ZZ…Continúo aun hoy en día, escuchando buen Rock and Roll y con la misma idea de cambiar el mundo…ZZ

domingo, marzo 03, 2024

¿Han oído hablar de Jaime Martínez? Una historia maravillosa.


¿Han oído hablar de Jaime Martínez? Una historia maravillosa.

El Maraquero Venezolano que tocó con Los Rolling Stones

Carlos Zerpa

Los locutores Polo Troconis e Ivan Losher, en su programa de radio en la emisora 88.1 FM de Caracas, nos cuentan esta historia sobre Jaime Martínez ese maraquero, que tocó con Los Rolling Stones.

Ivan Losher, habla.

Jaime Martínez, nació en Cunaviche, en pleno llano venezolano, fue un peón de hacienda, amante del joropo y poseedor de una maestría innata para tocar las maracas.  Por reducción del personal, Jaime fue despedido de la hacienda y se vio obligado a marcharse a trabajar con un primo a Puerto La Cruz, cargando y descargando mercancía de los barcos. Un día se fue como polizón en uno de esos barcos que iba a Europa. Un par de semanas después, desembarcó en un Londres invernal y sintió por primera vez lo que era pasar frio.

Polo Troconis nos narra.

Dormía en los bancos de las plazas, pero una noche, debido a una fuerte nevada, entró en un viejo teatro a refugiarse… De pronto a medianoche lo despertó una música que Jaime nunca había escuchado en su vida. Sentía la vibración en el piso, las paredes y después en su pecho y su cabeza. Lo que escuchaba era Rock & Roll, eran los “Rolling Stones” ensayando la canción “Simpathy for the Devil”. En un acto reflejo, Jaime comenzó a tocar las maracas acompañando la canción, Jaime no podía entender lo que oía, pero la música era rítmica y le provocaba bailar, aplaudir al ritmo de la canción y comenzó a tocar sus maracas, la acústica del teatro llevó el sonido de las maracas hasta el escenario. Mick Jagger se dio cuenta del sonido extraño que venía del ático, subió y se encontró con Jaime tocando las maracas, bajaron juntos hasta el escenario, Keith Richards y Bill Wyman sabían algo de español, así que Jaime pudo hacerse entender.

Ivan Losher, continua el relato.

Así fue que este hombre llanero, entró en la historia del Rock, ya que Jagger y Richards sentían que, a esa canción, le faltaba algo y que habían encontrado en las maracas el sonido faltante… Lo convencieron de que siguiera tocando y hasta quedaron "fascinados" por su ejecución, tanto que decidieron incluirlo como maraquero en la canción "Simpathy for the devil" a la que las maracas llaneras le aportaban "el sonido faltante". Al día siguiente ya estaban Los Stones con Jaime en el estudio de grabación, e incorporando el sonido de sus maracas en dicha canción, mientras le pagaban una buena cantidad de dinero al venezolano.

Felix Allueva, experto en el rock venezolano, opina:

¿Que fue un llanero de Cunaviche? para mí, hasta que me lo demuestren, es solo una Leyenda Urbana. Mira que tú también tienes otra Leyenda Urbana (buenísima) sobre el guitarrista de “T Rex” y compañero de Marc Bolan. Je,je,je,je.

Eddio Piña, (presidente de la fundación para la historia del Rock en Venezuela), opina.

Eso del maraquero de Cunaviche con Los Stones, es una Leyenda Urbana, las maracas en esa canción las interpretó Bill Wyman. También se decía que fue, “Nené” Quintero, quien tocó las congas en la grabación de esa famosa canción "Simpatía por el Diablo", pero esto no es cierto, en verdad el músico que tocó las congas en la grabación de esa canción fue Rocky Dzidzornu, mejor conocido como Rocky Dijon.

José Pérez afirma

Nunca se sabrá si en realidad fue Bill Wyman. Mick Jagger o Jaime Martínez, quienes tocaron las maracas en ese tema. Nosotros insistimos, que sí, que fue Jaime Martínez, alias “El Cunaviche”, el que tocó las maracas durante las sesiones de Olimpic Studios. Estoy convencido de eso. La banda le dio a Jaime techo, comida y ropa. Después fue llevado al estudio de grabación y las maracas que oímos en la introducción de Simpathy son tocadas por él. En los créditos del álbum se le dio una versión inglesa de su nombre: James Martins.

El periodista Víctor Amaya, nos dice.

La realidad es que las maracas en esa canción las interpretó Bill Wyman, el bajista fundador de los Stones, y que esta narración convertida en leyenda urbana fue creada por el periodista Alfonso Molina y el dramaturgo Rodolfo Santana. La canción apareció en el disco Beggars Banquet (1968) de la banda británica The Rolling Stones. Y ahí no hay créditos para Jaime Martinez.

El periodista e historiador de cine, Alfonso Molina lo recuerda.

A mediados de los años ochenta, en camino a Barcelona, estado Anzoátegui, iba por carretera junto al dramaturgo Rodolfo Santana y comenzamos a inventar un "Cadáver Exquisito", una historia hilvanada desde una frase seguida por otra y otra y otra, en una especie de contrapunteo. "Pura improvisación". Esto surgió cuando cruzábamos Clarines, donde nació la leyenda. Así fue cómo surgió, frase a frase, la historia de José Gregorio Torrealba (una mezcla de José Gregorio Hernández y Juan Vicente Torrealba), un muchacho pobre de Clarines que tocaba maracas y que no veía futuro en la Venezuela de finales de los sesenta. Deliraba con ir a Europa y hacer mundo. Se dice que Jaime en su equipaje cargaba sus inseparables maracas, para él eran muy valiosas ya que le recordaba sus orígenes y las tocaba desde pequeño. Era un polizón que llega a Marsella en un barco mercante, de allí sube a París y viaja a Inglaterra donde se refugia en un viejo teatro de Londres. Mick Jagger descubrió a José Gregorio, en su escondite, quien sin hablar inglés trataba de excusarse. Pero Mick no lo botó. Más bien lo invitó a sumarse al equipo de percusionistas que dirigía Charlie Watts. La cosa funcionó y se incorporó a Sus Majestades Satánicas. Viajó por todo el mundo con la banda inglesa y hasta se convirtió al budismo.

CZ-

Pero le cambiaron el nombre a José Gregorio por el de Jaime Martínez.

Alfonso Molina, continua.

Esta historia la publiqué en el diario El Nacional en los años 80s, como un cuento, un relato, una breve historia y nada más. Pero pronto comenzó a tener repercusiones, la leyenda creció y creció, sin yo darme cuenta. Con el tiempo, fueron surgiendo nuevas versiones de esta leyenda y muchas personas fueron sumando detalles a esta ficción y José Gregorio, dejó de ser de Clarines para convertirse en un muchacho que se llamaría, Jaime Martínez, un llanero de Cunaviche.

CZ-

Hay mucha gente que aun piensa que esa historia fue real y que por motivos extraños la han querido convertir en una leyenda.

Alfonso Molina, continua.

Hay otra curiosidad muy folklórica, porque Rodolfo Santana, me llamó un día para decirme que había recibido un telegrama del Concejo Municipal de Clarines para preguntarle cómo contactaban al maraquero que había tocado con The Rolling Stones, pues deseaban designarlo como “Hijo Ilustre de Clarines”. Después de pensarlo mucho, escribimos una comunicación al Ilustre Concejo Municipal de Clarines para decirles que José Gregorio había desaparecido de la banda en un concierto en Amsterdam y se había ido a buscar una vida más espiritual. La última vez que se supo de él fue vivia en Samarkanda. De ustedes, atentamente…

Raúl Luna, nos dice.

José Gregorio Torrealba, se vio obligado de utilizar un seudónimo, para proteger su intimidad y continuar su vida sin que nadie lo molestara, y fue así como todos comenzaron a llamarlo Jaime Martínez. Viajó por todo el mundo con la banda inglesa y luego se convirtió al budismo. Luego después de muchos años, regresó a Venezuela, pero no a su pueblo. Los Stones pagaron su regreso y le dieron una cantidad grande de dinero, suficiente como para que Jaime pudiera buscar una casa propia y montar su negocio. Eso me consta.

Leonardo López.

Nadie puede aseverar o desmentir esta historia. Un músico aparece en los créditos de una grabación cuando firma un contrato con los productores. Podría haber sido este el caso, ya que el muchacho no era músico. La historia dice que le pagaron bien y lo mandaron a su casa así que, ¿para qué iba a aparecer en los créditos? Si creemos en Dios, al que nunca hemos visto, ¿por qué no creer en esta historia del maraquero? Dicen que en el disco aparece con el nombre en inglés de James Martins.

Pedro Pérez nos cuenta.

Mick Jagger ha venido a Venezuela varias veces, sabemos que tiene una propiedad en la isla de Margarita. Lo han visto en Playa El Agua, pero de incógnito. Sabemos que uno de sus huéspedes habituales en esas visitas, es un maraquero trigueño, a quien conoció en Londres y quien tocó con “Sus majestades Satánicas”, quien llega a la casa de Jagger, para compartir un rato con su amigo, tomarse unas cervezas, hablar, reírse y preparar sancochos de pescado. Las maracas desde ese suceso en Londres, se convirtieron en uno de los instrumentos preferidos de Jagger, quien aprendió a tocarlas de Jaime Martínez, su amigo y maestro maraquero.

Armando García

Yo conocí personalmente a José Gregorio Torrealba, más conocido, como Jaime Martínez. Quien después de vivir en Clarines, durante casi toda la vida, y luego de esa maravillosa experiencia con Los Stones en Londres, se regresó con mucho dinero y se mudó a la isla de Margarita a rehacer su vida en completo anonimato.

CZ.

Supe que en Cunaviche querían hacerle un busto de bronce Jaime Martínez, y dedicarle una plaza con su nombre, eso supe, que buscaban una fotografía suya, para que el escultor Carlos Rojas, pudiera hacerla…

El periodista Víctor Amaya, nos da la clave del asunto.

El cuento termina en tono optimista diciendo que, la próxima vez que escuches “Simpathy for the devil” recuerdes con orgullo que esas maracas que suenan las toca un venezolano, un llanero de Cunaviche, para más señas. Es muy bonito todo ese orgullo patrio, nacional, tricolor.

CZ-

Esa historia, que fue un venezolano, un llanero de Cunaviche, quien tocó esas maracas para los Stones, me encanta y por eso la reseño aquí. ¿No te parece una historia maravillosa? Pleased to meet you. Hope you guess my name. Oh, yeah…

Instrucciones:

Cierre los ojos, ponga el disco a un alto volumen, pero en reversa, escúchese la canción al revés con todo y ese sonido de maracas venezolanas tocadas de atrás pa lante, que producen sin dudas un sonido del más allá, con toque satánico y de “Cunaviche Adentro”.

Chhhhacahh chhhachhhcahhh

Chhhuack chhhuak chhhachhh

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ZZ…En el arte definitivamente hay que atreverse, hay que participar de una subversión por la libertad total como dijo el querido maestro Frank Zappa…ZZ