Tres Historias Chilangas.

 

Tres Historias Chilangas.

Carlos Zerpa

CDMX 25

 

1

En el tianguis, había un vendedor ambulante árabe, que vendía de todo, como en un mini mercado de pulgas, entre las navajas y los  collares exóticos, descubro un par de pelotas rosadas con una cadenita y un broche, son cada una del tamaño de unas pelotas de baseball. Me les quedo viendo y el vendedor me dice que me vende las dos en 50 pesos. 

Yo le digo que no se que son, el me pregunta. ¿Sabe que son?, yo le digo que no y el me responde... Son impermeables.

 

2

Afuera llueve, estoy en una taquería en ciudad de México, comiendo tacos al pastor.

En la mesa de enfrente y dándome la espalda, está sentado un joven el cual tiene un parche en el cuello, tiene una herida, yo pienso que fue mordido.

Al rato en el Oxxo, veo a una joven, que también lleva en el cuello un par de "curitas" (band aids), mueve el cuello incomoda, se ve que le duele.

Una señora camina rápido, pues parece que va a llover de nuevo, también tiene una herida en su cuello... Esto es más que una coincidencia, no quiero creer que un vampiro está azotando la zona.

Caen gotas y me refugio en una cafetería, pido un café de olla y veo que el mesonero también tiene también un parche en el cuello, la curiosidad me gana y le pregunto de que se trata. Me dice que hay un brote en la ciudad, de mordeduras de cucarachas voladoras, que atacan de noche. 

Afuera llueve.

 

3-

Entra al local un hombre con una guitarra acústica, llena de parches, se ve que el instrumento lleva años de vida y de golpes, igual que el músico que lo toca.

Comienza hablando de las canciones que ya no están de moda  y que pocos recuerdan, anuncia que va a cantar una de Luis Miguel, que según él, fuma mota en pipa, que nació en Puerto Rico, pero que es más mexicano que muchos mariachis y que tiene un chingo de lana... "Si no supiste amaaaaaar ahora te puedes marchar".

La joven de la mesa de al lado, se enchina las pestañas usando una cucharilla, está práctica siempre me ha llamado la atención.

La lluvia ha bajado, creo que ya me puedo ir caminando.

En el trayecto me encuentro a un grupo de pájaros pequeños, color café, creo que son gorriones, acompañados de un par de ratones pardos, en perfecta amistad y comiendo pedacito de pan húmedo, es la segunda vez que veo a estos pajaritos compartiendo territorio con ratones.