Santiago de Chile. Revista Virtual. Año 5 | Número 51 Junio de 2003 |
Y EL FUROR DEL KITSCHS
Texto: Carlos Yusti
"Zerpa_durante_un_perfomance"La trayectoria artística de Carlos Zerpa ha mantenido una coherencia arrebatada, desde sus inicios hasta el presente. En ningún momento su obra ha perdido un ápice de ingenio, frescura y esa irreductible capacidad hostigadora que la caracteriza. Mi valoración por su trabajo estuvo signada, durante bastante tiempo, por innumerables prejuicios. Lo tenía recuadrado como un impostor, un hortera sifrino de clase media con veleidades de artista contestatario y contracultural. A pesar de dicha miopía traté de no perder la huella a sus intervenciones en el acontecer plástico nacional.La propuesta artística de Zerpa explota con creativo acierto el mal gusto, la crítica corrosiva y la obra como un puzzle sin entrecomillados ismos. Su propuesta conceptual, para nada complaciente, busca estremecer al espectador en sus gustos de pedrería falsa. El kitsch, el mal gusto, lo orillero, lo camp tiende a mineralizar el gusto y la sensibilidad sobre objetos cotidianos, películas, melodías, cantantes etc., que se quedan en la medianía más aparatosa. Lo kitsch en la vida mundana y silvestre es el resultado de una sensibilidad perezosa, de una manera indolente de percibir el mundo en términos de estilo. Zerpa explora las posibilidades estéticas del kitsch y crea obras que dejan al descubierto esa forma peculiar de entender la vida. Lo kitsch es una actitud neutra ante la existencia. Por ese motivo el arte retoma esa visión despolitizada para convertirla en una premisa que toma partido y deja cualquier ambigüedad de lado, enfrentando así al espectador con sus falsos destellos sensibleros.
"oso_conejo"Carlos Zerpa es pintor, escultor y un artista no convencional que filma películas, realiza uno que otro perfomance e interviene los espacios. Sus obras apelan a todos los formatos del arte actual; haciendo hincapié en lo cursi, el mal gusto, el fetichismo de la religiosidad popular y en ese sincretismo cultural de colores chillones donde se mezcla lo indígena con Disneylandia. Es una obra abierta a muchas lecturas, para nada novedosa, pero sí corrosiva y con un fulgor rechinante que busca situar al espectador ante la obra de arte como un hallazgo y una premisa en cual se dejan al desnudo las taras de un mundo barnizado de "normalidad" pintoresca y ordinariez a gran escala.
Cursó estudios de diseño visual en el Instituto Politécnico de Milán (1974-76), serigrafía y fotografía en la Escuela Cova de Milán (1976-77) y diseño artesanal en el Instituto de Expresión Colombiano (Bogotá, 1977). En 1970 participa en su primera muestra colectiva en la Segunda Muestra de Pintores Jóvenes, Rotary club (Valencia).
En la plaza de la Urbanización "Los Sauces"(Festival juntemos las manos) presenta, para el año 1978, el Performance: Señores y señoras, buenas noches; así como las películas en súper 8 "Orda Indiana", "Efectos", "12 minutos" y "Film blanco". De ese mismo año data su obra postal "La carpeta", un sobre contentivo de dibujos y fotocopias.
"Ka-la-ba-la"Para el año 1979, en la Sala del Ateneo de Valencia, presenta el video-performance "Yo soy la patria". En el año 1980 inaugura su exposición "Cada cual con su propio santo" (Teatro de la Campana). La muestra es una radiografía despiadada sobre el santoral criollo. José Gregorio Hernández, La última Cena, la virgen María y otros santos sirven de leitmotiv a Zerpa para desnudar, con ironía, nuestros gazapos religiosos, nuestros altares caseros atiborrados de santos de yeso y estampitas. Para ello se vale del dibujo, el collage, la fotografía, la fotocopia, la pintura y la escultura. La exposición se exhibe después en la Casa de la Cultura de Maracay y es a los pocos días es clausurada por petición de las autoridades eclesiásticas, que consideran la muestra una burla insolente a la religiosidad popular. Su Performance, Welcome Ms. Nation, se presenta en el XV Avant Gard Festival Charlotte Moorman de Nueva York. Para el año 1981 participa en bienales internacionales de arte como la XVI Bienal de Sao Paulo y la IV Bienal de Medellín en Colombia.
Radicado en Estados Unidos cursa estudios de Técnicas gráficas en el Arts Student League en Nueva York. En 1985 exhibe sus nuevos trabajos en una exposición titulada "Grrr" en el Museo de Bellas artes. Esta muestra subraya sus propuestas estéticas anteriores. Esta vez la violencia le sirve como referencia para patentizar ese mundo desgarrado de la calle. La muestra conjuga cuchillos, navajas, antijoyas, dibujos, esculturas, instalaciones y ensamblajes donde la violencia gratuita y sin sentido tiene la palabra. En la obra de Zerpa la originalidad pierde relevancia para dar paso a referencias plásticas en boga, o que han marcado algún hito. No desaprovecha nada y todo adquiere en su trabajo una revaloración inusitada. Los simples cuchillos de cocina, de ser objetos comunes y cotidianos, se trasmutan en una ala desplegada. Las balas se trasforman en una calavera. Las antijoyas llevan implícitas esa ferocidad de implacable belleza que al marqués de Sade sin duda habría fascinado. Los santos populares ya no tienen esa majestad mística y son sólo sátiras gráficas, viñetas, collages humorísticos. Sus instalaciones y perfomance exploran el patrioterismo subalterno, con bandera incluida, el juego, lo superficial y lo cursi en su estado más grave o irrisorio. Sus esculturas se ensamblan a partir de objetos cotidianos (Una silla, un gabinete, una mesa) donde confluyen objetos diferentes hasta crear una escultura barroca, recargada de una simbología lírica que más que decorar el espacio lo llena de imaginación desbordada.
"Crucificado"Otras veces el perfomance es una indagación sencilla del entorno. Un ejemplo de ello es el perfomance "BUNNY AND BEAR. Marrón grande en Caracas". (1996). Zerpa explica: "El 29 de Junio de 1996, llegó a Caracas el Maestro de ceremonias, Sean Gibbons, trayéndonos desde los Estados Unidos de Norteamérica, los vestuarios (a formal wear) del proyecto de arte conceptual, de la artista Norteamericana Suzanne Ragann Lentz, titulado "Animal Crackers". La idea estaba en darnos el vestuario diseñado por ella para que realizáramos un Performance y esculturas vivientes de lo que luego se llamaría "Bunny and Bear - Marrón grande en Caracas. Performance". Un traje acolchado color rosado de conejo (Bunny), que endosaría Maria Eugenia Gil, y un traje acolchado de color azul de oso (Bear) que endosaría Carlos Zerpa. Nos vestiríamos con estos trajes y nos dirigiríamos a un café de la Urbanización las Mercedes en Caracas, como dos parroquianos mas a pedir y degustar un café muy oscuro con leche que aquí llamamos "Marrón grande". La idea era que se tomaran fotografías del Performance, las cuales serian remitidas a Suzanne Ragann Lentz, quien las seleccionaría y las ampliaría a tamaño natural y las mostraría junto con los trajes originales utilizados en el Performance "a formal wear for Bunny and Bear" y también al lado de otras fotografías de parejas invitadas alrededor del mundo, que endosaron también estos trajes e hicieron sus acciones de tomarse una taza de café en otros lugares distantes (Vietnam, Paris, New York, Roma, Chicago, Rio de Janeiro, Miami, etc.).Fue una acción muy sencilla, nos vestimos como "el osito azul y el conejito rosado" salimos juntos y tomados de la mano de "La Galería de Arte Euroamericana" y atravesamos la calle, nos dirigimos a un café restaurante llamado "El Tajín" en la Urbanización las Mercedes de Caracas. nos sentamos en una mesa de la terraza y pedimos primero dos Blody Marys pero que en vez de tener apio o celery tuviesen zanahorias, hablamos con el mesonero y con el dueño del restaurante; la gente se agrupaba para vernos y entraba al lugar, hicimos pulsos, reímos, nos tomamos los tragos, nos comimos las zanahorias, consultamos el menú y pedimos "dos marrones grandes".le pusimos azúcar, degustamos el café, pagamos la cuenta y la gente maravillada se agrupaba para vernos mientras salíamos del lugar, haciendo que el trafico automotriz se detuviese. entramos al lugar de donde salimos y dimos por finalizada la acción. ¡¡¡that´s all folks!!!.
"Canallas"Sobre el panorama actual de la cultura en el país Zerpa ha dicho: "La cultura en Venezuela siempre ocupó la última gaveta del mueble. Hoy en día ni siquiera ocupa la última gaveta. Ni siquiera está debajo del mueble. Sencillamente no está. A mí me da risa cuando se habla del cierre de los museos porque no hay dinero. El problema va más allá del dinero. Aún si dieran todo el dinero que necesitan los museos, el engranaje cultural no funcionaría. Y es que vivimos en días de negación total. Hay amigos míos muy inteligentes, amigos que respeto, un respeto que por cierto voy perdiéndoles a pasos agigantados, que están como hipnotizados por esta mal llamada revolución cultural. Son personas que están aferrados a sus cargos, mendigando limosnas para mantener abiertas las puertas de los museos."
A pesar de este desolador panorama cultural Carlos Zerpa, prosigue sus pesquisas estéticas. Su trabajo constante le ha permitido un lugar prominente en el acontecer estético del país y aunque el reconocimiento de su trabajo le tiene sin cuidado, sabe a la perfección que la obra, a fin de cuenta, y la respuesta de público siempre tendrán la última palabra y no el jefe cultural de turno.
El artista en actualidad trata de convertir la calle en su mejor estilo. Necesita beber de la vida para estructurar una obra abierta y despierta que no de tregua al espectador. Una obra que sea una síntesis de los visto en el arte, pero que al mismo tiempo sea un descubrimiento novedoso y actual. La obra de arte en la actualidad es más tiempo que estética novedosa, es más imaginación creadora que academia. Zerpa ha tratado con su obra llegar al hueso de un lirismo vivo donde resuena la metáfora de la calle, ha tratado de hacer de la obra un argot del juego y para ello se ha dado una vuelta por los vertederos de basura de la vida buscando los elemento para elaborar su obra, para reciclarlo todo y descubrir la metáfora caliente y falaz de este mundo desechable, de este mundo apuntalado en esquemáticos pudores y cándidas creencias. Zerpa sabe que el mal gusto es una innegable lírica cuando se asume como un juego estético, como un saber irónico sobre esa vida decorada con la escenografía de un teatro pobre de provincia, como un furor imaginativo, barroco, redundante y de colores chillones.