“Algún día todos seremos olvidados”
Carlos Zerpa.
Por ahí leí una frase en verdad contundente y que le da un palo por la cabeza al ego, ella decía “Algún día todos seremos olvidados” luego el texto continuaba. Dentro de cien años, nuestras vidas habrán desaparecido, otros ocuparán las casas en donde vivimos y todas las posesiones que hoy atesoramos serán legadas, estarán en otras manos, olvidadas o destruidas. Nuestros descendientes conocerán poco de nosotros y, con el tiempo, hasta el vínculo más fuerte se disolverá, no sabrán quienes fueron sus tatarabuelos (tu y yo). ¿Cuántos pueden decir que conocen el nombre del padre de su bisabuelo? Ni siquiera sabemos en este momento los nombres de los tíos y tías de nuestra mamá, ¿ recuerdas los nombres y apellidos de tus profesores y maestros del colegio y del liceo? ¿te sabes el nombre de todos los integrantes de las bandas de rock que te gustan? ¿Te sabes los nombres de todos los directores de las películas que has visto? ¿Los nombres de los escritores de esos libros que te has leído? quizás internet nos ayude a identificar el nombre del arquitecto que edificó algún edificio, o del inventor del televisor a color, quizás…
La gran enciclopedia del mundo se llena de nombre, pero son solo eso “nombres”, tal cual como los que llenaban esos libros gordos llamados “guías telefónicas”.
Cuantos pintores, actores, médicos, bailarines, maestros, doctores, acróbatas, magos, músicos, jardineros, escultores, inventores, escritores, fotógrafos, cineastas etc. etc. Han pasado por el planeta, en miles de ciudades y países del mundo, a través del tiempo, y hoy en día nadie los recuerda.
Entonces es bueno saber que la realidad es, nos guste o no, que, “Algún día todos seremos olvidados”
El texto termina con una gran verdad. La vida no se trata de ser inmortal en la memoria de otros, sino de ser inmensamente libre en el tiempo que tenemos. En el aquí y en el ahora.
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