Hablando sobre una Piedra Mutante y una Piedra Zoomorfa
Autor: Carlos Zerpa
Hace unos años, caminando a media noche en la playa de Tucacas, de pronto me encontré con una piedra muy antigua, peluda y de un color verde amarillento, estaba totalmente cubierta de algas marinas y caracolitos, la cual reposaba en la orilla y era constantemente bañada por las olas.
El hallazgo fue mágico pues dicha piedra tenía forma zoomorfa y era alumbrada por la luna llena, parecía un niño gordo boca abajo, un oso, una pereza o un mono peludo… caminé alrededor de ella, la toqué con la punta del pié y con sorpresa la sentí blanda, así que de inmediato, por respeto y por la incertidumbre me alejé del lugar.
A la mañana siguiente apenas despuntando el sol, me fui a visitarla para descubrí que esa piedra extraña encontrada en el mar Caribe, no era una piedra milenaria si no, un oso de peluche abandonado en la playa, pensé en muchas cosas, pero sobre todo en la vida que tienen los objetos encontrados… le tomé fotos a esa piedra zoomorfa y la he hecho mía cual "Ready Made".
Retomando la idea hoy en día, me plantee utilizar dicha imagen de “Piedra Zoomorfa” pero insiriéndola en un contexto urbano/tropical, como un hallazgo, como el encuentro con un cuerpo del cual no se sabe con exactitud cómo llegó a ese lugar.
En un foso cavado en la tierra, en la grama, en medio de un paisaje de montaña y árboles, foso de unos tres metros de ancho por tres metros de largo y uno de profundidad, completamente lleno de agua, como pozo, como piscina, yace boca abajo el cuerpo flotando, de ese ser que inerte ha perdido la vida.
Ese cuerpo es igualmente peludo como su hermana piedra de Tucacas, pero en este caso de color azul y con su pelaje completamente empapado.
¿Quién es? Quizás un niño, uno de esos tantos niños abaleados en los barrios de nuestra violenta Caracas, quizás sea un juguete abandonado por falta de cariño, cual niño abandonado por sus padres, ¿acaso era un niño/juguete ahogado en ese foso?… la idea es cruda y ruda, imaginamos que más que una muerte accidental, aquí estamos hablando de un asesinato, solo sabemos que llevaba en sus manos una larga asta plateada en donde ondeaba al viento, una banderita morada de los “Boy Scouts”, eso lo hace ver como un niño bueno, uno de esos estudiosos que salen en las tardes de su escuela primaria, preparados para el gritar con sus amigos: “Siempre Listo”, quizás pudo ser uno de nuestros hijos.
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