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jueves, julio 31, 2025

Una historia que parece conocida


 

Una historia que parece conocida

Carlos Zerpa y la televisión venezolana

RIGEL GARCÍA

El presente texto es una reflexión sobre el artista venezolano Carlos Zerpa a partir de dos performances y un cómic que involucran a la televisión venezolana. La articulista, después de analizar y reflexionar sobre el trabajo artístico de Zerpa concluye diciéndonos que “El espejo –y la ironía– con los que Zerpa confrontaba al público a finales de los años 70 e inicios de los 80 apuntaban a algo mayor: las estructuras de poder, sus falsos deseos infiltrados en la gente y una consecuente falta de voz propia...”

Algunos de los performances que el artista venezolano Carlos Zerpa (Valencia, 1950) realizara a partir de 1978, a menudo son analizados como una crítica a la fetichización de los símbolos patrios en su paralelismo con la religión. Es un tema que tocan, ciertamente, de manera significativa y contundente. En estas acciones, el artista podía personificar al ciudadano común atrapado en su rutina, a la patria, a un curandero o al doctor José Gregorio Hernández. Junto al despliegue de un universo objetual de banderas, estatuillas religiosas, velas, inciensos y campanas, sus gestos evocaban por igual un ritual mágico de sanación, el ceremonial de la liturgia católica o un asalto de iconoclastia. En calidad de oficiante, Zerpa utilizaba la estructura del culto para mostrar la verdad incómoda del dominio ejercido por el aparato simbólico de la nacionalidad y de la Iglesia. Sin embargo, una capa de sentido adicional emergía gracias a la inclusión de productos típicos de la cultura de masas como las botellas de Coca-Cola o de salsa de tomate kétchup y, claro está, un televisor

Era evidente para Zerpa que la idolatría subyacente al imaginario patrio y a las prácticas religiosas también operaba en los medios de comunicación masivos, cuyos contenidos estereotipados y estrategias publicitarias generaban el mismo resultado: la anulación del pensamiento crítico y el avasallamiento del colectivo. Su principal vehículo era para entonces la televisión, que había regularizado sus transmisiones durante la década del 70 con un impacto significativo en la sociedad venezolana

En ese sentido, es notable que dos performances de Carlos Zerpa involucraran, con variaciones, la exhibición de un televisor como parte del clímax de su maniobra ritual, las acciones de Zerpa incluían, entre otras, encender un televisor, pintar la bandera nacional sobre un cartón utilizando los dedos y disponer figuras de José Gregorio Hernández en el espacio junto a velas e inciensos. Tras cambiar de canal en algún punto, el artista mostraba una botella de Coca-Cola, se pintaba los labios e indicaba en cada caso “esta es mi sangre” y “este es mi cuerpo”, emulando la ceremonia de la consagración de la misa católica. El punto culminante del performance llegaba cuando el artista, de manera solemne, alzaba el televisor sobre su cabeza como un cáliz sagrado, afirmando “Este es el cordero de dios, que quita los pecados del mundo. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para salvarme”

A las equivalencias entre el refresco y su propio cuerpo con la sangre y el cuerpo de Cristo se unía la exposición de la televisión cual Santísimo Sacramento, entendida como figura redentora y objeto de adoración para los “fieles”. La fórmula “no soy digno de que entres en mi casa” resultaba irónica por el hecho de que este medio había penetrado con éxito en los hogares venezolanos, afianzándose en un tejido de dóciles seguidores.

En 1977 existían en Venezuela un total de 1 millón 430 mil 600 hogares con televisores y su penetración ascendía a un 66 % a escala nacional, con el 93 % en Caracas y área Metropolitana. Los habitantes de estas dos zonas solían dedicar más de tres horas diarias a ver la televisión, elevándose a cuatro horas y media en el caso de las mujeres

Para 1979, los niños pasaban el 91 % de su tiempo libre frente a la pantalla, mucho más que el dedicado a cualquier otra actividad formativa o lúdica Autores como Marcelino Bisbal sostenían que, en estas circunstancias, el venezolano aceptaría el mundo presentado por la televisión que reforzaba la sociedad de consumo, y se inclinaría a rechazar contenidos que enfocaran la realidad con espíritu crítico

En el esquema de Yo soy la patria, la acción de Zerpa de pasearse con un espejo entre el público para que este se viera a sí mismo invitaba al autorreconocimiento de la alienación que amenazaba el ejercicio de la libertad y la conciencia individuales. Como ya se verá en otros ejemplos, el artista apostaba por la acción en vivo, sin mediaciones que pudieran gestionar la tensión o la espontaneidad, exponiendo su propio cuerpo para perturbar, producir violencia y someter al público. Frente al ritual hipnótico de la nación o de la TV, el ritual mágico de Zerpa venía a exorcizar las fuerzas antagónicas a la individualidad, encarnándolas y presentando de manera satírica y tragicómica el espectáculo de la dominación.

Era evidente para Zerpa que la idolatría subyacente al imaginario patrio y a las prácticas religiosas también operaba en los medios de comunicación masivos, cuyos contenidos estereotipados y estrategias publicitarias generaban el mismo resultado: la anulación del pensamiento crítico y el avasallamiento del colectivo.

Una reflexión similar ofrecía el performance El enviado de Dios, presentado por Zerpa en 1981 en la Muestra Latinoamericana de Arte No Objetualista organizada en el Museo de Arte Moderno de Medellín como parte del 1er. Coloquio Latinoamericano de Arte No-Objetual y Arte Urbano. Honrando la tradición tanto de curanderos ancestrales como del culto a las reliquias, el artista ofrecía a la venta muestras de su sangre cristalizada junto al relato de sus innumerables poderes curativos. (le pagaban en pesos colombianos, en bolívares y en dólares. El artista recuerda que algunas personas pagaban el dinero y él no les entregaba la sangre, un gesto deliberado de robo que buscaba hacerlos sentir estafados, en alusión al fenómeno de la veneración a falsos ídolos. Al finalizar la acción, repartió las muestras faltantes a los agraviados y también la obsequió a muchos otros asistentes) Según lo referido en esquemas y testimonios, el performance incluía la colocación de figuras de José Gregorio Hernández en un altar improvisado, la acción de coser la bandera de Venezuela y la milagrosa sanación de la pierna enferma del protagonista. Envuelto –casi amordazado y cegado– en una cinta con el tricolor nacional y blandiendo una cruz de mediano formato, Zerpa procedía a destruir las figuras del altar, para luego ubicar sobre este un televisor, El performancista simulaba entonces comer algunas monedas mientras se arrodillaba frente al aparato, antes de intensificar sus ademanes de destrucción. Las versiones difieren sobre si, en los últimos instantes, Zerpa alzaba el televisor sobre su cabeza y amenazaba al público con lanzarlo, dejándolo suspendido; o si repetía las fórmulas de “esta es mi sangre” al mostrar una Coca-Cola y “este es el Cordero de Dios” al elevar la televisión, ya presentes en Yo soy la patria. Además de insistir en las equivalencias entre símbolos patrios y figuras religiosas, habituales en el vocabulario de Zerpa, El enviado de Dios incorporaba las referencias a la cultura de masas y su estrategia publicitaria en claro paralelismo con la expansión de cultos en la religiosidad popular, centrada en la superstición y la creencia infundada en ungüentos y milagros. Más allá, la situación de clímax vandálico en la que el televisor entraba en escena era reveladora de la devastación intelectual y espiritual generada por los medios masivos: al sustituir a los santos en el altar, el televisor desplazaba incluso a la dominación preexistente de lo religioso, imponiéndose a través del gesto destructivo.

En un recuento de opiniones publicado en 1978, profesionales e instituciones denunciaban el consumismo promovido por la televisión, el abandono de programas infantiles, el fracaso de la televisión cultural y el predominio de contenidos sexuales y violentos junto a la promoción de una concepción melodramática de la vida. La Liga Venezolana de Higiene Mental advertía de un incremento de la delincuencia por las escenas violentas, sus exhortaciones al consumo de alcohol, el uso de la mujer como objeto publicitario y la depreciación de las enseñanzas de los padres y maestros ante el ejemplo de la televisión. Según el Consejo Nacional de Economía, los medios masivos eran utilizados por el sector privado como mecanismos publicitarios y ejercían una acción negativa en el desarrollo educativo del venezolano, al modelar hábitos de consumo irracional. En ese momento existían en Venezuela cuatro canales de televisión.

El punto culminante del performance llegaba cuando el artista, de manera solemne, alzaba el televisor sobre su cabeza como un cáliz sagrado, afirmando “Este es el cordero de dios, que quita los pecados del mundo. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para salvarme”. manejados por el Estado y los otros dos pertenecientes a empresas privadas. Su dependencia de la inversión publicitaria los convertía en instrumentos de poder económico y de imposición de valores a través de una única actividad: la difusión de publicidad.

La preocupación sobre la influencia deformante de la televisión era recurrente en artículos académicos de las décadas del 70 y 80, que recogían encuestas al público o describían el nivel deficiente de los contenidos transmitidos. La                  producción artística formularía sus propias denuncias, como en El mago de la cara de vidrio (1973) de Eduardo Liendo, novela en la que un maestro de escuela narra el modo en que su apacible vida familiar es subvertida radicalmente a partir de la llegada del televisor a su apartamento. O en T.V.O. (1979), película super-8 de Carlos Castillo que aborda la alienación y el aislamiento generados por la televisión desde el punto de vista de las relaciones: la protagonista descubre que el televisor reproduce sus propios movimientos al hacer coincidir partes de su cuerpo con imágenes equivalentes en la pantalla, pero de un cuerpo masculino, con quien termina estableciendo un vínculo erótico-sentimental. Las propuestas de Carlos Zerpa resonaban con estas inquietudes, apuntando a la hegemonía de un transmisor unilateral que únicamente reforzaba las narrativas emanadas de las esferas gubernamentales, religiosas y económicas.

En otro performance, Señora patria, sea usted bienvenida (1978 y 1979), Zerpa retrataba a un individuo alienado por la dinámica de la vida contemporánea. Dos folletos del evento mencionan al “sacerdocio de la posesión” y al “dios dinero” como móviles vitales de este sujeto, que: [...] alzó su mano y se juramentó, y escogió como consejeros espirituales a los que se meten en la casa a través de la pantalla luminosa; y a ellos seguía, adoraba y rendía culto y pleitesía, y sobre todo les obedecía ciegamente, y les invocaba al comenzar su ritual girando un botón.

El texto continúa: [...] selló su boca para no hablar cosas prohibidas, pues eran ellos quienes hablaban a través de él [...] y despojándose de su mísera personalidad, se dio por entero como instrumento para la obra de esos seres, ya no siendo él, sino ellos que vivían en él. El personaje de la acción –amordazado y sin voz propia– ha perdido su individualidad por influencia del medio televisivo y opera como un vehículo del sistema, manipulando a la audiencia con promesas de riqueza. Zerpa advertía que, al sucumbir al consumismo, cada espectador desprevenido se convertía en multiplicador de la élite de poder, consolidando la expansión del “culto-dominio” expresado en las engañosas ofertas de la publicidad: éxito, fama, belleza, poder. En la presentación en la Muestra de Video de la UCV, en 1979, este performance estuvo acompañado por la transmisión de un video cuyo sonido repetía sin cesar la palabra “patria”, de modo que a la presencia del objeto televisor en el escenario se unía la persistente enunciación del ideal nacional como estrategia hipnótica y disociativa.

Zerpa llevó su denuncia un paso más allá con Esta historia me parece conocida, un cómic conceptualizado en 1976 durante su estancia en Milán, Italia, y ejecutado después de su regreso a Venezuela, en Valencia, 1979. La publicación de pequeño formato (17,7 x 17,5 cm), impresa en offset con texto e ilustraciones del artista, contó con veinticuatro páginas encuadernadas a caballo con una grapa. No resulta casual la tipología del objeto: en ese entonces, el artista trabajaba como diseñador gráfico en la Universidad de Carabobo, Valencia y, de hecho, tuvo facilidades para producir la publicación en una de las imprentas de esta casa de estudios. Fue distribuida gratuitamente en Valencia y Caracas, usualmente en los Según el Consejo Nacional de Economía, los medios masivos eran utilizados por el sector privado como mecanismos publicitarios y ejercían una acción negativa en el desarrollo educativo del venezolano, al modelar hábitos de consumo irracional.

Este último aspecto destaca como apuesta por las redes alternativas de circulación –del arte y el pensamiento– en claro contrapunto a la hegemonía comunicacional del medio tratado en sus páginas. En lugar del circuito unilateral y dirigido, inapelable y homogeneizador de los medios masivos, el impreso era depositario de un discurso creativo e independiente, fomentaba la contemplación personal y aspiraba a moverse por circuitos humanos, circunstanciales o accidentales, centrados en el intercambio de ideas y el cuestionamiento del statu quo. Como muchas realizaciones pensadas para insertarse en las redes de arte correo, Esta historia me parece conocida podía ser reproducida por los lectores a fin de ampliar su alcance a una escala diversa y no mediada por intereses económicos o publicitarios.

La historieta inicia aludiendo a las dificultades que enfrenta la población debido al alto costo de la vida: los reclamos se refieren al precio exorbitante de la comida y las medicinas, la precariedad de las viviendas y la imposibilidad de acceder a servicios de salud. Las protestas con pancartas son desestimadas por sectores del poder, quienes proponen al presidente lavarle el cerebro a la población y redirigir su atención hacia otro asunto. La solución es acelerar la producción de televisores y facilitar su adquisición, lo que pronto genera una población hipnotizada frente a las pantallas y a merced de las indicaciones de este medio. Tal como se lee en la página 10: “El peligro ha pasado... ahora la gente solo mira la pantalla... y por medio de ella les decimos qué cosas son las que verdaderamente necesitan... y qué cosas no... qué cosas tienen que hacer.... y qué cosas no”

Sin embargo, el consumismo promovido por la publicidad empuja de nuevo a la ciudadanía a protestar, exigiendo mejores ingresos para poder adquirir todo lo que se les ofrece. En este punto, el cómic muestra cómo las élites gubernamentales, empresariales y publicitarias redirigen la atención del colectivo hacia un producto específico: el azúcar, promocionando sus propiedades energéticas y vigorizantes con anuncios basados en promesas de superación y erotismo, Los espectadores, arrodillados, sin control y enchufados al tomacorriente, aceptan las afirmaciones sin cuestionar.

Al agotarse la reserva de azúcar del país, las autoridades se ven obligadas a desestimular su compra argumentando un riesgo cancerígeno e introduciendo una nueva mercancía, los tomates enlatados. (Aquí es posible apreciar un juego de palabras entre los tomates enlatados y las series de televisión o “enlatados”, programas pregrabados (cómicos, de aventuras, policiales, dibujos animados, etcétera) que, por lo general, se compraban a otros países, principalmente Estados Unidos y México.)

 Ante la perspectiva de que los tomates también se agoten, las élites tienen ya en mente el próximo elemento distractor: la llegada de la televisión a color. La historieta llega a su fin con la entrega del primer receptor de televisión a color a un ciudadano que, en medio de su alienación, expresa con sospecha: “esta historia me parece conocida”.

Los funcionarios del gobierno, fuerzas de seguridad, empresarios y publicistas han sido representados de forma grotesca: humanos con caras de cerdo, alas de murciélago o patas de gallina, personajes con ávidas garras y cuernos amenazantes. Zerpa sigue aquí la tradición de la animalización o del personaje monstruoso para expresar la falta de humanidad, mientras ubica a algunos de ellos sobre nubes ilustrando la distancia que los separa de las necesidades reales de la población. Las viñetas en las que aparece la televisión refuerzan la idea de un medio peligroso que, por su influencia, asegura la dominación de un público pasivo. Así, el ministro que propone la TV como estrategia de distracción es un reptil vociferante, los locutores que entregan los aparatos lucen como farsantes embaucadores, mientras que los personajes de las propagandas emiten ondas hipnóticas con sonrisas maquiavélicas.

Algunos pequeños personajes (gusanos, pájaros y pollitos) parecen ser los únicos conscientes de la situación, ante la cual comentan: “hipnosis”, “llegó la alienación con sólo girar el botón”, o “qué vaina... me los controlaron”.

La denuncia enarbolada por Zerpa en este impreso toma un carácter integral. Si sus performances ponían el acento en el imaginario patrio y religioso en vinculación con los sistemas de comunicación, la historieta representaba de modo directo la utilización de los medios masivos por parte de las clases gobernantes y económicas sobre una población desposeída de sentido crítico.

A través de la sátira confronta al lector con el aspecto autodestructivo de su adicción televisiva y de su inadvertida obediencia a poderes “invisibles” que, deliberadamente, lo guían al sacrificio del libre albedrío. La moda, las expectativas sociales, los marcadores de éxito o belleza y, en general, cualquier tendencia aparentemente “natural” de la sociedad son desenmascaradas aquí como ardides premeditados, articulados en la sombra para movilizar a una sociedad constituida por consumidores, no por ciudadanos.

El cómic ilustra un proceso malicioso de retroalimentación por el cual las consecuencias del comportamiento dirigido del público obligan a las cúpulas a reconfigurar sus estrategias de manipulación. (Uno de los eventos en los que Zerpa recuerda haber repartido su cómic fue el Festival Juntemos las Manos, llevado a cabo en la Plaza de la Urbanización Los Sauces, Valencia, Venezuela, del 3 al 5 de marzo de 1978, que incluyó muestras de diferentes manifestaciones artísticas. Aunque la publicación no estaba dirigida a una comunidad específica sino a un público amplio, admite que llegó principalmente a jóvenes vinculados al mundo del arte, la música y la escena del rock. Zerpa menciona que el artista colombiano Jonier Marín integró esta publicación a uno de sus proyectos de arte correo.)

Una dinámica similar tenía lugar en el ámbito televisivo de esos años, debido a que la programación estaba orientada en base a los índices de audiencia o rating, con el que los canales buscaban obtener el favor de las masas a como diera lugar, por lo general a través del sensacionalismo. Las telenovelas transmitían un desenfoque de valores, las series o enlatados tenían argumentos irrelevantes y personajes estereotipados, mientras que los programas cómicos y de variedades eran vulgares y hacían burla de la tragedia ajena. Una queja recurrente era que los espacios publicitarios o cuñas no eran sino repeticiones obsesivas de las marcas, vociferadas a gritos y con un uso inadecuado del idioma.

Los empresarios y canales afirmaban que la programación tenía estas características porque era lo que el público esperaba y solicitaba.

En este escenario, los contenidos “culturales” destinados al aprendizaje de la población eran desplazados por producciones de menor calidad, pero de mayor “éxito”. Lo paradójico es que, en sondeos realizados, gran parte de la población coincidía en que el contenido de la programación televisiva ejercía un efecto negativo sobre la sociedad. El presentador y productor Renny Ottolina consideró un error el subestimar a las clases socioeconómicas menos favorecidas asumiendo que preferían contenidos denigrantes, defendiendo que una programación de calidad redundaría en una ciudadanía mejor preparada. Lo cierto es que la televisión venezolana experimentaba una espiral sin fin en la que la presunta receptividad del público perpetuaba la mediocridad de una programación cuyo propósito, a fin de cuentas, no era la instrucción del colectivo sino la consecución de mayores ganancias en la venta de los productos publicitados, como claro requisito para el sostenimiento de la economía capitalista.

En este punto resulta coherente el retrato que Carlos Zerpa hiciera en sus diferentes propuestas acerca del conglomerado gobierno-Iglesia-industria y sus respectivos intereses, actuando sobre la sociedad a través de nociones idealizadas de patria, espiritualidad o éxito y difundidas masivamente a través de la televisión y otros medios. El hecho de que el artista experimentara con el formato de video en esos años no resulta contradictorio ya que algunos creadores que, como él, incursionaban en las prácticas conceptualistas, reconocieron el poder de los medios y buscaron insertar sus trabajos en estos circuitos, entendiendo el arte como información o transmisión: bien a través de la apropiación de estos canales, o mediante la creación de circuitos alternativos.

Un ejemplo de ello podría ser la mencionada Muestra de Video organizada por Margarita D’Amico en 1979 en el marco del Primer Festival de Caracas y en la cual participara Zerpa con sus video-performances, la cual contó con una asistencia masiva calculada en 10 mil visitantes, según el reporte del artista y crítico canadiense Tom Sherman. El encuentro ofreció alrededor de veinte horas de video producidas por cuarenta artistas y transmitidas en televisores in situ, además de performances en vivo que involucraban este formato. El autor explicaba la favorable respuesta del público no solo por un interés genuino en el medio televisivo, sino por el hecho de que, meses antes, D’Amico había desplegado una campaña en periódicos y revistas sobre las posibilidades del video y el performance, las cuales venían a ser ejemplificadas en la citada muestra. Sherman admitía que los venezolanos veían mucha televisión, aunque la programación era deficiente y, al igual el presentador y productor Renny Ottolina consideró un error el subestimar a las clases socioeconómicas menos favorecidas asumiendo que preferían contenidos denigrantes, defendiendo que una programación de calidad redundaría en una ciudadanía mejor preparada.

Zerpa ofreció en venta su sangre cristalizada tal como hacían los mercaderes ambulantes de pomadas mágicas. Los asistentes la compraron con avidez, entregando dólares y que muchos espectadores suramericanos, enfrentaban una extrema pobreza mediática. Es aquí donde tanto el cómic como los performances de Zerpa mencionados arriba revelan las contradicciones de un país boyante pero desigual, de un Estado pretendidamente moderno que seguía albergando –y promoviendo– actitudes de superstición e ignorancia en beneficio propio, así como de unos medios emergentes que entrañaban un inusitado potencial para muchos profesionales y artistas. Con indiscutible vigencia, estas piezas discuten las paradojas inherentes a la adopción de nuevos recursos en relación con los poderes establecidos y las ventajas/desventajas que acarrea todo avance tecnológico.

En ese sentido, dos personajes en la historieta de Zerpa observan que “... aunque [la televisión] es un medio de comunicación, lo que produce es incomunicación entre los que la ven [...] porque no se hablan unos a otros, sino que miran por horas y horas lo que tiene que decirles la T.V.”. El registro –hace 45 años– de un fenómeno que se manifiesta hoy de modo más acentuado en el tiempo dedicado al uso de Internet y teléfonos celulares, ilumina la genealogía de patrones sociales sistemáticamente instaurados: una historia que parece bastante conocida. De este modo, el debate al que apuntaba esta edición autopublicada se ha mantenido, reactualizándose, hasta hoy: no solo en la dudosa calidad de la televisión nacional, sino en la supremacía que ahora esgrimen el Internet y las redes sociales como vehículos de abierta manipulación de las audiencias a nivel mundial. El espejo –y la ironía– con los que Zerpa confrontaba al público a finales de los años 70 e inicios de los 80 apuntaban a algo mayor: las estructuras de poder, sus falsos deseos infiltrados en la gente y una consecuente falta de voz propia; escenarios todos que siguen demandando de cada uno un constante ejercicio de sospecha y autocrítica ante el imparable flujo de información.


“Esta historia me parece conocida”
Ya puedes ver y bajar en Internet un cuaderno de comics

hecho por Carlos Zerpa en 1979
Métete aquí
http://carloszerpaestahistoriameparececonoc.blogspot.com/

 

 

 

miércoles, julio 09, 2025

Exposición "Liturgias del Cuerpo",





 Exposición "Liturgias del Cuerpo",

Proyecto Bachué
Casa Republicana de la Biblioteca Luis Ángel Arango
Bogotá - Colombia 2025
Autorretrato de la Patria
Carlos Zerpa
Tinta china, objetos y cinta sobre papel
65 X 50 Cms c/u
Venezuela 1980










lunes, junio 30, 2025

Mail Music Project

 


Nicola Frangione

Mail Music Project

Label: Armadio Officina Audio Editions

Format: LP

Genre: Experimental

1983 project by Nicola Frangione in the collaborative style of Mail Art, a mix-up album privately released in a limited edition of 1000 numbered copies (this is nr. 75) featuring a.o.: Maurizio Bianchi, Arrigo Lora-Totino, Vittore Baroni, Masami Akita, Gerald Jupitter-Larsen, P16.D4, Luca Miti, Piermario Ciani, Naif Orchestra.

condition: (record/cover) NM/VG (1-1/2" sticker removal mark on front)

"In the spirit of the Mail Art movement of the 1980s comes the Mail Music project. Collecting 47 sound art samples sent in from around the world, Nicola Frangione compiles them together in a pastiche manner similar to the Distruct LP compiled by P16.D4. Each side is one continuous track and the individual sound submissions which are approximately 1 - 1.5 minutes long, overlap giving the impression of collage work. This was a time when DIY was flourishing and the result is captured beautifully here." Featured artists: Maurizio Bianchi, Sergio Cena, Arrigo Lora-Totino, Ubaldo Giacomucci, Enzo Rosamilia, Vittore Baroni, Steen Moller Rasmussen, Tommy Rinnstein, Serse Luigetti, Masami Akita, Franco Ballabeni, Gerald Jupitter-Larsen, Richard Kostelanetz, Bellee Etienne Marge, Paulo Bruscky, Sergio - Emilio Morandi, Jesse Glass Jr., Sue Fishbein, Rod Summers, P16.D4, Jane Fay, Carlos Zerpa, Luca Miti, Bleus Guy, Italo Mazza, Raffaele Cuomo, SWSW Thrght, Cartsen Schmidt-Olsen, Niesporek Lutz, Giacomo Bergamini, Peter Paalvast, Günther Ruch, Emmett Walsh, Leif Brush, Piermario Ciani, Reservation-Henk-Jockec, Naif Orchestra, Hiroko Iwata, Giovanni Fontana, Jaroslav Pokorny, Ruggero Maggi, Peter R. Meyer, Guy Stuckens, Klaus Peter Dencker, José M.Pezuela Pintò, Peeter Sepp Rock Rat, Lon Spiegelman.



El Sr Conejo... Campeón mundial de boxeo

 

El Sr Conejo
Campeón mundial de boxeo
Carlos Zerpa
Prototipo para escultura en bronce
Obra final de 300 X 100 X 100 Cms
con la ayuda en IA del escultor Carlos Enrique Rojas Castro
A partir de un dibujo mio
Carlos Zerpa
España/México 2025


miércoles, junio 25, 2025

Espíritu Rebelde


 Espíritu Rebelde

El Sr Conejo haciendo un caballito
Prototipo para escultura en bronce
Obra final de 300 X 150 X 400 Cms
con la ayuda en IA del escultor Carlos Rojas
A partir de un dibujo mio
Carlos Zerpa
España/México 2025



de cicatrices, vodka y Zappa en el mes de julio

 


Desde Ciudad de México

de cicatrices, vodka y Zappa en el mes de julio

por Carlos Zerpa

Desde Ciudad de México: de cicatrices, vodka y Zappa en el mes de julio, por Carlos Zerpa

No hay que beber para olvidar… Hay que beber para recordar.

Hoy es 31 de Julio y es mi cumpleaños, he amanecido con ganas de jugar al “chico sucio”, con deseos de convertirme en uno de esos personajes que salen modelados en plastilina por “The Amaizing Mr. Bickford”, de levantarme de un golpe y sin cepillarme los dientes, ni lavarme la cara, sin afeitarme la barba, sin usar ropa interior para andar así desnudo bajo mis

pantalones, para andar rueda libre, con las botas puestas, sin medias y así salir a la calle. Botas de cowboy, hechas de piel de serpiente cascabel y con plataforma sesentona, iguales a las que usaba Zappa en el video mientras tocaba “Montana”. De inmediato, como siempre hago en esta fecha gloriosa, pongo la maravillosa pieza de Frank Zappa, “Willie the Pimp” del disco “Hot Rats”. “Floozies in the lobby love the way l sell, Hot Met, Hot Rats, Hot Zitz, Hot Wrist, Hot Ritz, Hot Roots, Hot Soots”. Es que me encanta la voz gutural del “Captain Beefheart” y además porque vengo haciendo este ritual desde que cumplí mis 18 años y tenía el cabello largo que bajaba por mi espalda, antes de que se me quemara mi frondosa cabellera, mi cascada de miel en el año 85 y comenzara a usarlo cortito, cortito casi al rape. ¿Por casualidad han escuchado el tema “Pachuco Cadáver del capitán? Hoy termina el mes e increíblemente aún no ha sucedido un acontecimiento memorable que sacuda mi existencia, o quizás el acontecimiento sea que estemos aquí reunidos desde tan temprano todos nosotros, como dice esa ridícula canción de Luis Cruz, cantada por Emilio Arvelo y que se canta antes de apagar las velas en los cumpleaños: “Tus más íntimos amiiiiigooooos, este día te acompaaaaañaaaaan, te saludan y deseaaaaaaan un mundo de felicidad”. Debo dar por esto gracias a Dios, lo que pasa es que, por una razón u otra, a través de toda mi vida, siempre en los meses de Julio durante o antes del 31 algo sorprendente me sucede, algo fuera de lo cotidiano o natural. Abro el congelador, tomo en mis manos una botella de “Vodka Finlandia” y una de “Ginebra Tanqueray” y me sirvo un espeso y frío trago mezclando los incoloros líquidos, he amanecido tomando Vodka con Ginebra como desayuno, ese cocktail inventado por Truman Capote, en su libro “Desayuno en Tiffany`s”. Algo nuevo nos decía el escritor, lo llamaba “Ángel Blanco” y consistía en mezclar como lo he hecho yo, en cantidades iguales, los dos licores sin poner ni una gota de vermut. En verdad fabuloso, gasolina de avión. 

Más arrecho que el “Martini” que se tomaba James Bond, el agente 007. Los invito entonces a unos Ángeles Blancos mis queridos amigos, Vodka y Gin hay en cantidades suficientes en mi congelador. ¡¡¡Salud!!! Estos tragos mañaneros van sin dudas a la memoria del gran Truman Capote, del maestro Frank Zappa, de los Brothers de la liZta y de mí recordada novia neoyorkina Laila, a donde sea que se encuentren todos en este momento. ¡¡¡Salud!!! ¿Saben ustedes que mucha gente se impresiona por mis cicatrices? Es que en mi cuerpo hay lesiones, pero no heridas en sí, sino partes y huellas de los accidentes. Viven en mi cuerpo los golpes de la vida, sus desgarramientos, además hago queloides, estas lesiones gruesas, abultadas y de color morado que están a lo largo y ancho de mi cuerpo y que son solo testimonios, testigos, cómplices. Es que parece que he sido cosido a balas, me faltan pedazos del cuerpo, trozos de orejas, fragmentos de mi nariz o partes de mis labios, no poseo un dedo, no tengo uñas, traigo marcas, mi cuerpo acusa la falta de trozos de piel, parece que estoy suturado en vivo, me asemejo al “Frankenstein de Mary Shelley”, pero remendado como “Sally” la muñequita de trapo que era novia de Jack Skellington ja, ja, ja, ja. En verdad parezco un personaje de Halloween, sin dudas me he convertido en un freak. Lo que no saben quiénes miran atónitos las marcas de mi piel, es que yo he pasado por muchos contratiempos, conflictos y calamidades, los sellos en mi cuerpo son muestras contundentes de ello, son testimonios de lo acontecido. Por eso también brindo por mis cicatrices, todas producidas justo en los meses de Julio a lo largo de mi vida, que ya llega a la mitad del cupón. ¡¡¡Salud!!! Brindo también por mis setenta y un, años de vida en este mes que tanto me gusta. Aunque cada vez que llega me estremezco y me pongo “Mosca”, atento, porque como ya les he dicho, siempre me han sucedido tantas cosas fabulosas y terribles, historias que hoy les quiero confesar, que hoy les quiero narrar, digamos que voy a ir caminando por mis heridas cuan largas son, por mis cicatrices, como trincheras voy, narrándoles a ustedes mientras me las miro y recuerdo del cómo fueron producidas. 

Estas penas y recuerdos no las mata el licor, de hecho, no bebo para olvidar si no para recordar. ¡¡¡Salud!!! Esta justo en el lugar en donde se une mi frente con el pelo fue al nacer, mi papá me contó que el día que yo nací, hubo un terremoto, eso fue el 31 de Julio de 1950 (Decretado recientemente como el día internacional del orgasmo femenino) él me dijo que toda la tierra temblaba y que las camas se salían de todos los cuartos de la clínica a causa del fuerte temblor, se salían vibrando por las puertas, en ese momento yo estaba naciendo por cesárea ya que mi mamá no pudo parirme naturalmente, abrían entonces los doctores con un afilado bisturí, el vientre de mi madre cuando de repente se apagó la luz y todo se quedó a oscuras, en ese entonces no existían las plantas eléctricas auxiliares en las clínicas, así que tuvieron que alumbrar la operación quirúrgica con linternas de mano, por eso un afilado bisturí penetró más de lo que debía y cortó un poco también mi cabeza, fue esta mi primera herida con un arma blanca, por eso tengo una cicatriz aquí donde se une mi frente con el pelo, como recuerdo del día en que vine al mundo. Oye… Nada que ver con Harry Potter, su marca es en zigzag y la mía es recta. Con el nerviosismo del sismo y al no encontrar alcohol isopropílico a la mano, el doctor que me trajo al mundo tomó una botella de “Vodka Stolichnaya Elit de Rusia” y mi ombligo y la herida de mi cabeza me fueron curados y desinfectados con un algodón impregnado con esa Vodka. Amo desde entonces las armas blancas porque estoy signado por ellas desde mi nacimiento, amo desde entonces el Vodka, ese aguardiente transparente, incoloro, ese aguardiente que es la bebida nacional de Rusia y hoy brindo por eso. ¡¡¡Salud!!! Recuerdo que en el mes de Julio de 1966, cuando cumplía mis 16 años, como un Simún, ese viento abrasador en Arabia casi me resecó y calcinó hasta los huesos, estaba yo en esas tierras, en ese país con una monarquía absolutista que, pese a los esfuerzos realizados para modernizarla, todavía se mantenía y se mantiene como un sistema feudal en el que la dinastía de los Al-Saud gobierna concentrando toda la autoridad, que cagada… Bueno, La arena viajaba a tanta velocidad que caliente se incrustaba en mis poros penetrándome, eran como mil agujas incandescentes que se me clavaban y como yo en mi cantimplora no tenía agua si no “Vodka Absolut de Suecia”, me la bebí poco a poco en medio de ese horno, fuego por dentro y fuego por afuera… Por eso tengo estas marcas redondas, como quemaduras de cigarrillos en los brazos, en el cuello, en mis hombros y en la parte alta de mi espalda. ¡¡¡Salud!!!


Recuerdo también un incendio, que prácticamente casi derritió el edificio en el que vivía en Barcelona, capital de Cataluña, esa ciudad mediterránea y cosmopolita. No en vano, la UNESCO la ha declarado “Patrimonio de la Humanidad” construcciones emblemáticas del gran, del brillante arquitecto catalán Antoni Gaudí…. Menos mal que el edificio que se quemó no era de Gaudí, con esas llamas calcinantes que como un gigantesco horno quemó totalmente el edificio, así como mi cuerpo, con quemaduras de tercer y cuarto grado… Yo estaba durmiendo una fuerte borrachera al haber celebrado mi cumpleaños ese Julio de 1976, tomando “Vodka Wyborowa Exquisite de Polonia” y cuando me di cuenta ya era un Bonzo budista, una tea humana; corrí hacia el baño, aullando como un lobo auuuuuuuuuuuu, teniendo como fondo la luna llena, que era en verdad muy impresionante, así que al ver la luna llena aullé como lo hacen los lobos, aullé como un hombre-lobo, como un lobo-hombre en Paris: auuuuuuuuuuuuuu… “lobo hombre en Paris, auuuuuu su nombre es Denisse… la luna llena sobre Paris, ha trasformado en hombre a Denise…Riéndome a carcajadas me metí rápido bajo la ducha para apagar las llamas, salí a la calle desnudo pero humeante y me metí en el carro de mi novia catalana a seguir durmiendo. Por eso ahora en muchas partes de mi cuerpo pueden verse marcas en bajorrelieve como si fuese un mapamundi viviente, mi piel parece un mapa, esta cicatriz como de un perfil se parece al continente africano, esta silla de montar a Venezuela, este caimán a la isla de Cuba y esta como bota a Italia.... Amo a Barcelona y brindo por Gaudí. ¡¡¡Salud!!!

Otra cosa fue la erupción más fuerte que ha producido el volcán Vesubio, ocurrida el 15 de julio de 1974, un volcán activo situado frente a la bahía y a unos nueve kilómetros de distancia de la ciudad de Nápoles que se alza al sur de la cadena principal de los Apeninos. Este volcán que es famoso por su erupción en la que fue sepulta la ciudad de Pompeya, ha entrado en erupción en numerosas ocasiones y está considerado como uno de los volcanes más peligrosos del mundo… yo viví una de sus regurgitaciones de piedra derretida mientras acampaba en esa montaña italiana en Nápoles, buscando a “pie grande” el cual me habían dicho que estaba merodeando por esa montaña, pero al cual nunca vi en esos lares, tomaba “Vodka Khortytsa de Ucrania” cuando se produjo el estruendo que me hizo saltar por encima de la lava que ya derretía mis botas… Corrí como “Flash” a una velocidad extrema, con un poder que yo me desconocía originado sin dudas por la adrenalina con el Vodka que se movían en mis venas y porque la lava me pisaba los talones. Las plantas de mis pies guardan profundas cicatrices que dan testimonio de eso, parecen cortadas producidas por afilados machetes, parecen las cicatrices de quienes fueron torturados parándolos descalzos sobre rines de automóviles muy afilados, por los esbirros de “La Seguridad Nacional” en la dictadura del general “Marcos Pérez Jiménez” en Venezuela… Las plantas de mis pies parecen cauchos radiales Goodyear con sus surcos. Amo a Italia y brindo por las Pizzas. ¡¡¡Salud!!!


Recuerdo un ciclón que era tifón y tornado a la vez, en la ciudad fronteriza de San Diego California en los Estados Unidos, fuerza que me llevó consigo transportándome en su remolino por los aires desde San Diego a México junto con algunos sapos, anguilas, peces y una vaca, en medio del remolino, al estilo de aunque usted no lo crea, cual “Believe It or Not's” de Ripley, vi volando una botella de “Vodka Kettle One de Holanda”, la atrapé en el aire, la destapé en pleno viento y me la fui tomando hasta que la fuerza del aire disminuyó, dejándonos caer luego suavemente, posándonos en el suelo, como una lluvia inusual, una lluvia de sapos y peces en la ciudad de Tijuana… Por cierto, que montado en la vaca que volaba conmigo, cabalgando en ella pude acercarme a la calle Revolución de Tijuana y poder así continuar bebiendo más Vodka en una cantina, aunque los Tijuanenses me vieran mal por no tomar Tequila, ja, ja, ja. Ellos estaban muy encabronados esa noche pues querían que “Los Niños Cantores de Viena”, estos reconocidos pequeños virtuosos que llevan un mensaje de buena voluntad a todos los rincones del mundo se presentaran en su ciudad, Los que hablaban alto en la cantina alegaban que, ya que se iban a presentar próximamente en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana, ¿Qué les importaba venir también a la frontera? Habían leído en la prensa que el grupo coral interpretaría en el DF, obras de Carl Orff, Mozart, Gerald Wirth, Mendelssohn y quizás una versión libre de “La Bamba y de La Cucaracha.” Esto los tenía en verdad muy disgustados. Tijuana es una ciudad en donde se habla el Spanglish, en donde inventaron la ensalada César y en donde pintan a los burritos con rayas de zebras para que se tomen fotos con ellos los turistas, ciudad de los tacos de chiles güeros, ciudad que parece una escenografía de una película de vaqueros a la Mexicana sobre todo en su maravillosa calle “Revolución … ciudad que se resiste al maltrato a que son sometidos los Mexicanos al intentar cruzar la línea divisoria, por los de la “migra”, por la cual pierden la vida tantos ciudadanos al intentar cruzar hacia el territorio que les fue expropiado por los gringos y que en verdad es tierra de ellos… por algo toda California se llama con nombres Latinos: San Diego, San Francisco, Los Ángeles… ciudad Tex-Mex, Nor-Tec, que se mueve fuertemente en el borderline pero nunca en la cuerda floja, la cuna de Carlos Santana el estupendo músico padre del “Abraxas” así como también del rockero Javier Batiz. Mi espalda guarda marcas como si hubiese sido azotado por un látigo, como si un arado al rojo vivo hubiese abierto surcos en ella, cicatrices que me recuerdan esa aventura justo un 31 de julio de 1982, día de mi cumpleaños… Amo a Tijuana, a los tacos de “Chile Güero” y brindo con el mayor de los entusiasmos por esa maravillosa ciudad. ¡¡¡Salud!!!

Un terremoto terrible que recuerdo fue el ocurrido en Santiago de Chile, que prácticamente abrió la tierra en dos partes, como el mar de Moisés y que me mostró por segundos como era el centro de la tierra al estilo Julio Verne y pude ver el infierno allá abajo, lugar regentado por ese ser rojo, con cuernos y tridente en donde dicen se ejecuta la condenación eterna... 

Me he dado cuenta al pensar en el infierno de Dante, que el diablo sin dudas tiene forma de mujer, no es ese individuo de color rojo, con cachos, barba en pico demoníaca, cola que termina en punta de flecha, patas con pezuñas, uñas largas y un tridente o tenedor en su mano, NO compadre el diablo no es así, ese fue un invento de la Iglesia católica para asustarnos, les aseguro que el diablo sin dudas tiene forma de mujer…. En ese momento yo andaba como hoy tomando “Vodka Finlandia” con “Ginebra Tanqueray” y celebrando mi cumpleaños número 35… el mes de Julio del año 1985. El terremoto de Santiago fue un sismo registrado el domingo a las 22:47 UTC (19:47 hora local). Su epicentro se localizó en las costas del sur de la Región de Valparaíso, Chile, cercanas a la localidad de Algarrobo, y tuvo una magnitud de 9,0º en la escala sismológica de Richter. El sismo se sintió entre la Región de Antofagasta y la Región de la Araucanía, ese terremoto afectó con gran intensidad a la capital del país, Santiago de Chile. El recuento final de víctimas arrojó el triste saldo de 585 muertos, 2.575 heridos, 142.489 viviendas destruidas y cerca de un millón de damnificados. 

Sentí como todos los pelos de mi cuerpo se chamuscaban y quedé depilado para toda la vida, nunca más crecieron los pelos de mi cuerpo salvo los de mi cabeza, sentí el impacto de pedazos de piedras que rasgaban mi cabeza. Por eso llevo estas marcas cual la “Tonsure de Duchamp” en mi coronilla y estas rayas en las sienes como la novia de Frankenstein, no tengo cejas y parezco depilado o lampiño… desde ese día llevo el cabello corto pues mi frondosa melena se quemó con tanto calor. Brindo por Marcel Duchamp. ¡¡¡Salud!!!

Los muslos llenos con las marcas de diminutos dientes me recordarán a esas pirañas que me querían devorar, eso fue cuando sucedió la inundación que trajo un mar de agua dulce a la ciudad Guayaquil en Ecuador, sepultándola cientos de metros bajo sus aguas, haciéndome salir de mi casa con traje de buzo nadando entre pirañas y caimanes hasta poder emerger. Los caimanes fueron repelidos por las toninas que los ahuyentaron golpeándolos con sus narices. Las pirañas me mordisquearon las piernas, pero gracias a la fuerte corriente que se las llevó, sus dientes no llegaron a los huesos. Al llegar a la superficie del agua vi como una alfombra de grandes grillos negros cubría las calles y como las gaviotas se estaban dando un verdadero banquete al comérselos. Brindamos los pocos sobrevivientes con “Vodka Snow Queen de Kazajistán” y comimos “Ceviche de pirañas”, ja, ja, ja, ja…. También esto aconteció un mes de Julio del año 1990 ¿Coincidencia dice usted? Pues brindo por las “Toninas” y por el Ecuador. ¡¡¡Salud!!!


Un alud me llevó consigo montaña abajo y me hizo permanecer una semana entera, del 12 de Julio al 18 del mismo mes del año 1995 en “Zermatt”, pasé siete días bajo y entre la helada la nieve de este lugar escondido, en uno de los lugares más remotos de Suiza…en donde por segundos mientras rodaba pude ver al Yeti, el abominable hombre de las nieves que me saludaba… Sí, sí ya sé que se dice que el Yeti, ese ser legendario habita en el Tíbet y Nepal, pero yo doy fe que lo vi en Suiza. Me quedé dormido sepultado en la nieve y al despertar, al lado mío había una botella de “Vodka Xellent de Suiza” y me la fui tomando hasta que me rescataron y gracias a eso no me congelé, hasta el día de hoy pienso que fue el Yeti quien me la regaló, por eso cada vez que tomo “Vodka Xellent” brindo por el Yeti. Perdí trozos de de mi oreja izquierda y todo el pabellón de mi oreja derecha, parte del labio inferior y un pedazo de mi nariz en ese entonces por el inclemente frio… Como ven mi nariz se parece a la de Michael Jackson..Ja, ja, ja. Brindo por mi amigo el Yeti. ¡¡¡Salud!!!

Recuerdo un iceberg, una masa de hielo flotante que golpeó nuestro navío en los océanos polares y que hundió cual “Titanic” nuestra embarcación. Todos caímos al agua helada y vi como mis compañeros y familiares murieron de hipotermia o comidos por las orcas en menos de media hora, eran las 10 de la noche y la temperatura corporal cayó por debajo de los 33ºC llegando a producirles la muerte. Debo mencionar aquí que fui salvado por una ballena orca… aunque usted no lo crea por la mala fama que tienen esas ballenas llamadas asesinas, al caer al agua y comenzar a helarme vi cómo se aproximaban estos cetáceos desplazándose en un gran grupo de 60 ejemplares… las ballenas negras de pecho blanco, parecían de charol, se parecían a enormes osos pandas de plástico en medio del mar, ellas se comieron a todos las personas que estaban en el agua menos a mí, fueron como bocadillos para sus gargantas, pero una de ellas se sumergió y emergió bajo de mi haciendo que mi cuerpo quedase montado sobre su lomo, entonces me sujeté a su aleta dorsal de forma triangular que medía como dos metros de altura y ella a una velocidad increíble me llevó hasta las costas de Hawái y se alejó perdiéndose en el horizonte. Buena “Vodka Grey Goose de Francia” que me tomé con agua de coco apenas llegué a archipiélago polinesio, celebrando mi cumpleaños número 29, el mes de Julio de 1979. Mis bíceps, tríceps y costados muestran rasgados y cortes producidos por las maderas rotas de mi embarcación con ese choque y por los pedazos de hielo… Amo desde ese entonces a las orcas y siempre que brindo con “Vodka Grey Goose” grito, “FREE WILLY” ¡¡¡Salud!!!


Y recuerdo tal y como si fuese hoy una explosión de Grisú en una mina de hulla en Ucrania en el año 1983, que me sacó de la cueva en la que me encontraba, me hizo volar por el aire tal cual como Superman y me lanzó a una distancia de un kilómetro. En realidad, no recuerdo que coño hacía yo metido en esa cueva, ni que era lo que buscaba en tan inhóspito lugar, ¿curioseando?, ¿buscando diamantes? ¿Huyendo del despecho de mi novia de Nueva York?… hummm!!! El componente principal del grisú es el metano junto a otros gases, principalmente etano, dióxido de carbono, nitrógeno y argón, helio e hidrógeno… La concentración más peligrosa es la correspondiente al 9,5% que es la que se corresponde a la mezcla que menor energía necesita para provocar una explosión y esta cueva tenía 9,9% y es justo en ese momento cuando veo a un compañero de excursión prendiendo un habano “Cohiba” Hijo de su puta madre… Al producirse esa explosión de grisú, las consecuencias fueron catastróficas en pérdidas de vidas humanas y materiales, además, que esa explosión otra explosión de polvo de carbón, de consecuencias mucho más catastróficas.

La radio local “Dnepropetrovsk Radio 92.9 FM” lo anunció esa misma tarde. “136 mineros perecieron con la explosión de grisú en una galería subterránea en la cuenca hullera ucraniana de Dnepropetrovsk, un portavoz del ministerio de Situaciones de Emergencia dijo que otros veintiséis operarios resultaron heridos, tres de ellos con quemaduras graves y que dos extranjeros sobrevivieron al estallido al ser lanzados sus cuerpos a una distancia de un kilómetro, tras la explosión en la mina Yubileinaya. 

Al despertar estaba siendo atendido por unas bellas mujeres que me daban en un vaso corto “Vodka Petrof de Ucrania” con hielo, al saber ellas que al día siguiente era mi cumpleaños número 33, la edad de Cristo… Yo pensé en ese momento que había muerto y que estaba en el cielo atendido por ángeles... ja, ja, ja. Por eso no tengo el dedo meñique de mi mano izquierda, por eso me faltan todas las uñas de las manos y de los dedos de los pies, las cuales nunca más me volvieron a crecer desde ese acontecimiento en Julio del 83. Por eso siempre tiemblo cuando veo que alguien va a encender un habano “Cohiba”. Brindo hoy también por todas las mujeres que parecen ángeles. ¡¡¡Salud!!!

Pero la herida más grande la he sufrido fue en el corazón, cicatriz que demuestra cómo me lo partieron por el medio y en dos, cicatriz que aún hoy en día no he podido sanar ni curar, esa fue proferida por una mujer de negro que se me quedó tatuada en la aurícula derecha de ese mismo músculo, lloro… porque quién no llora no conoce el amor… Brindo por ella con Vodka, aunque mal me ha pagado, brindo por Vladlia, ¡¡¡Salud!!!

¿Quieren que les cuente de cómo yo perdí a la bella dama de negro?

A ella la conocí el mes de Julio de 1980 y se fue de mi vida también el mes de Julio de 1982… Es que el mes de Julio me tiene en verdad marcado con hierro candente. 


Por curiosidad asistí a una fiesta organizada por las chicas de C.O.U.M. en el East Side, en una calle vecina a Saint Mark en donde quedaba el Club Lucky Strike, ese club new wave tan de moda a comienzos de los 80s, con pisos y paredes de cuadros blancos y negros como una gran caja de tablero de ajedrez… Presenté mi “invitación” a la entrada me revisaron a ver si traía algún tipo de armamento y me dejaron entrar al espacio Duchampniano, en donde sobre unas largas mesas forradas de espejos habían muchos pasteles de chocolate. Al instante las bellas mesoneras me obsequiaron un trago, lo que estábamos bebiendo todos era un ese cocktail transparente e incoloro llamado “Ángel Blanco”, en el techo y en medio del humo producido por el “hielo seco” se veían en los monitores un video en donde se trasmitía (like a loop) por tres veces consecutivas como un rayo partía una cruz en dos, a lo lejos vi a una bella mujer que se acercaba lentamente en mi dirección vestida completamente de cuero y con unos cuernos de carnero en cada mano, trasmutada en una Santa Mutante…Así conocí a Vladlia y nos enamoramos apenas nos vimos, como dicen eso fue amor a primera vista. De pronto apareció en el paisaje de mi vida, bella, extraña e inteligente, hoy creo a ciencia cierta que fui preparado para este encuentro, para encontrarme con esa mujer, para seguir con ella y para después ser separado bruscamente. Las manifestaciones externas o visibles, producidas por mi inconsciente fueron también claras… me vino un gusto repentino que aún conservo, de vestirme solo de color negro y el lógico rechazo de ponerme otras ropas de otros colores, un desarrollo sorpresivo de mi capacidad de análisis y un gusto por beber Vodka mezclada con Ginebra, aguardientes puros y fuertes. No podría entonces decir hoy, que la pasión sentida a través de los años por los vampiros, por Drácula y Nosferatu, eran solo coincidencia, cuando este último año se acrecentó a tal punto de releer y volver a ver en el cine todo lo concerniente a ese género y a ese mundo, tampoco podría decir que fue coincidencia el conocerla a ella, el conocer a la enigmática Vladlia, enamorarnos y descubrir que había nacido en Rumania, y para ser más preciso en Transilvana, ciudad natal del conde Vlad Dracul, el empalador y cuna del vampirismo… 

Recuerdo la primera vez que hicimos el amor, un 31 de julio de 1980, día de mi cumpleaños número 30, ella se despojó de todo su atuendo de color negro, de su capa y de su ropa interior también negra, dejó al descubierto su bellísimo y blanco cuerpo únicamente cubierto por su melena negra y sus abundantes y negros bellos púbicos, se dejó solo una cadena gruesa de plata con una especie de camafeo-amuleto con una piedra de color morado y en el dedo anular de su mano izquierda una gruesa sortija también de plata con una piedra preciosa también de color morado púrpura, nos tomamos una botella entera de “Vodka Diva de Inglaterra” e hicimos el amor de una manera loca y violenta, nos revolcamos y dimos vueltas en la cama de sabanas de satén color púrpura… Ella me decía cosas en Rumano que yo no entendía, palabras que sonaban como un encantamiento o hechizo, de pronto el clímax máximo se hacía sentir, el orgasmo estaba a punto de hacer aparición y sentí un terror que me heló la sangre cuando ella al besarme el cuello intentara mordérmelo, repentinamente hundí mi cabeza subiendo los hombros no dejándola que me mordiera, porque no estaba para ese entonces preparado aún para convertirme en un Nosferatu.                                                   

Con Vladlia viví cosas maravillosas, tomábamos Vodka con Ginebra en cantidades industriales, paseábamos en su Cadillac negro a gran velocidad y hasta chocábamos con fuerza a los otros automóviles solo por placer…. Ja, ja, ja, ella los chocaba en el guardafangos trasero y luego se iba acelerando al máximo. Otras veces nos íbamos a comer cordero a los restaurantes de Soho o a comer ancas de rana y sopa de pollo en leche de coco a la tailandesa en Chinatown, paseábamos agarrados de la mano en el caluroso verano por el Central Park o hablábamos de arte en el museo Guggenheim viendo la muestra de Ives Klein… Recuerdo que a ella le encantaba la leche agria y que no comía pollo pues le recordaba a los pterodáctilos, comíamos rico y luego nos íbamos a meter bajo las sábanas a cada momento para hacer el amor para luego emborracharnos tomando y tomando Vodka sin parar botella tras botella. 

En el pene tengo cicatrices y se ven claramente donde estuvieron los hilos de sutura, mi pene está marcado y se hace más evidente cuando está erecto, se parece al amputado y restituido falo del esposo de Lorena Bobit, presumo de tener un pene de buen tamaño y de ser muy buen amante… Pene estilo Frankenstein que lleva sus medallas, sus condecoraciones como queloides, de tanto hacer el amor con esa mujer.

Darck, Gótica, Criatura de la noche, Vampira, vestida de negro con cadenas de plata y cruces colgadas al revés… esa Dama de negro, cual dama del Black Sabath, discípula de Ozzy me tenía hechizado, de verdad estaba loco por ella y hasta pensé seriamente en casarme con esa exótica mujer que no cría en los ascendidos, ni en la bondad absoluta de los ángeles, ni creía en las velas rojas para atraer el amor. Ella me decía que le gustaban los ocasos, las noches de luna llena y los días nublados, los gatos negros y los libros de arte y de filosofía, los Piano concertos 2 y 3de Sergey Rachmaninov, las pinturas de Durero, la belleza en todas sus formas, la superficie de los lagos a medianoche, la profundidad de los océanos, el Vodka mezclado con Ginebra a lo Capote…. Y hacer el amor conmigo, sexo fuerte y sin inhibiciones, mamadas maravillosas mejores que las de Mónica Lewinsky, esa bella mujer amante de Clinton… Era como para enhebrar una aguja con hilo de suturar, hilo quirúrgico y coserle entonces los labios a ella, clausurándolos y sellándoselos, cosiéndoselos con hilo, o con un alfiler de seguridad cerrarle los labios, como en el libro de Bukowsky o poniéndoles muchos alfileres de seguridad en sus labios uniéndoles los superiores con los inferiores, haciendo de su boca una boca de metal Punks o Cyber Punks…   

Una cierta dosis de oscuridad acompaña a todos los seres humanos, ¿Quién no se ha regocijado con ella?

Una vez más he vuelto a beber de la soledad, bebo mis vasos de Vodka helada y le doy sorbos a la soledad que ya veo venir, dejo que Vladlia me envuelva con sus brazos largos y fríos y me abrace tan fuerte hasta quebrarme mis alas negras, yo no me he opuesto a ella incluso creo que me gusta.                                                                                                 

A Vladlia, mi amiga de Transilvana después de dos años de amor desbocado, no quise en un momento determinado de mi vida el volverla a ver, ya que nuestros caminos se hicieron evidentemente opuestos, ella se volvió una obsesionada en su amor y cuidados a un perro que se había comprado ya grande en una tienda que vendía “Perros entrenados de seguridad”, por esa relación insana hacia su “Rambo”, alto como un caballo, de pelambre negra y corta, una mezcla de Doberman con Gran Danés, con Rottweiler y Mastín Napolitano , un macho que pesaba en torno a los 60 kg y que era capaz de generar una presión en su mordida de 170Kg en el radio de su boca… ¿Pero qué coño se yo de perros?… Boca babosa y fiero como un león, con unos colmillos de este tamaño, pero a quien ella trataba como a un bebito, era un verdadero “Cancerbero” pero de una sola cabeza. Este cancerbero guarda la puerta no del Hades, si no la de Laila, la cuida a ella del inframundo y aseguraba que los muertos no se le aparezcan ni le causen daño y que los vivos no se le aproximaran. La existencia de este perro infernal en la entrada no de los infiernos si no de mi apartamento en “Thompson St.” Se ha convertido en mi peor pesadilla cual pérfido ensangrentado “Garm” de la mitología escandinava, como el perro de Satanás. Debo admitir que la imagen de ella toda vestida de negro, con plumas y pieles, con botas alta, su capa, paseando por “The Village” llevando a su perro fiero con collar de púas y sujeto por una gruesa cadena, era en verdad digna de fotografías. Comencé no permitiéndole la entrada a ese monstruoso animal a mi apartamento neoyorkino, ya que no podía ni siquiera tocarle un dedo a su dueña sin que el animal no intentase devorarme a mí, si le daba un beso a mi amada, el perro gruñía y me mostraba amenazante sus colmillos, en verdad odié a ese perro, odié a ese perro con todas las fuerzas de mi ser… fucking bastard dog. Y aún hoy lo sigo odiando con toda mi alma. No hay nada repartido más equitativamente en el mundo que la razón. Todo el mundo está convencido de tener la suficiente... así opinaba Descartes… Perooooooo ¿Hay castigo divino para quién asesine o envenene a un demonio como este?

Pensando en esa bestia envestida en cuerpo de perro he escrito esta poesía que más bien es la letra de una canción de rock and roll…


Perro furioso

Aliento de aceite

Perro malvado

Demoníaco

Cancerbero de una sola cabeza

Que ataca al cuello

Que mata sin remordimientos

Para luego beberse la sangre de sus victimas

Para luego comerse la carne de sus victimas

Para luego roerse los huesos de sus victimas

No dejando nada de nada

Ni siquiera su recuerdo

Perro furioso

Que le aúlla a la luna llena

Que le brillan cual faros los ojos en la oscuridad

Que huele feo

Que es un nido de pulgas y de sarna

Que muerde las llantas de los automóviles

Que se orina en los árboles

Que se come su propio vomito

Que mata también a los otros perros… y a los gatos… y a los niños

Que gusta de olerles el ano a los otros perros

Que gusta de morderse la cola a si mismo

Y da y da vueltas y vueltas en círculo antes de irse a dormir

Perro furioso

Dientes de acero

Aliento de aceite

Perro malvado

No era así… 

Tú lo enseñaste a ser así

Corrompiste su espíritu

Y ahora viene por mí.

 

Una tarde el 31 de Julio de 1982, cuando celebraba mi cumpleaños número 32 y mientras tomaba “Vodka Kissui Japonesa”, sentí una clara señal, como una orden desde el interno de mí ser que me decía que debía irme de su lado, que debía decirle adiós a esa mujer y sacármela de una vez por todas de mi vida… Esa tarde, ella no vio de buena gana, como le introducía por la garganta a su perro, el cañón largo de mi revólver Smith & Windson calibre 38, provocándole nauseas a esa bestia llamada “Rambo”, mientras yo tenía el firme propósito de oprimir el gatillo del revólver y volarle los sesos…. Ese revolver lo había comprado hacía una semana en la calle de “Saint Marks” a un dealer del “Lower East Side”, me sentí en ese momento mientras me mostraban las pistolas “Berettas” o “Magnums” como “Al Pacino” en “Taxi driver”.


Así que ella sacó al animal del apartamento y lo amarró de su correa en la reja del pasillo frente a las escaleras y de un tirón nos metimos a la cama y nos arrancamos la ropa… Aunque yo en medio del éxtasis me diluía en dos ideas mientras hacía el amor con ella, lleno de Vodka japonesa, escuchando a un alto volumen "Watermelon in Easter hay" de "Zappa", tocando con la punta de mis dedos el revólver que tenía bajo de mi almohada, mientras me apretaba tan fuerte en la cama con mi amada, ella a caballo, cabalgando sobre de mí, yo con una erección descomunal dentro de ella, hembra que gemía de placer, yo gruñía como un felino, mientras afuera se escuchaba el ladrido del perro, de la bestia amarrado que la llamaba… Tocaba la cacha del revólver y en dos extremos me diluía, matarla a ella o seguir entre sus piernas… matar al perro o seguir entre sus piernas… matarla a ella y a su perro o seguir entre sus piernas… matarlos a los dos y matarme luego yo o e seguir entre sus piernas… 

¡¡¡¡Tuvo un fuerte orgasmo y gruñó grrrrr!!!! y yo eyaculé casi al instante y grité ahhhhh!!!!, coño con una fuerza que parecía que nos íbamos a fundir los dos en uno, en un verdadero estado alterado de conciencia y justo en ese instante, la empujé, la alejé con fuerza, la separé de mí y le dije drásticamente: “¿Rambo o yo Vladlia?”

Después de hacer el amor intensamente conmigo, se vistió, me dio un beso en la boca, me dijo que me amaba, con lágrimas que se asomaban en sus ojos haciéndole derretir el rímel, yo con mis ojos húmedos, ella desató al animal y se fue con él, Vladlia tuvo que tomar una decisión vital que la hizo alejarse de mi vida. Ella me dejó por esa mierda de perro, ella se fue con “Rambo”, carajo prefirió al perro, ¿lo pueden creer? ¿pueden creer que prefirió a esa bestia? eso se cuenta y no se cree, se fue esa tarde del mes de Julio del año 82, hasta el sol de hoy y nunca más la volví a ver.

Luego de unos meses y después de tanto llorar en medio de borracheras, de despecho, de ese guayabo que me mataba, intenté llamarla en varias oportunidades por teléfono, pero su mamá siempre me dijo que no estabas ahí, que no la llamara más, que para mí ella había muerto… Me dijo que no me molestara en llamarla otra vez, que nunca iba a tomar el teléfono, que desapareciera de una vez por todas de la vida de su hija a la que le había hecho tanto daño… que me fuera del país, que me regresara a mi patria.


La lista de calamidades vividas en todos los meses de Julio a lo largo y ancho de mi existencia es larga, un bisturí que corta mi frente, un simún que me arropa, un incendio que me calcina, un volcán que casi me traga, un ciclón que me lleva, un tifón que me arrastra, un terremoto que me deglute, un inundación que me mordisquea las piernas, un alud que me sepulta vivo, un iceberg que me coñacea, una explosión de grisú que me convierte en bala humana y una dama de negro que me corta las venas, que con la espada de laser de los “Jedis” de “Star Wars” parte mi corazón en dos... Hummmmm!!!!

Por eso hoy, al celebrar mi cumpleaños, les cuento a ustedes estas historias de cicatrices vividas en los meses de Julio ¿Qué más podría pedirle a la vida un día como hoy? Salud, Dinero, Amor, Suerte, Paz, Sexo, Vodka y Rock and Roll… Ja, ja, ja. Brindo por la suerte que me ha permitido sobrevivir. ¡¡¡Salud!!!

Estoy casi acostado en este sofá rojo, Ese sofá rojo que prácticamente vuela, que va acompañado en esta insólita galaxia por otros planetas, estrella y asteroides… Convencido que hubo una vez en que el universo solo consistía en un sofá mullido que estaba suspendido y flotando en medio de la negra oscuridad básica, cuando de pronto se hizo y brilló una luz incandescentemente la cual bajó desde el cielo, junto a la estruendosa voz del Señor Dios todopoderoso que dijo: "Tráiganme un poco de suelo, aquí abajo de este sofá marrón y flotante!" ¿Marrón o Rojo? Brindo por eso. ¡¡¡Salud!!!

Queridos hermanos, lo que estamos escuchando en este momento es, “My Guitar Wants To Kill Your Mama” del gran Frank Zappa y esta música hace que la recuerde a ella, a mi amada imposible… Por eso mis ojos se humedecen de nuevo, por eso siento una emoción tan grande que se me nubla la mente, el corazón me duele, se me salta, se me hace un nudo en la garganta, sobre todo al entender que la letra de esa canción habla sobre mí y de mi gran amor por Vladlia, esa canción es mía porque su letra soy yo, es mi historia y es real… Esa canción que me pone tan nostálgico y que dice en su lírica: “Luego intenté llamarte, pero tu mamá me dijo que no estabas ahí, ella me dijo que no me molestara en llamarte otra vez… Me cansé de arrastrarme para llegar a tu puerta de atrás, me arrastré pasando por la basura y tu madre de nuevo apareció gritándome que no volviera nunca más… Mi guitarra quiere matar a tu mamá, mi guitarra quiere matar a tu madre, mi guitarra quiere matar a tu mamá.” 

Como le decía desde su jaula el canario Piolín al gato Silvestre: “un gatito malo siempre será un gatito malo”. ¡¡¡Salud!!!



Carlos Zerpa. Valencia, Venezuela, 1950 — Vive y trabaja en Ciudad de México. Artista multidisciplinario con una destacada trayectoria internacional en performance, instalación, gráfica, pintura y objetos. Estudió Diseño Visual en la Scuola Politécnica di Design de Milán y se formó en fotografía, serigrafía y técnicas gráficas en instituciones de Italia, Colombia, EE. UU. y México. También ha incursionado en artes marciales, incorporando esta experiencia corporal a su obra.

Desde los años ochenta, ha expuesto de forma individual y colectiva en importantes espacios como el MoMA de Nueva York, Museo de Arte Moderno de San Diego, Museo de Bellas Artes de Caracas, Museo del Barrio de Nueva York, MARCO de Monterrey, Fundación Juan March en Madrid, Museo de Arte Moderno de Medellín, Zona MACO, entre otros.

Su obra forma parte de destacadas colecciones internacionales en EE. UU., Europa, América Latina y Australia. Ha sido premiado por instituciones como la Sala Mendoza, el Salón Arturo Michelena y la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA).

En los últimos años ha mantenido una activa presencia expositiva en ferias, museos y espacios independientes de México, Colombia, Brasil, Venezuela, España y EE. UU., con proyectos emblemáticos como Mi Anaconda de vinilos, Detrás de la Baraja y La poética de la protesta y el antipoder. Su trabajo explora con humor, crítica y contundencia los imaginarios del poder, la cultura popular y la identidad latinoamericana.


ZZ…En el arte definitivamente hay que atreverse, hay que participar de una subversión por la libertad total como dijo el querido maestro Frank Zappa…ZZ