Looks como un alien y canta like a diva..
Wake up, you Sleepy Head… Rub your eyes, get out of bed! KN
“Él vino de otro mundo, más allá de nuestra galaxia para salvar a la raza humana”… o si quieren que rime lo dicen en inglés: "He came from outerspace to save the human race"… Ese es sin dudas Klaus Nomi, lo veía caminando por el village a comienzos de los 80s, de lentes oscuros alargados, con un casco plateado que parecía un platillo volador, con los labios y las uñas de las manos pintados de negro, endosando sus maravillosas indumentarias, mientras yo me tomaba un café expresso en el “Borgia Café”, para ese entonces no sabía con exactitud lo que hacia en arte el Nomi, hasta que vi el film “Urgh! The Music War” esa película recopilatoria de todo el movimiento musical del momento, un macrofestival realizado simultáneamente en los Estados Unidos y la Gran Bretaña allá por el año 1981, Punk, New Wave, Reggae and Techno bands con los grupos Dead Kennedys, Police, Devo, Gary Numan, The Cramps, UB40, Gang of Four entre otros, cuando de pronto en la gran pantalla apareció Klaus Nomi, cantando su pieza “Total Eclipse”… Vestido como de latex, de blanco y negro con hombreras espaciales y su blanca cara, peinado cual samurai del espacio, parece un “Replicante”…
Blow up, everything's gonna go up
even if you don't show up
in your Chemise Lacoste…
Total eclipse, it's a total eclipse,
it's a total eclipse of the sun. Total eclipse, it's a total eclipse,
it's a total eclipse of the sun.
Cantando como tenor y a la vez como una soprano, porque el Nomi podía cantar en falsetto… Su voz era asombrosa, de falsete pasaba a la recia alemana, como les dije cantaba como soprano y al instante como tenor con una gran dureza en la pronunciación del inglés y lo marcado del acento alemán en sus canciones "Tomorrrrrrrrow will be therrrrrrrrrrrrrrrrre...".
Dijo en una oportunidad su amigo y maestro de canto, Ira Siff: "Nomi fue el primero en combinar con buen gusto la música pop y la opera, entendiendo y conociendo los dos estilos y haciéndolos trabajar juntos. Llevó a su voz a lugares y gente donde nada parecido había sonado antes".
Klaus llega entonces vestido casi como un pingüino en tela plastificada, en blanco y negro con una corbata de lazo enorme, como un alien, como un arlequín andrógino, like a freak fellinesco de cara pintada de blanco, corte de pelo entre samurai y galáctico… amplia frente con un peinado con tres picos… Este hombre que "looks like an alien and sings like a diva" nos canta: Ding Dong! The Witch is dead!
Ding Dong!
The Witch is dead! Which old witch? The Wicked Witch! Ding Dong the Wicked Witch is dead!
Klaus Nomi pasaba de la música de opera al canto new wave… Anticipándose a la llamada cold wave con su banda formada por músicos andróginos haciendo una buena combinación de música electrónica y guitarras eléctricas, bailarines androides, odaliscas espaciales, decorados constructivitas y futuristas, al verlo parecía estar en el espacio del gabinete del Dr. Caligari pero con espirales hipnóticas, luces gélidas del espacio exterior y vestuarios de otros mundos entre un blanco humo de hielo seco.
Otro día andaba con el cabello pintado de color púrpura como si fuese una berenjena pero con flamígeras rayas de color Rosado y una camisa como de cuero con almidonada gorguera, estaba saliendo de la tienda Fiorucci con una postal navideña en sus manos, esa cartulina se había distribuido en todas las tiendas Fiorucci alrededor del mundo, una postal para navidad con una fotografía suya y con la leyenda “Klaus Nomi” y muchos pensaron en ese entonces que lo que quería decir era "Merry Christmas" en alemán.
El verdadero nombre de Klaus Nomi era Klaus Sperber, nació en los Alpes de Bavaria en el año 1944, trabajó en el Teatro de la Opera de Alemania y en la Opera de Berlín, pero justo en el año de 1972, se muda a Nueva York y se convierte en chef y pastelero freelance en el East Village, en ese entonces comienzan a darse a conocer otros artistas, tales como: Keith Harings, Basquiat, Madonna y en donde continua el reinado de Andy Warhol.
Klaus en ese entonces era un fanático de la ciencia ficción y la literatura cyber- punk, de hecho la revista que literalmente se devoraba era OMNI. Por eso en su debut artístico con una obra new wave, decidió cambiar su apellido y adoptar el nombre de NOMI, que no es otra cosa que un anagrama de su revista predilecta…
Justo en ese momento es cuando David Bowie lo ve e invita a aparecer con él en el programa Saturday Night Live en diciembre de 1979, para que hiciera los coros en la canción “The Man who sold the World”, con vestuario y ambientación inspirada en los trajes de Sonia Delaunay en “Le Ceur á Gaz” de 1923, y en donde el Nomi aparece como un ser punk fantasmagorico. Luego de esta aparición y gracias a los contactos de Bowie, Nomi grabó su primer álbum, en donde se destaca la oscura e impresionante "The Cold Song", una versión de la obra de Purcell, incluída en la ópera "Rey Arturo".
Let me, let me,
Let me, let me, Freeze again...
Let me, let me…
En enero de 1983, Nomi se enferma. Los médicos descubrieron que el sistema inmunológico de Klaus había colapsado, la enfermedad que padecía, todavía no era llamada SIDA, fue una de las primeras figuras públicas en morir de esa nueva y fatídica enfermedad, su retrato en primera plana del periódico de letras azules, el “Village Voice” anunciaba al mundo su sentida muerte por AIDS… Nosotros no podíamos creer que el maravilloso Klaus Nomi había fallecido.
Durante una retrospectiva de su obra, que se realizó en París después de su muerte, una multitud de “fans enloquecidos” entraron al recinto de exposición y se llevaron todos los recuerdos que se exponían en el museo, dejando únicamente en el espacio blanco y vació cual mausoleo, el sonido de la voz de Klaus Nomi que continuaba a cantar:Let me, let me, Freeze again to death!
4 comentarios:
Zerpa, gracias al amigo Echeto acabo de encontrar este hermoso escrito que nos pone a dialogar una vez más. Yo acabo de dedicarle un post en mi blog , ignorante de que ya tú habías saludado al gran Klaus Nomi.
Fascinante, un abrazo!
JU
La primera vez que vi a Klaus Nomi fue por accidente, realmente yo estaba buscando otras cosas en la gaveta del cuarto de mi primo –ya saben, las cosas que buscaría uno a los 12 en el rincón más apartado de los cajones más oscuros del primo de 20-. Encontré una cinta de VHS que decía “Urgh, A Music War” en la etiqueta y dije: “Uff, ésta debe ser como Heavy Metal, que son comiquitas pero con mujeres desnudas”. Me asomé al pasillo desde la puerta, vi que no había adultos a la vista ni primas chismosas y le puse play al aparato allí donde estaba la cinta, sin rebobinarla. Y entonces vi una cosa que no tenía la más mínima relación con lo que buscaba; pero definitivamente era algo perturbador, algo fascinante y pecaminoso que me dejó con la boca abierta. Una cosa entre el susto, lo cómico, lo grotesco, lo fascinante, lo paranormal, lo ridículo. Definitivamente un engendro que no se parecía a ningún otro en este mundo. Se llamaba Klaus Nomi. Salí de ese cuarto con la sensación de que un monstruo quedaba encerrado allí.
No sabría contar la verdadera historia de Klaus Nomi, contaré la que yo me sé. Y la verdad es que poco me interesa que alguien más erudito se sepa mejor el cuento y quiera sacarme el velo de los ojos. No me interesa. Lo vería tan estúpido como alguien que le intentara explicar al sobrino que es imposible que exista el Ratón Pérez porque un roedor tan chiquito y con tan pequeño cerebro no podría jamás saber cuál niño ha soltado su primer diente de leche, lo ha puesto entre la almohada y la mesa de noche, y espera mañana despertar para descubrir que el dientecito ha desaparecido y que en su lugar hay dinero. Así que contaré que Klaus Nomi aseguraba que había venido del espacio exterior. Que llegó a la Tierra en ese pedazo de Europa que se llama Alemania, en 1944, rayando el final de la guerra. Su misión era la de llegar a la Tierra para salvar a la humanidad. Así de simple. Sus padres (los adoptivos, claro, porque los biológicos serían de su misma raza) lo consideraron un ángel al ver que en vez de hablar profería unas notas musicales agudísimas o gravísimas según se le antojase. Lo llevaron algunos años más tarde a la escuela de los niños cantores de Viena, pero fue rechazado; no por deficiencias de canto -ciertamente era un prodigio-, lo rechazaron por su negativa ante la idea de ser castrado.
Aún así Klaus Nomi cantó: música lírica y música pop, ambas cosas a la vez, como un tenor en una estrofa para pasar a ser una mezzosoprano en la siguiente y alternar ambos timbres en el estribillo. Y se vistió como el más freak de los neodandies, una cosa que dejaba pálido al Glam Rock de los 70’s o a los New Romantic de los 80’s. Era como un marciano que mezclaba su traje espacial con el más rígido tuxedo. Sus ropas y maquillajes fueron el reflejo exacto de sus letras y su música: tan cómicas como siniestras. Su forma de mirar y de bailar no han podido ser emuladas nunca más, no con esa autenticidad ni con esa gracia. No importa el disfraz que se pongan, nunca nadie lo supo llevar con tal convicción. A nadie le ha sentado tan bien ser portador de su propia mentira. Se necesita, además de mucha caradura, una gran clase.
Moriría Nomi de Sida en 1983; pero aseguran sus allegados que lo que realmente le dio la estocada final fue una fuerte gripe. Lo sabemos, los extraterrestres no son inmunes a los resfriados, ya lo contó H.G. Wells.
Jose Urriola
Que bueno encontrar un blog que hable sobre la buena musica y de este gran personaje "KLAUS NOMI", escuche su musica a inicios del 2008, la verdad que me impresiono y me volvi un loco seguidor de él.
Quisiera saber si alguien en Perú vende el documental de su vida "THE NOMI SONG" aun no lo he visto; pero ya me imagino la buena información que deba tener. Un saludo a todos los fanáticos de KLAUS NOMI. Hasta la proxima. Salu2 desde Perú.
Recordando al gran Klaus Nomi
Carlos Zerpa
Decir que fui amigo de Klaus Nomi, sería una gran mentira, solo puedo afirmar que nos veíamos en la calle o en los clubs y nos saludábamos con mucha simpatía. Aun no era famoso.
Recuerdo a Klaus Nomi, caminando o andando en bicicleta, por el Village a comienzos de los 80s, iba de lentes oscuros alargados, con un casco plateado que parecía un platillo volador, sobre su cabeza, con los labios y las uñas de las manos pintadas de negro, endosando sus maravillosas indumentarias. Mientras me tomaba un café expreso en el “Borgia Café”, lo saluda y él siempre cortés, devolvía el saludo. He looks como un Alien y canta like a Diva. Yo salía siempre a los clubs y bares, los jueves en la noche, el viernes no lo hacía pues la ciudad era invadida por lo que llamábamos “The New Jersey People”, no es por discriminarlos, pero eran muy ruidosos, escandalosos, alborotados, desordenados, gritones y sobre todo, eran muchos y abarrotaban todos los espacios armando un verdadero desmadre.
Yo iba generalmente a un club llamado “Hurrah” que quedaba en el número 36 West de la calle Broadway con la 62. Ese club nocturno estaba lleno de grandes monitores que transmitían videos musicales todo el tiempo y que me gustaban mucho, de hecho, ese club fue el pionero en esto de poner muchos monitores enormes por todos lados, en ese territorio de la música Punk, Post punk, New Wave e Industrial Músic, se presentaron muchos grupos estupendos, recuerdo haber visto ahí a The Specials, a Klaus Nomi, a The Skids y a The Fleshtones… Nomi después de su show, se sentaba en la barra a tomarse una copa de champaña, en varias oportunidades chocamos las copas para brindar sin ningún tipo de rollos, parecía y era una diva, pero no se comportaba como tal.
Recuerdo claramente a Klaus Nomi, quien llegaba al “Hurrah”, vestido como un pingüino en tela plastificada, en blanco y negro con una corbata de lazo enorme, como un alien, como un arlequín andrógino, like a freak Fellinesco, con la cara pintada de blanco, corte de pelo entre samurai y galáctico, con su amplia frente y un peinado con tres picos. Todos lo saludaban, comenzaba a hacerse famoso, pero nunca lo vi engreído.
Nomi, se anticipó a la llamada “Cold Wave” con su banda formada por músicos andróginos haciendo una buena combinación de música electrónica y guitarras eléctricas, bailarines androides, odaliscas espaciales, decorados constructivistas y futuristas, al verlo parecía estar en el espacio del gabinete del Dr. Caligari, pero con espirales hipnóticas, luces gélidas del espacio exterior y vestuarios de otros mundos entre un blanco humo de hielo seco.
Podías encontrar a “Klaus Nomi”, esa especie de pingüino elegante del New Wave, cantando, en el Club Lucky Strike, un club New Wave y Post Punk, tan de moda a comienzos de los 80s, que quedaba en el East Village de Nueva York, en una calle vecina a St. Mark, tenía los pisos y las paredes de cuadros blancos y negros como una gran caja de tablero de ajedrez. Perfecto para Nomi, de hecho, parecía decorado especialmente para él.
Al otro dia por la tarde, seguro andaba por el Village paseando o haciendo compras, montado en su bicicleta.
Tristemente en enero de 1983, Nomi se enferma. Los médicos descubrieron que el sistema inmunológico de Klaus había colapsado, la enfermedad que padecía, todavía no era llamada SIDA, fue una de las primeras figuras públicas en morir de esa nueva y fatídica enfermedad, su retrato en primera plana del periódico “Village Voice” en letras azules, anunciaba al mundo su sentida muerte por AIDS. Yo no podía creer que el maravilloso Klaus Nomi había fallecido, fue una muerte que en verdad me dolió mucho.
Tenía sus dos discos en vinilo, los había comprado en Tower Records, siempre pensé que un día se los llevaría al Village, para que me los firmara, que lo invitaría a un café cuando lo viera en su bicicleta, pero nunca lo hice.
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