ZZ…Continúo aun hoy en día, escuchando buen Rock and Roll y con la misma idea de cambiar el mundo…ZZ

domingo, diciembre 01, 2024

Mi aproximación a la poesía.

 

Mi aproximación a la poesía.
Carlos Zerpa
Dedicado a mi hermano Santos Lopez.
Soy un huso: ¡Giro, giro, giro, giro!...
Alfonsina Storni.
Un día cuando yo era un niño de 10 años, hurgando en la biblioteca de mi papá Paco, descubrí una pequeña revista de poesía, llamada "Lírica Hispana". Encontré en ella un poema de Ernesto Noboa y Caamaño, que fue muy importante para mí.
"Y me pongo a soñar que soy un muerto decapitado, que, en algún desierto, desconocido a todos los humanos, yace por un extraño privilegio, meditando sin mente un sortilegio con su propia cabeza entre las manos”.
También había un poema de Hugo Viteri, que prácticamente me abrió la cabeza en dos partes.
En la radio escuché un día, el poema “Desiderata” de Max Ehrmann y lo encontré ultra psicodelico. También escuché en la voz de Cherry Navarro “Aleluya”, una canción/poema de Luis Eduardo Aute, y en verdad aluciné.
Mi tía Lilia Borjas, hermana de mi mamá, era poeta, me regalaba sus libros. Era mi cómplice y me leí sua poemas en voz alta.
Ya de joven y atreves de Joan Manuel Serrat, descubrí a Miguel Hernández y me identifiqué con aquel “Árbol talado que retoñaba y que aún tenía la vida”. Luego también comencé a leer a José Antonio Ramos Sucre, a Rimbaud, a Isidore Ducasse, el Conde de Lautréamont y a Charles Baudelaire.
Entonces llegaron a mis manos las poesías de Rainer Maria Rilke, Walt Whitman, Federico García Lorca, T. S. Eliot, Edgar Allan Poe, Marguerite Duras, Víctor Valera Mora, Andrés Eloy Blanco, Allen Ginsberg, Jack Kerouac, William S. Burroughs, Vicente Gerbasi, Yukio Mishima, Osho, Ernesto Cardenal,
Gibran Khalil Gibran y William Blake entre otros.
Para ser honesto nunca me gustaron las poesías de Pablo Neruda ni las de Amado Nervo
Bueno, es cuestión de gustos personales, yo en realidad no soy experto en poesías, no soy poeta ni pretendo serlo.
Con el paso del tiempo llegaron para quedarse en mi vida. Rafael Cadenas, Santos Lopez, Eugenio Montejo y Aquiles Nazoa.
Muchas letras de las canciones, son poesías en sí, los boleros, el rock, el rap y el hip hop, están llenos de poesías, de momento y rápido pienso en
Armando Manzanero, Cancerbero, Tito Rodríguez, Robert Plant, Joaquín Sabina, John Sebastian, Paul Mc Cartney, John Lennon, George Harrison, Frank Zappa, Gustavo Cerati, Ruben Blades, Agustín Lara, Luis Alberto Spinetta, Charly García, Mick Jagger, Jim Morrison, Paul Simon, Tupac, Agustín Lara, Laurie Anderson, Horacio Blanco, Henry D'Arthenay, David Bowie, Klaus Nomi, Maria Bethânia, David Byrne, Mina, Lucio Dalla, Tom Ze, Bob Dylan, Milton Nascimento, Violeta Parra, Lou Reed, Joan Manuel Serrat, Chico Buarque, Caetano Veloso, Donovan, Pete Townshend...
Ufff faltan muchos, esa lista es demasiado larga para ponerlos todos aquí.
Aquí va ese poema que leí de niño y que me voló la cabeza.
LA MANO, LA PUERTA, EL CUERPO.
Hugo Viteri
"La mano tras el vaso
el vaso tras el vino
el vino tras la me
Estoy en un lugar que no es mío
gastándome un dinero que no tengo
Escucho el radio de un vecino muerto
y tomo un brindado trago
La puerta en la pared
la pared en el cuarto
el cuarto en el hotel
Posiblemente a causa de las heridas
o del cielo preso en la ventana
o de la soledad que arde y crepita
o del ojo curioso de la llave
El cuerpo sobre la silla
la silla sobre el piso
el piso sobre el mundo
Giro. No entiendo y me pregunto ¿dónde?
Busco. No encuentro y me pregunto ¿cuándo?
Pido. No obtengo y me pregunto ¿qué?
Quiero huir. No me dejan y me pregunto ¿cómo?"

lunes, noviembre 25, 2024

Mi encuentro con Karl Bartos de Kraftwerk

 

Mi encuentro con Karl Bartos de Kraftwerk
Carlos Zerpa
A Karl Bartos, el percusionista electrónico de la banda de música alemana de Kraftwerk, lo conocí en Santa Cruz de Tenerife, Isla Canarias en el año 2004. Yo fui a hacer una instalación escultórica, con una mesa de ping pong, sal, crucifijos y un esqueleto, además me invitaron a participar en un fórum en el Festival de Música Electrónica “MAGMA” y mi grata sorpresa fue, que a mi lado en la mesa de conferencistas tenía al Bartos, luego de terminado el acto, hablamos un rato y después nos fuimos al evento musical. Recuerdo que mientras me tomaba unas cervezas Heineken con él, la gente bailaba enloquecida, dando saltos, tomando muchísima agua y esas pastillas llamadas “Extasis”, con la música Techno, de Derrick May y Stacey Pullen. Le preguntaron a Karl Bartos, sobre una posible reunificación de Kraftwerk, y él respondió. Hace tiempo me encontré con Florian Schneider y fue algo así como, hola, ¿qué tal? y ya. Las posibilidades de que Kraftwerk se reúnan, son "cero". Es un pasado que "está muerto".
Sé que es una pendejada, pero le pedí a Karl Bartos que me firmara un autógrafo, el cual aún conservo.
Lo primero que hice al pisar Tenerife, fue irme derechito a abrazar un Drago, árbol fuerte y hermoso, que parece un brócoli gigante. Lo abracé y sentí su energía de hermano, todo el cuerpo se me llenó de cosquillas, la piel se me puso de gallina y la electricidad creó un hilo de plata eléctrico entre el árbol y yo. zeee zeee zeee. Le comenté ese encuentro con un Drago al Karl y se sonrió. Me preguntó dónde había uno de estos árboles porque él también quería abrazarlo y al día siguiente, fuimos juntos al encuentro del “Drago”.
Recuerdo que me dijo, que la música, no podía cambiar el mundo, pero sí reconfortaba nuestras vidas, era lo más cerca que podíamos estar de la idea de Dios. Sin música, la vida no tendría sentido.
Ya te lo dije, Claaaarooo que le pedí un autógrafo!



 

Garfield se enfrenta a sí mismo en un gigantesco mural de Carlos Zerpa

La obra del artista venezolano formará parte del futuro Museo de Arte Monumental de México, que proyecta el escultor Sebastián

  

  • MARITZA JIMÉNEZ

24/11/2024 01:00 am

Con su postura irreverente frente al hecho creativo y su libertad en el uso de los materiales y medios, el arte para Carlos Zerpa es un eterno juego en el que igual que presenta sus recordadas vitrinas de tono religioso, es capaz de hacer de mil discos de vinilo una gigantesca anaconda, incorporar íconos culturales o el trabajo de otros a esas pinturas, dibujos y esculturas que realiza con sorprendente regularidad.

“El arte para mí es hacer”, afirma, consultado sobre las exposiciones, individuales o colectivas, que repletan su agenda desde su residencia en la capital mexicana, donde la emergencia de la pandemia lo dejó varado en 2019, y desde allí no deja de proporcionar noticias sobre el rumbo de su trabajo, como la docena de muestras realizadas este año entre Colombia, México y España.

Entre ellas destaca su participación en la reciente Feria Internacional del Arte de Bogotá, donde rindió homenaje a Antonio Caro, uno de los grandes artistas conceptuales, con su incorporación del mundo publicitario y la crítica social a su obra. Zerpa presentó unos 30 dibujos en acrílico sobre papel Fabriano, en los que reinterpreta la obra del irreverente colombiano fallecido en 2021 con intervenciones en sus logotipos como el que hizo del nombre de Coca-Cola el emblema de Colombia.

Hablemos también de su participación en Antes de América. Fuentes originarias en la cultura moderna, en la Fundación Juan March de Madrid, donde presentó su Qetzalcóatl (2012-2023), una enorme serpiente realizada con mil discos de vinilo de 33 rpm, y su Marco Crucigrama (2011), de 100x100 centímetros, hecho con fichas de dominó.

Zerpa en plena ejecución de su obra más monumental (CORTESÍA)

Pero el mayor reto que enfrenta el venezolano este año es la invitación del artista mexicano Sebastián a formar parte de un museo que albergaría en ese país trabajos de cien artistas del continente reunidos en torno a la escala monumental.

Para ello, Zerpa, animado por el Taller 8A de esa ciudad, ha ejecutado una pintura de 5x3 metros del gato Garfield, en homenaje al creador del famoso cómic, Jim Davis.

“Realizar una tela tan grande fue todo un reto, pero en verdad me gustó y me encantaría repetir la experiencia”, afirma Zerpa. “Yo he pintado obras enormes. Tres muy grandes, de 13 metros. Una sobre Picasso para el Banco Mercantil, otra con la que gané el premio Mendoza, y la tercera aún no ha sido expuesta. Pero es la primera vez que trabajo una pintura de ese formato en un solo bloque, casi un mural”. 

Nacido en 1950 en Valencia, Carlos Zerpa ha hecho de la cultura y sus recuerdos de esa época, el boxeo, el rock y el arte, el centro de una reflexión a la que ha dedicado libros, exposiciones, pinturas y objetos de los que emana encanto y nostalgia, temor o rechazo. “Todo mi trabajo tiene que ver con mis memorias infantiles”, admite el artista que en los años 80 fuera uno de los nombres más destacados en el arte no convencional en Venezuela.

Pero Garfield, confiesa, llegó a él por sus hijos, junto a Snoopy y las tortugas Ninja. En 1998 hizo el primero, con atuendo de boxeador, un acrílico de 170x140 centímetros que fue expuesto al año siguiente en una individual en la galería Grupo Li, de Caracas.

Después esa exposición, junto con nueve obras, pinturas, esculturas, fue a Colombia y se mostró con el nombre de Rey Tattoo en la galería Garcés Velásquez en Bogotá, el museo Rayo en Roldanillo Valle, en el Museo La Tertulia en Cali y en el Museo de Arte Moderno de Medellín.

 
Carlos Zerpa retratado en el año 2000 por el artista Fernando Bracho Bracho (CORTESÍA FERNANDO BRACHO BRACHO)  

“Luego, por una historia extraña, muchísimos años después esas pinturas llegaron a México y se mostraron, en 2019, en una exposición que hice en la Galería Metropolitana de Ciudad de México y la llamamos Metiendo mano, como el disco de Rubén Blades y Willie Colón.

“En 2023 después de la pandemia, llevamos a la galería Taller Popular, en la ciudad de Oaxaca, la exposición Detrás de la baraja, en la que se incluyen dibujos y esculturas recientes, donde también estaba el gato. Y como los del Taller 8A son fanáticos de Garfield, me propusieron una muestra.

“Con la idea de presentarle el proyecto, visitamos la fundación del escultor Sebastián, el artista mexicano, quien nos habló de un proyecto en el que venía trabajando en los últimos años. Un museo realizado exclusivamente para mostrar y albergar 100 pinturas de gran formato, todas del mismo tamaño. Entonces me enfrenté a ese formato enorme, con la ayuda del Taller 8A, y pintamos el mural en el cual Garfield se enfrenta consigo mismo, en una de las batallas más duras, la de uno contra su propia ego.

“Pero de no ser por la gente del Taller Ochoa, quienes aman a Garfield, no hubiese desarrollado esa serie de pinturas y me hubiese enfocado más en el Sr. Conejo”, confiesa el artista, refiriéndose a ese otro personaje salido de la tienda del recordado Mago Henry, que constituye una presencia constante en sus trabajos de los últimos años.

Pintor y artista de medios mixtos, Carlos Zerpa estudia diseño visual en el Instituto Politécnico de Milán y Serigrafía y Fotografía en la Escuela de Arte Cova de Milán, en los años 70, cuando conoce a uno de sus principales mentores, el artista, diseñador e inventor italiano Bruno Munari. Renovador del arte contemporáneo con sus propuestas de juegos y métodos didácticos de la creatividad, dice, le dio la libertad de ser lo que es, “y aún hoy en día me acompaña en espíritu. Pero también mi papá, Paco Zerpa, fue un gran maestro de vida, como Mario Abreu, Santos López, Daniel Medvedov, Eugen Ossott, Víctor Valera. He tenido muchos cómplices en el arte”.

Sus proyectos para 2025, adelanta, también son muchos. “Me gusta lo que hago, si no hago arte todos los días me muero de tristeza. El arte es la manera en que se manifiesta mi espíritu. Soy yo, mi esencia. Arte significa hacer, y desde los 18 años, cuando descubrí que era artista, no he parado”.
@weykapu

domingo, octubre 27, 2024

Otro carpintero, también llamado José


 

Otro carpintero, también llamado José

Carlos Zerpa.

Pues sí, se llamaba José y era carpintero, como aquel que vivía en Nazaret y fue padre del famoso Jesús.

Vivía en ese pequeño pueblo, en una casa a las faldas de la montaña, en donde también tenía su carpintería. Lo que más le gustaba era fabricar sillas, pero también por encargos, hacia mesas, bancos, puertas y ventanas.

Al ser el único carpintero del pueblo, también le encargaban la fabricación de los ataúdes, de la gente que iba falleciendo. Estos tenían que realizarlos prácticamente contra reloj, y de la medida exacta del recién fallecido, a quien te tomaba las medidas cuerpo presente.

El cuerpo del difunto al no existir morgues, se lo llevaban a su casa y lo acostaban sobre una mesa. José entonces procedía a tomarle las medidas al cadáver y poder así, realizar rápidamente la caja mortuoria.

La tarde del primer miércoles le llevaron el cuerpo de una niña de 8 años, que había fallecido por la mordedura de una serpiente venenosa, para ser exacto, fue picada por una culebra macaurel.

El carpintero tomó las medidas de la niña y procedió a realizar el ataúd de madera de jabillo, prácticamente lo tuvo listo en apenas una hora. Pero esa tarde algo había salido mal, inexplicablemente lo hizo 5 centímetros mas pequeño… Cosa rara, pues esto nunca le había pasado, ya que era muy meticuloso en eso de las medidas y cálculos.

El problema era que ya no había tiempo para construir otro y ni siquiera lo había, para agrandar ese y corregir el error, pues la niña iba a ser velada y enterrada esa misma noche.

Jesús sin pensarlo dos veces quebró los huesos de las piernas del cadáver, partió las tibias y perones, dobló las piernas y las ajustó en el féretro.

Nunca imaginó que los familiares vendrían al instante a recoger a la infanta, antes de que el artesano pudiera poner la tapa del ataúd.

La niña permanecía como doblada, con las piernas deformes dentro de la caja y así la encontraron. La indignación no se hizo esperar, la rabia se hizo presente en los habitantes del pueblo, que miraban atónitos lo que había sucedido.

Jesús era visto como un sacrílego y una especie de Nosferatu.

La vida del carpintero, cambiaría por completo para siempre, pues se tuvo que escapar esa misma noche del pueblo, para no morir apaleado o recibir una pedrada o un disparo. Prácticamente se fue huyendo en medio de la oscuridad de la noche.

Él perdió la credibilidad, la confianza, su casa, sus herramientas, su gato y sus pocos amigos. Se fue a otro pueblo, a otra ciudad u otro país, nadie lo sabe.

El pueblo se quedó sin carpintero. Aún hoy en día lo recuerdan, como una especie de brujo, que, además seguro tenía pactos con el diablo.

Nunca más se supo de él.

 

 

sábado, octubre 12, 2024

OS CASTIGARÉ CON LAS MADRINAS DE HIEL

 Vivencias Plásticas

CARLOS ZERPA (1950) / OS CASTIGARÉ CON LAS MADRINAS DE HIEL

  • El venezolano ZERPA es todo lo contrario a esa fragilidad del yo dentro de una cultura que venera la industria, la economía y el Estado, creando esas alucinaciones que todas son efigies de la libertad más lúcida.
  • Él es un idólatra fustigador de la sociedad y como tal la expone sus fantasmas simbólicos y conceptuales para que así se pueda odiar más a sí misma, por ser la provocadora de la futilidad total.
  • Su imaginario lo transplanta todo a su realidad en orden a que exista ya por sí misma, se vuelque en la mirada y nos muestre el registro mortuorio de presencias que lleva consigo.
  • Pero no soy incrédulo, soy un idólatra de la duda, un incrédulo en ebullición, un incrédulo en trance, un fanático sin credo, un héroe de la fluctuación.
  • (Cioran)
ZZ…En el arte definitivamente hay que atreverse, hay que participar de una subversión por la libertad total como dijo el querido maestro Frank Zappa…ZZ