¿Han oído hablar de Jaime
Martínez?
El Maraquero Venezolano que tocó con Los Rolling Stones
Carlos Zerpa
Los locutores Polo Troconis e Ivan Losher, en su programa de radio
en la emisora 88.1 FM de Caracas, nos cuentan esta historia sobre Jaime
Martínez ese maraquero, que tocó con Los Rolling Stones.
Ivan Losher, habla.
Jaime
Martínez, nació en Cunaviche, en pleno llano venezolano, fue un
peón de hacienda, amante del joropo y poseedor de una maestría innata para
tocar las maracas. Por reducción del
personal, Jaime fue despedido de la hacienda y se vio obligado a marcharse a
trabajar con un primo a Puerto La Cruz, cargando y descargando mercancía de los
barcos. Un día se fue como polizón en uno de esos barcos que iba a Europa. Un
par de semanas después, desembarcó en un Londres invernal y sintió por primera
vez lo que era pasar frio.
Polo Troconis nos narra.
Dormía en los bancos de las
plazas, pero una noche, debido a una fuerte nevada, entró en un viejo teatro a
refugiarse… De pronto a medianoche lo despertó una música que Jaime nunca había
escuchado en su vida. Sentía la vibración en el piso, las paredes y después en
su pecho y su cabeza. Lo que escuchaba era Rock & Roll, eran los “Rolling
Stones” ensayando la canción “Simpathy for the Devil”. En un acto reflejo,
Jaime comenzó a tocar las maracas acompañando la canción, Jaime no podía
entender lo que oía, pero la música era rítmica y le provocaba bailar, aplaudir
al ritmo de la canción y comenzó a tocar sus maracas, la acústica del teatro
llevó el sonido de las maracas hasta el escenario. Mick Jagger se dio cuenta
del sonido extraño que venía del ático, subió y se encontró con Jaime tocando
las maracas, bajaron juntos hasta el escenario, Keith Richards y Bill Wyman
sabían algo de español, así que Jaime pudo hacerse entender.
Ivan Losher, continua el
relato.
Así fue que este hombre
llanero, entró en la historia del Rock, ya que Jagger y Richards sentían que, a
esa canción, le faltaba algo y que habían encontrado en las maracas el sonido
faltante… Lo convencieron de que siguiera tocando y hasta quedaron
"fascinados" por su ejecución, tanto que decidieron incluirlo como
maraquero en la canción "Simpathy for the devil" a la que las maracas
llaneras le aportaban "el sonido faltante". Al día siguiente ya
estaban Los Stones con Jaime en el estudio de grabación, e incorporando el
sonido de sus maracas en dicha canción, mientras le pagaban una buena cantidad
de dinero al venezolano.
Felix Allueva, experto en el
rock venezolano, opina:
¿Que fue un llanero de
Cunaviche? para mí, hasta que me lo demuestren, es solo una Leyenda Urbana.
Mira que tú también tienes otra Leyenda Urbana (buenísima) sobre el guitarrista
de “T Rex” y compañero de Marc Bolan. Je,je,je,je.
Eddio Piña, (presidente de la
fundación para la historia del Rock en Venezuela), opina.
Eso del maraquero de Cunaviche
con Los Stones, es una Leyenda Urbana, las maracas en esa canción las
interpretó Bill Wyman. También se decía que fue, “Nené” Quintero, quien tocó
las congas en la grabación de esa famosa canción "Simpatía por el
Diablo", pero esto no es cierto, en verdad el músico que tocó las congas
en la grabación de esa canción fue Rocky Dzidzornu, mejor conocido como Rocky
Dijon.
José Pérez afirma
Nunca se sabrá si en realidad
fue Bill Wyman. Mick Jagger o Jaime Martínez, quienes tocaron las maracas en
ese tema. Nosotros insistimos, que sí, que fue Jaime Martínez, alias “El
Cunaviche”, el que tocó las maracas durante las sesiones de Olimpic Studios.
Estoy convencido de eso. La banda le dio a Jaime techo, comida y ropa. Después
fue llevado al estudio de grabación y las maracas que oímos en la introducción
de Simpathy son tocadas por él. En los créditos del álbum se le dio una versión
inglesa de su nombre: James Martins.
El periodista Víctor Amaya,
nos dice.
La realidad es que las maracas en esa canción las interpretó Bill Wyman,
el bajista fundador de los Stones, y que esta narración convertida en leyenda
urbana fue creada por el periodista Alfonso Molina y el dramaturgo Rodolfo
Santana. La canción apareció en el disco Beggars Banquet (1968) de
la banda británica The Rolling Stones. Y ahí no hay créditos para Jaime
Martinez.
El periodista e historiador de
cine, Alfonso Molina lo recuerda.
A mediados de los años
ochenta, en camino a Barcelona, estado Anzoátegui, iba por carretera junto al
dramaturgo Rodolfo Santana y comenzamos a inventar un "Cadáver
Exquisito", una historia hilvanada desde una frase seguida por otra y otra
y otra, en una especie de contrapunteo. "Pura improvisación". Esto
surgió cuando cruzábamos Clarines, donde nació la leyenda. Así fue cómo surgió,
frase a frase, la historia de José Gregorio Torrealba (una mezcla de José
Gregorio Hernández y Juan Vicente Torrealba), un muchacho pobre de Clarines que
tocaba maracas y que no veía futuro en la Venezuela de finales de los sesenta.
Deliraba con ir a Europa y hacer mundo. Se dice que Jaime en su equipaje
cargaba sus inseparables maracas, para él eran muy valiosas ya que le recordaba
sus orígenes y las tocaba desde pequeño. Era un polizón que llega a Marsella en
un barco mercante, de allí sube a París y viaja a Inglaterra donde se refugia
en un viejo teatro de Londres. Mick Jagger descubrió a José Gregorio, en su
escondite, quien sin hablar inglés trataba de excusarse. Pero Mick no lo botó.
Más bien lo invitó a sumarse al equipo de percusionistas que dirigía Charlie
Watts. La cosa funcionó y se incorporó a Sus Majestades Satánicas. Viajó por
todo el mundo con la banda inglesa y hasta se convirtió al budismo.
CZ-
Pero le cambiaron el nombre a
José Gregorio por el de Jaime Martínez.
Alfonso
Molina, continua.
Esta historia la publiqué en
el diario El Nacional en los años 80s, como un cuento, un relato, una breve
historia y nada más. Pero pronto comenzó a tener repercusiones, la leyenda
creció y creció, sin yo darme cuenta. Con el tiempo, fueron surgiendo nuevas
versiones de esta leyenda y muchas personas fueron sumando detalles a esta
ficción y José Gregorio, dejó de ser de Clarines
para convertirse en un muchacho que se llamaría, Jaime Martínez, un llanero de
Cunaviche.
CZ-
Hay mucha gente que aun piensa
que esa historia fue real y que por motivos extraños la han querido convertir
en una leyenda.
Alfonso Molina, continua.
Hay otra curiosidad muy
folklórica, porque Rodolfo Santana, me llamó un día para decirme que había
recibido un telegrama del Concejo Municipal de Clarines para preguntarle cómo
contactaban al maraquero que había tocado con The Rolling Stones, pues deseaban
designarlo como “Hijo Ilustre de Clarines”. Después de pensarlo mucho,
escribimos una comunicación al Ilustre Concejo Municipal de Clarines para
decirles que José Gregorio había desaparecido de la banda en un concierto en
Amsterdam y se había ido a buscar una vida más espiritual. La última vez que se
supo de él fue vivia en Samarkanda. De ustedes, atentamente…
Raúl Luna, nos dice.
José Gregorio Torrealba, se
vio obligado de utilizar un seudónimo, para proteger su intimidad y continuar
su vida sin que nadie lo molestara, y fue así como todos comenzaron a llamarlo
Jaime Martínez. Viajó por todo el mundo con la banda inglesa y luego se
convirtió al budismo. Luego después de muchos años, regresó a Venezuela, pero
no a su pueblo. Los Stones pagaron su regreso y le dieron una cantidad grande de
dinero, suficiente como para que Jaime pudiera buscar una casa propia y montar
su negocio. Eso me consta.
Leonardo López.
Nadie puede aseverar o
desmentir esta historia. Un músico aparece en los créditos de una grabación
cuando firma un contrato con los productores. Podría haber sido este el caso,
ya que el muchacho no era músico. La historia dice que le pagaron bien y lo
mandaron a su casa así que, ¿para qué iba a aparecer en los créditos? Si
creemos en Dios, al que nunca hemos visto, ¿por qué no creer en esta historia
del maraquero? Dicen que en el disco aparece con el nombre en inglés de James
Martins.
Pedro Pérez nos cuenta.
Mick Jagger ha venido a
Venezuela varias veces, sabemos que tiene una propiedad en la isla de Margarita.
Lo han visto en Playa El Agua, pero de incógnito. Sabemos que uno de sus
huéspedes habituales en esas visitas, es un maraquero trigueño, a quien conoció
en Londres y quien tocó con “Sus majestades Satánicas”, quien llega a la casa
de Jagger, para compartir un rato con su amigo, tomarse unas cervezas, hablar, reírse
y preparar sancochos de pescado. Las maracas desde ese suceso
en Londres, se convirtieron en uno de los instrumentos preferidos de Jagger,
quien aprendió a tocarlas de Jaime Martínez, su
amigo y maestro maraquero.
Armando García
Yo conocí personalmente a José
Gregorio Torrealba, más conocido, como Jaime Martínez. Quien después de vivir
en Clarines, durante casi toda la vida, y luego de esa maravillosa experiencia
con Los Stones en Londres, se regresó con mucho dinero y se mudó a la isla de
Margarita a rehacer su vida en completo anonimato.
CZ.
Supe que en Cunaviche querían
hacerle un busto de bronce Jaime Martínez, y dedicarle una plaza con su nombre,
eso supe, que buscaban una fotografía suya, para que el escultor Carlos Rojas,
pudiera hacerla…
El periodista Víctor Amaya,
nos da la clave del asunto.
El cuento termina en tono
optimista diciendo que, la próxima vez que escuches “Simpathy for the devil”
recuerdes con orgullo que esas maracas que suenan las toca un venezolano, un
llanero de Cunaviche, para más señas. Es muy bonito todo ese orgullo patrio,
nacional, tricolor.
CZ-
Esa historia, que fue un
venezolano, un llanero de Cunaviche, quien tocó esas maracas para los Stones,
me encanta y por eso la reseño aquí. ¿No te parece una historia maravillosa?
Pleased
to meet you. Hope you guess my name. Oh, yeah…
Instrucciones:
Cierre los ojos, ponga el
disco a un alto volumen, pero en reversa, escúchese la canción al revés con
todo y ese sonido de maracas venezolanas tocadas de atrás pa lante, que
producen sin dudas un sonido del más allá, con toque satánico y de “Cunaviche
Adentro”.
Chhhhacahh chhhachhhcahhh
Chhhuack chhhuak chhhachhh
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