Roberto Echeto, dice:
En el espejo de la sastrería, José Gregorio Hernández y Carlos Zerpa examinan cómo se ven en sus trajes idénticos.
Detrás de ellos, un burro pintado como una cebra observa y les lanza una mirada de aprobación.
El sastre (tan austero en su papel como sensual en la vida) hace su aparición en la sala delantera;
está haciendo girar un carrito en el que se sientan cuatro vasos de Toddy, una copia de La filosofía del viaje en el tiempo, una caja de Marlboros y un cenicero en azul.
Aprender a deslizarse por las tardes aburridas de la vida.
Eso es alto arte.
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