ZZ…Continúo aun hoy en día, escuchando buen Rock and Roll y con la misma idea de cambiar el mundo…ZZ

martes, agosto 13, 2024

El Volkswagen Escarabajo



El Volkswagen Escarabajo

Carlos Zerpa

El Volkswagen Escarabajo ha sido considerado una especie de automóvil "de culto" desde su asociación con el movimiento hippie de los años 60s. Muchos de estos eran pintados "psicodélicamente".

El Volkswagen Escarabajo ha aparecido en infinidad de películas de todo el mundo. Stanley Kubrick utilizó uno en su película El Resplandor.
También, Kevin Bacon utilizaba un el Volkswagen Escarabajo, como su coche personal en la película Footloose.



Entre 1968 y 2005, un Volkswagen Escarabajo del año 1963 de color blanco blanco y con el número 53 de bandas azul, rojo y blanco, de nombre Herbie, protagonizó un papel estelar en la serie de películas de Disney llamadas "Cupido Motorizado".
Un Volkswagen Escarabajo, "Wunderkäfer" llamado DuDu apareció en una serie de películas para niños en Alemania.

En la serie animada transmitida entre 1984 y 1987 llamada Transformers G1 y en la película animada de 1986, es usado un el Volkswagen Escarabajo de color amarillo como el modo alterno del Autobot Bumblebee, y más tarde este modelo es reutilizado en la película spin-off de Transformers, Bumblebee.

En la serie animada Astuto Wheelie el protagonista es precisamente un Volkswagen Escarabajo de color rojo antropomórfico con vida propia.
Varios videojuegos lo han incluido, mencionando Beetle Crazy Cup de la desarrolladora Europea Infogrames (Atari) donde este mismo y algunas de sus variantes son los protagonistas.

En el vídeoclip de Chilanga Banda del grupo mexicano de rock, Café Tacvba, expresan la vida del México profundo, del que se es testigo desde el interior de un taxi, un Volkswagen Escarabajo, un Vocho de la Ciudad de México.


El artista conceptual, Chris Burden, realiza un performance llamado Trans-fixed en el año 1974, Burden se clavó las manos en el techo de un el Volkswagen Escarabajo a modo de crucifixión. Las puertas del garaje se abrieron y fue empujado en punto muerto. Comenzó a correr de modo que cuando se paró, fue empujado nuevamente hasta el garaje y las puertas se cerraron.



El Volkswagen Escarabajo, de la portada del disco de Abbey Road de Los Beatles de 1969, que se inmortalizó en la portada, solía estar aparcado en ese sitio muy a menudo. Su dueño lo registró el 10 de abril de 1968, con el número de placa LMW 28IF. Después de aparecer en la portada del álbum, su matrícula (LMW 281F) sería objeto de numerosos robos por parte de los fans de The Beatles.



El Volkswagen Escarabajo, Vochol que se encuentra expuesto en el Museo de Arte Popular. Creado por dos familias de artesanos huicholes de Nayarit y Jalisco en 2010, tomando un vocho perfectamente funcional y más de 2 millones de chaquiras, piedritas que los wixarikas utilizan para crear dibujos sagrados en honor a sus dioses.


El artista plástico indonesio Ichwan Noor compactó piezas de un Volkswagen Escarabajo amarillo de 1953, junto con algunas piezas de aluminio y con otras de poliéster para transformarlo en una esfera.
Bueno, no hay que olvidar que fue Adolf Hitler, al iniciarse la Segunda Guerra Mundial, quien ordenó la fabricación del Volkswagen Escarabajo y que Ferdinand Porsche fue el creador…

sábado, agosto 10, 2024

¿Sabes de que película, hablo?

 


¿Sabes de que película, hablo?

Carlos Zerpa

Un hombre puede viajar a su futuro, a su pasado y a su presente. De pronto está en un campo de concentración nazi y hace mucho frio, los guardias les dan abrigos a todos los prisioneros para que se cubran, abrigos que pertenecieron a otros judíos que ya murieron. A él en son de burla le dan un abrigo femenino, un abrigo de piel de mink y todos se ríen, guardias y prisioneros se burlan de él. Entonces mete las manos en los bolsillos de dicho abrigo y encuentra un diamante verdaderamente gigante.

Aparece en un futuro y ese anillo se lo da a una mujer regordeta con la cual se casa, es su anillo de bodas, la mujer es una parlanchina.

Aparece entonces en otro futuro, esta vez viviendo solo en una especie de capsula espacial.

Aparece en el ayer, de nuevo en el campo de concentración nazi, sin querer en la fila, pisa el pie enfermo de otro de los prisioneros, quien adolorido, jura vengarse. Ese hombre con el pie vendado se apoya para caminar en una especie de bastón.

Aparece en un futuro firmando un autógrafo de un libro que ha escrito, va a dar una charla ante un numeroso público, pues se ha convertido en una personalidad importante pues sabe el futuro.

En dicha conferencia les dice que justo esa noche, un hombre obsesivo, que lo persigue desde que ambos eran prisioneros de los nazis, va a dispararle desde el balcón y lo va a matar y de hecho eso sucede.

Va y viene del pasado, al futuro y de nuevo aparece viviendo solo en una especie de capsula espacial.

No recuerdo otros datos importantes. Ni quien es el director de dicha película, ni quienes son los actores ni en qué año se filmó.

¿Conoces ese film? ¿Lo viste? ¿Sabes de que película, hablo?


Toda la informacion ya la consegui

Matadero cinco es una película de ciencia ficción militar de comedia dramática estadounidense de 1972 dirigida por George Roy Hill y producida por Paul Monash, a partir de un guion de Stephen Geller, basada en la novela de 1969 del mismo nombre de Kurt Vonnegut.1​ La película está protagonizada por Michael Sacks como Billy Pilgrim, quien se «desatasca en el tiempo» y no tiene control sobre hacia dónde se dirige a continuación. También está protagonizada por Ron Leibman como Paul Lazzaro y Valerie Perrine como Montana Wildhack.

Matadero cinco se estrenó en el 25º Festival de Cine de Cannes, donde ganó el Premio del Jurado y fue nominada a la Palma de Oro. La película también ganó un Premio Hugo a la mejor presentación dramática y un Premio Saturn a la mejor película de ciencia ficción. Sacks fue nominado a un Globo de Oro a la nueva estrella del año por su interpretación de Pilgrim.

https://es.wikipedia.org/wiki/Matadero_cinco_(pel%C3%ADcula)?fbclid=IwY2xjawEov-lleHRuA2FlbQIxMAABHUo3pc3ibhX9glqQa8FWwyqy1F6FzQztgEA03_RSHk7r0GDi7eSLmXhzMQ_aem_-VDrVviLEvLCACemQMNt9A#:~:text=Matadero%20cinco%20es%20una%20pel%C3%ADcula,mismo%20nombre%20de%20Kurt%20Vonnegut. 


miércoles, agosto 07, 2024

Por el parque de "Los Venados" voy.



Por el parque de "Los Venados" voy.

Carlos Zerpa 

Las nubes eran pesadas y hacían ruido al moverse.

Los árboles en el parque, no tenían hojas, eran como manos, de largos dedos, queriendo agarrar algo en el cielo.

El agua del estanque era densa, como claras de huevos.

Las ardillas caminaban por el tendido eléctrico, sobre nuestras cabezas, como si fuese la cuerda floja.

El aire estaba impregnado de un fuerte olor, a colonia, de un aroma a lavanda Yardley, y de inmediato me recordó a mi papá.

Sobre un banco de metal, color verde, alguien había dejado olvidada una cajetilla casi entera de cigarrillos Winston y a su lado un encendedor cricket.

A uno de los venados de bronce, le falta un pedazo de cornamenta, sin dudas alguien le  arrancó el asta y se lo llevó como trofeo de caza.

Yo sigo mi camino y atravieso lentamente el parque, recogiendo una que otra pluma de pájaros, que consigo en el piso.

Pensando que me encantaría hacer una escultura monumental, tamaño natural, de "Moby Dick" e instalarla aquí.

martes, agosto 06, 2024

Carlos Zerpa en La Sala Mendoza

 



Carlos Zerpa. De la muestra Kick Boxer, 1999. Instalación.





Carlos Zerpa en La Sala Mendoza

Por: Eugenio Espinoza

ArtNexus 34

Arte en Colombia 80

Oct - Dec 1999

Desde los años setenta, Carlos Zerpa ha desarrollado su obra como una especie de gran lucha libre o como un huracán que devora todo tipo de objetos-recuerdos para luego convertirlos en monstruosas apariciones. Él es, como dijo recientemente Manuel Espinoza, un artista extraviado, perdido en el nihilismo.
Sería casi ridículo pretender analizar formalmente su trabajo. Sería más ridículo todavía decir que es bueno o malo. Este se desarrolla como una violenta carga de ingenua maldad o de pésima bondad. Él siempre ha estado Interesado en representar, a través de objetos andrajosos, especialmente maniquíes y estampas populares, el mundo de la violencia, la magia y el terror
No deja de ser interesante su relación con la cultura popular mexicana, en la que también el terror y la violencia se expresan con gran frenesí. Nosotros, en Venezuela, vivimos una gran violencia urbana, cuyo espíritu apocalíptico, en el terreno del arte, jamás ha sido representado.
Zerpa tiene una gran necesidad de acabar con esa violencia asumiéndola en su obra. Es inevitable no presentir esta cruda realidad de carne viva asándose continuamente. Pero la violencia que más se le percibe es aquella relacionada con la autodefensa (karate y vampirismo) y la del individuo solitario que obsesivamente se arma, no para atacar al otro, sino para atacarse a sí mismo.
Este proceso se inició a mediados de la década de 1970. En ese entonces, Zerpa realizó provocadores performances que se transformaban súbitamente en violentos espectáculos. Tanto el artista como la audiencia estaban sujetos a cualquier posible tragedia. Todo ello responde de algún modo a los efectos producidos por el boom petrolero. Nuestra sociedad se desarrolla dentro de una compleja violencia que va más allá de lo visible. Siguiendo la tónica de Zerpa, estaríamos en un país lleno de fantasías multicolores girando sobre rituales satánicos; y tanto las calles como las plazas estarían adornadas por calaveras humanas decoradas con escarchas de colores. Nos quedaría quizás una ciudad totalmente destrozada por un continuo odio entre sus ciudadanos.
Sin embargo, pese a este comentario, la obra de Zerpa no es en realidad sobre la violencia. Es violenta ella misma. Sus muñecos son torturados continuamente, y el artista descarga un sádico tratamiento sobre las superficies de los objetos, con retorcidas ornamentaciones. Este énfasis ejerce placeres de carácter sadomasoquista en el artista. Por otra parte, también está saturada de gritos generados por una determinada subcultura; el rock y las influencias del maestro de las Invenciones, Frank Zappa, además del anticristo Manson. Esto hace que su trabajo actúe como una fusión entre dos culturas: el folclor latinoamericano y la alienante música norteña.
Los luchadores libres, por ejemplo, son una especie de iconos de nuestra cultura popular. Están allí como los eternos amigos del artista, saturando el ambiente, así como las figuras que ilustran el clásico disco de los Beatles, el Sargento Pimienta y su banda de corazones solitarios, de la década de 1960.
El horror es visto con la simultaneidad cinematográfica. Bombardea al espectador hasta hacerle brotar su inocencia, y lo golpea brutalmente hasta hacerle descubrir su lado cómplice con el artista. Sin embargo, esta obra carece de drama. Es más bien divertida, pues el terror, en sus complejas manifestaciones, también entretiene.
Entre el drama y el terror existen varias diferencias. El drama viene de una tragedia, y el espíritu terrorífico de la obra de Zerpa viene quizás del cómic y de sus parientes audiovisuales, como el cine y el rock. Grrr, exposición montada en el Museo de Bellas Artes en la década de 1980, alude a un sonido que la naturaleza del cómic implantó, expresando amenaza y rabia.
En definitiva, su obra es una especie de pop latinoamericano. Continuamente están los héroes del cómic y de nuestra cultura popular, ensalzados y entrelazados violentamente, como si el artista fuera —precariamente— nuestro Jerónimo Bosch criollo, especialmente cuando maneja objetos casi a la manera de Mario Abreu. Aparecen detalles crueles de la cultura popular y de la violencia como arma de defensa personal representada por la tradición del kung-fu o del karate. Todos sus personajes están en proceso de una acción. Sugieren argumentos y casi nunca aluden al sitio donde se produce el crimen. Sólo está el cuerpo de la víctima violentamente convertido en maniquí o en objeto desconocido. Quizás, Zerpa es la encarnación misma de Freddy, protagonista de Pesadilla en la Calle Elm, dispuesto a asesinar a los protagonistas de sus sueños.
Zerpa, por otro lado, está más interesado en la brutal presencia de sus víctimas que en la reflexión estética de sus obras, con la sensible excepción, tal vez, de su colección de zancudos aplastados sobre papel, piezas sin igual con un significativo contenido artístico. Su impetuosidad es necesaria para responder a las corrientes estéticas de esta época. El pensamiento de don Simón Rodríguez, en este sentido, tiene validez al decir que la América no debe imitar servilmente, sino ser original. El trabajo de Zerpa busca afanosamente estrellarse en los terrenos de la originalidad.
Sus víctimas no pertenecen ni al minimalismo ni al conceptualismo. Sus obras totalmente atemporales, libres de tendencias, quieren trascender los límites de la afectada postmodernidad.
Esta muestra convierte a las víctimas de Zerpa en un gran circo del terror. Orquestan una gran alegría por su asesino y son patéticamente felices de haber sido creadas. Frankenstein logró verse a sí mismo y comprendió tristemente que era sólo un monstruo, tarea ésta que muchos humanos aún no hemos podido realizar.

ZZ…En el arte definitivamente hay que atreverse, hay que participar de una subversión por la libertad total como dijo el querido maestro Frank Zappa…ZZ