Momentos de mucha oscuridad“Hay quien quiso talar a nuestra cultura pero no tomó en cuenta a los retoños”Yo no encuentro muchas luces a mi alrededor.
Por eso no puedo más que calificar de oscuros a estos días. Vivimos momentos de mucha oscuridad. Aquí ya ni vemos ni nos vemos.
Hay mucha gente del lado oscuro que hace gala de una cuota de poder bastante alta.
Y a esa gente no le interesa para nada la cultura. Si no les interesa el país, ¿cómo les va a interesar la cultura?
La cultura en Venezuela siempre ocupó la última gaveta del mueble. Hoy en día ni siquiera ocupa la última gaveta. Ni siquiera está debajo del mueble. Sencillamente no está. A mí me da risa cuando se habla del cierre de los museos porque no hay dinero. El problema va más allá del dinero. Aún si dieran todo el dinero que necesitan los museos, el engranaje cultural no funcionaría. Y es que vivimos en días de negación total.
Hay amigos míos muy inteligentes, amigos que respeto, un respeto que por cierto voy perdiéndoles a pasos agigantados, que están como hipnotizados por esta mal llamada revolución cultural. Son personas que están aferrados a sus cargos, mendigando limosnas para mantener abiertas las puertas de los museos.
¿Es que acaso la importancia de un museo está en que simplemente pueda abrir sus puertas y pagarles a sus empleados las quincenas atrasadas?
¿Eso es un museo?
¿Qué dice de una sociedad el que se vea como una proeza el que los museos solamente abran sus puertas? ¿Qué dice de nosotros que ésa sea la mayor meta?
¿Qué dice de nosotros? De mí no dice nada. ¡De nosotros no dice nada! Yo no estoy allí reflejado, muchos no están allí reflejados.
La cultura está viva. Los que están en esos puestos son personas que le han dado la espalda a la cultura.
Estos señores llegaron al bosque y lo talaron pensando que podían así arrasar con todo. Pero se equivocaron. El bosque aún no ha perdido su condición. Los árboles siguen siendo árboles. Son pequeños retoños que están al ras de la tierra pero ya pronto crecerán. Es cuestión de tiempo.
Así defino el panorama actual: hay quien quiso talar a nuestra cultura pero no tomó en cuenta a los retoños.
Los museos siguen estando en su sitio y tarde o temprano volverán a su esencia, volverán a ser verdaderos museos.
Un museo no es un mausoleo, un museo es algo vivo, entre sus paredes deben pasar cosas. Pero, ¡por favor! ¡Un museo no es para mostrar bonsai!
Un museo debe ser un lugar de encuentro para el arte, para los artistas y para los amantes del arte. ¿Para qué sirve un museo que abre sus puertas y nadie lo visita? ¿Para qué sirve un museo en donde se respira incertidumbre, en donde se escucha el quejido de sus empleados, en donde todos se disculpan por no poder exhibir la colección por falta de presupuesto, en donde todos están parados a la espera de algo o de alguien.?
Lo del lado oscuro se podría haber sacado por algunas tesis del psicoanálisis, pero en mi caso les podría decir que lo saco más bien por el lado del comics e incluso de El lado oscuro de la luna, de Pink Floyd.
Son muchas las raíces que pueden hallarse, pero lo seguro es que nadie puede negar que el presente venezolano tiene muchos agujeros negros. Lo seguro, lo certero, lo indiscutible es que nos falta oxígeno, que nos sentimos derrotados, nos sentimos cerca de un fin o yendo hacia él. Es una sensación general, todos estamos así. Es una parte de todos, el viejo yin y yang. Una parte buena y una mala. La parte buena tiene dentro una semilla del Mal, y el mal lleva en sí la semilla del Bien. No hay luz que alumbre mejor que la que está en la oscuridad. Lo que sucede es que todo este lado oscuro hoy en día tiene un poder que antes no manejaba.
Yo no creo que hoy en día existan engañados. El cuento de los engañados me lo creí entre comillas cuando las elecciones. La gente buscaba cambios. Pero yo ni siquiera en ese momento utilicé el cuento de los engañados para mí. Yo nunca creí en esto.
Pero después de los acontecimientos del 11 de abril no puede existir en este país gente engañada. Puede seguir sí, hipnotizada. O lo que es peor, cómplice. No hay más. Que cada quien escoja.
A mí el otro día me dijeron que este proceso tiene un pensamiento romántico. ¿Qué concepto del romanticismo, del romance, maneja esta gente? Yo no lo sé. Por eso cada vez es más difícil entablar un diálogo. Porque viven en un mundo de ficción.
Yo encuentro al slogan “Ni un paso atrás” maravilloso, porque lo interpreto no solamente con relación a Chávez sino también con lo que hemos vivido en los gobiernos adecos y copeyanos. Ni un paso atrás con todo lo de atrás.
Fíjense cómo son las cosas: años atrás, si cuestionábamos lo que se hacía éramos tildados de comunistas y de querer desestabilizar la democracia. Pero ahora es peor, ahora se habla de guerra civil. Es decir, que se nos está llevando a cambiar la palabra por una pistola.
Me alarma que el Presidente hable de dar más dinero para la creación de más Círculos Bolivarianos, que quiere verlos en todas las universidades, liceos y espacios educativos. ¿Para qué? Para crear células de choque. Son gusanos para que se coman la fruta. Me han comentado que este tipo de infiltración está en todas partes, en la UCV, en el Instituto Armando Reverón. Yo no entiendo nada. Mucho menos el odio. Siempre existieron en nuestro país diferencias de clases pero no esta lucha de clases de la que solamente sale inmune es la delincuencia.
Cuando los sucesos de abril, ¿a quiénes saquearon? ¿Dónde se produjeron los saqueos? Al pueblo de Catia, a los vecinos de Catia.
Necesitamos urgentemente que alguien nos explique este país. -¿Y mientras tanto qué? Las crisis no dan respiro. ¿Cómo se crea en ese ambiente? -Pero provocan la sinceridad.
El artista, el verdadero artista, trabajará siempre. No importa qué es lo que pase o deje de pasar fuera de su taller.
Tú escribes un libro con sol o con lluvia. Lo haces y si no cuenta con receptividad no significa que sea malo. O al revés, si se vende de la noche a la mañana no significa que sea bueno.
Pero ahí está. Es tu trabajo. La historia siempre demuestra quiénes son los artistas y quiénes no. ¿Qué importa que te reconozcan o no? ¿Qué importa contar con la entrega absoluta del otro? Muchos se mueren y son reconocidos años después.
Díganme:
¿qué importa que te reconozcan estando muerto si ni siquiera se percataron de tu presencia cuando vivías?
Lo importante es el día a día, el enfrentamiento diario con tu trabajo, contigo mismo, con lo que eres y con lo que puedes ser.