en personajes como José
Gregorio Hernández, en la Virgen Sudorosa, en el Niño de la Cuchilla o como el
Anima de La Yaguara ,
etc. Y ellos al instante les tienen al lado las estampas que van a consumir en
sus propias casas, y diferentes maneras de venta/adoración, que van desde un
José Gregorio Hernández de yeso, hasta uno de neón en resina poliéster que
brilla en la oscuridad, o lo último que ví por allí que, bueno, dije esto es el
colmo ya, como son los santos en Spray que están llegando de Miami, que tienen en
las latas de aerosol, unas instrucciones bastantes interesantes: dicen que la
casa debe estar en silencio, que lean la oración que trae el envase, que piensen
en el santo y luego que lo rocíe en el ambiente y la presencia del santo estará
en la sala, recen otra vez y ya estará presente, estos santos en spray vienen en
olor a Lavanda, Fresa, coco y ámbar.
María
Elena Ramos: ¿Tú no crees que el proceso de arte es similar al de la
religión?
Carlos
Zerpa. Claro, hay arte en spray también, al gusto exactamente del
consumidor. Va directamente proporcional al final de cuentas. Al artista y al
producto del arte que se pretende vender, hoy en día se le diviniza tal cual y
se le monta en un pedestal como si fuera un santo más. Entonces este santo
nuevo (un ser especial) un nuevo sacerdote, el genio, el que todo lo que toca ya
es obra de arte, lo que este artista firma se vende y seguirá entonces haciendo
cuadros azules con puntos amarillos porque eso es lo que necesita la sociedad
de consumo o una cantidad de personas se unirán a esta tendencia de pintar
cuadros azules con punto amarillo y habrán sus variantes, los seguidores,
porque seguirán la corriente de moda.
Pacual
Estrada: ese es un riesgo tremendo el que tú corres (como todo) el riesgo
de ser santificado, es decir, tú estás en un proceso artístico y de creación;
marginal, contra el status, y aparece ser que muy doloroso para el status,
entonces tú, un artista tú, como provees tú futuro, es decir, como artista,
como hombre, como persona, porque claro, el riesgo de ser absorbido es grande,
si todo es manipulado, de repente se hace una gracia, una morisqueta y
viceversa.
Carlos
Zerpa: Esta sociedad absorbe todo, el caso más lamentable, diría yo, es
el de Che Guevara que termino siendo…
María
Elena Ramos: Franelas…
Carlos
Zerpa: Franelas, calcomanías, hebillas de cinturón, llaveros, afiches y
posters psicodélicos, pasó también con el símbolo de la paz y se tergiversó su
mensaje y terminó siendo hebillas, franelas, peace and love por todos lados.
Ellos son expertos a final de cuentas en cambiar todas las cosas y manipularlas,
cambiarles el sentido, entonces bueno, tu me preguntas a mí que va a pasar
conmigo, bueno: yo no sé. Esta sociedad de consumo, mira, es tan hábil o sea la
gente que está allí, por algo están en el poder no son nada tontos y lo manejan
todo muy bien, en este momento me están manejando a mí, perfectamente, yo diría
que en este momento yo soy un boom, y yo me estoy cuidando muchísimo, me han
puesto trampas, yo observo algunas otras no, ahí está mi riesgo a final de
cuentas, no sólo el mío sino el de todos los creadores, el de todas las
personas, ahora tu me preguntas que va a pasar conmigo, bueno yo voy a intentar
mantenerme puro, digo yo, pero hoy en día hay dos posiciones, o uno se
mantienen verdaderamente puro y no participa en nada y se aísla o se infiltra.
Yo opté por la segunda que es la más peligrosa, yo me estoy infiltrando
bastante, bastante, yo pienso que particularmente la lucha no es desde una
montaña echando tiros o metido en una cueva de ermitaño, sino la lucha es desde
adentro y es más riesgosa, el poder del dinero corrompe todo, yo espero que el
sistema no me trague entero, pero bueno en la pelea perderé algo.
Rafael
Arráiz Lucca: Carlos, seria interesante que nos hablaras también de tus
rituales; yo encuentro que en ellos y en buena parte de su trabajo, hay una
relación muy interesante entre toda esa sensualidad y erotismo de tus rituales
y la muerte, sí como a ella la veo dentro de tu propuesta conceptual.
Hablábamos un poco de esto. Como enlazas todo esto…
Antonia
Palacios: Bueno, es que yo creo, Rafael, que justamente lo que él ha estado
hablando todo el tiempo es de esa influencia religiosa que tuvo en su niñez y
que hemos tenido casi todos y tu sabes muy bien que todo lo que significa la
religión cristiana aquí en Venezuela por lo menos y en España porque es de allá
que nos viene, es una cosa donde la muerte tiene el principal papel, es decir,
la muerte es una cosa… el temor a la muerte está inspirado por el temor de
Dios, eso es lo que colocan a uno los cristianos. Entonces al dejar de vivir
nosotros estamos en presencia de dios que va a juzgarnos y ese el temor grande
del que tu hablas, no solamente de la muerte sino que envuelve esa cosa
católica y cristiana que es el temor a Dios.
Carlos
Zerpa: Exacto. La única cosa cierta es la muerte, eso lo sabemos todos,
pero la muerte como es un gran enigma, nadie sabe que es lo que pasa después de
que uno muere, ha sido muy bien trabajada para que nos haga pensar que la
muerte es cielo o infierno y todo el mundo sabe que es muy difícil el cielo, o
sea, que lo más seguro es el infierno y este es verdaderamente la muerte, da
miedo, pánico ese enfrentamiento con el diablo y la no vida. Mis performances
son esa linea entre la vida y la muerte, soy yo mismo, mis ceremonias son eso,
la vida misma, no son teatro, esa es la premisa. Yo creo que para la mayoría de
las personas que son creativas la muerte está muy cerca o está muy cerca es
nuestra compañera todo el tiempo está con nosotros.
Antonia
Palacios: Yo estoy de acuerdo contigo.
Carlos
Zerpa: Muchas veces yo he sentido ganas, verdaderamente, de no seguir
viviendo, con depresiones bastante fuertes y yo he decidido que no quiero
seguir viviendo y hay ocasiones en que quiero vivir eternamente, sobre todo
cuando estoy enamorado, que esos momentos perduraran es lo ideal, entonces
fíjate yo involucro la muerte en mis trabajos y performances, justamente pro
eso, por el gran miedo que le tenemos todos a ese momento en que nos
desprendemos del cuerpo e ir a un lugar “exis”, a la nada o a un lugar pleno de
amor y de luz…. O si verdaderamente son ciertas tantas creencias como la
reencarnación. Juego con eso al máximo, sobre todo porque me interesa mantener
a las personas que están viendo el trabajo mío en un temor, en un gran temor o
se los estoy diciendo durante el performance: “Yo soy la muerte”. Y si yo digo
la muerte, tienen miedo y de pronto me ven a mí como el que les está nombrando
la muerte y entonces me tienen miedo a mí y eso me interesa para mi trabajo,
porque es una manera de manejar al público.
Rafael
Arraíz Lucca: ¿Por qué? ¿Para que?.
Carlos
Zerpa: ¿Para?, para que no se les escape un momento la tensión ni la atensión
de mí trabajo y poderles decir de esta manera otra cantidad de cosas importantes,
para crear conciencias y ese para lo justificaría, bueno a mi me interesa y no
es una cosa del todo mía ni inventada por mí…. Se lo leí en una carta de
Isidore Ducasse (El Conde Lautremont) él decía que él le encantaba a la muerte
porque a él le interesa que la gente viendo el horror buscará el otro polo: la
vida, él no le cantaba a la muerte sino a la vida, entonces yo te diré lo
mismo, yo busco mostrarle al espectador todas las cosas más fuertes para
motivarlos a ellos hacia lo otro, hacia el otro mundo: la vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario