ZZ…Continúo aun hoy en día, escuchando buen Rock and Roll y con la misma idea de cambiar el mundo…ZZ

martes, febrero 25, 2025

Algunas reflexiones a partir de envena de Carlos Zerpa

 


Caliente Caliente

(Algunas reflexiones a partir de envena de Carlos Zerpa)

Carlos E. Palacios

Durante la presentación “performática” de envena de Carlos Zerpa en el mexicano Museo

del Chopo, se recordó una acción artística intitulada Caliente Caliente. La referencia a

este evento, lanzada por el propio artista, se escabulló rápidamente entre las hilarantes

anécdotas que, como saltamontes alocados, brincaban desde la mesa que reunía al

Valenciano con los presentadores de su libro: los también artistas Maris Bustamante y

Víctor Muñoz junto a los curadores Santiago Espinosa de los Monteros y Pancho López.

Como llegué a este país hace tan sólo dos semanas, de los eventos recordados esa noche

éste se grabó en mi memoria con mayor fijeza que los demás. Fue una experiencia

colectiva que el propio Zerpa, venezolano como el que más, realizara décadas atrás con el

mexicanísimo No Grupo (formado en 1977 por la propia Bustamante, Melquíades

Herrera y Rubén Valencia junto a otros artistas) y que lo introdujo por la puerta grande de

la tribu “performática” local. De acuerdo a las palabras de Carlos Zerpa, me pareció

entender que Caliente Caliente selló entre sus participantes una especie de contrato

“binacional”, de interés común y a perpetuidad en torno al performance como una

estrategia artística privilegiada.

Busqué minuciosamente en envena alguna referencia a todo esto, por lo que tiene de

gesto cultural entre México y Venezuela. Su exploración me introdujo a su vez en este

libro caótico y subjetivo, desquiciante para cualquier historiador, a ratos absurdo y a ratos

de una lógica comunicativa y pedagógica tranquilizadora. En envena (como hiciera hace

veintinueve años con su performance Ceremonia con Armas Blancas) Carlos Zerpa lanzó

otro de sus afilados cuchillos desde el poliédrico escenario de proyección que ha venido

construyéndose de manera sostenida desde hace cuatro décadas. Su publicación no es una

historia latinoamericana del performance -ni pretende serlo, que conste- no es tampoco

un registro de su ingente producción: envena es un libro de artista y como tal es otra obra

del prolífico Carlos Zerpa.

Sin embargo envena, totalmente ditirámbico e incongruente, no sólo retrata la particular

personalidad de este creador venezolano y el amplio universo de sus influencias

artísticas. Es asimismo un retrato de familia: la que se reunió esa noche en el Museo del

Chopo. Me pareció que formaban parte todos de una generación de creadores que insisten

en permanecer activos a su manera, más allá de tener una audiencia mayoritaria o de

intentar persistir, mas desde el recuerdo que desde la acción, en una sostenida práctica en

las artes del performance.

La presentación reveló a quienes allí estábamos que estos artistas se sienten muy

cómodos hablando del pasado: el fondo del proscenio del auditorio estaba literalmente

tapizado por una foto de los años ochenta (Carlos Zerpa con sombrero charro junto a

Maris Bustamante, Melquíades Herrera y Rubén Valencia). Pero del mismo modo, sus

palabras dejaron entrever que se niegan a quedarse cómodamente instalados en su (hasta

hace poco olvidado) rincón de la historia del performance latinoamericano.

La lectura de envena y su presentación azteca dispararon una pregunta inevitable: ¿Por

qué razón estos artistas, pioneros en el arte del performance están al margen del

mainstream expositivo y crítico? No es que a ellos le importe mucho (creo más bien que

disfrutan con humor e ironía su beatífico estado de respetabilidad histórica) y sería del

todo erróneo pensar que esto ocurre solamente debido a que no se han abocado a una

necesaria renovación de su propia perspectiva sobre esta técnica. Pero también hay que

decir que los gestos artísticos y no-objetuales de estos creadores se convirtieron en un

material de archivo de primer orden histórico de las artes visuales latinoamericanas.

Es cierto que importantes exposiciones como Arte no es Vida producida hace dos años en

Nueva York por El Museo del Barrio o La Era de la Discrepancia organizada por la

UNAM en México en 2007 dan cuenta del relevante papel de estos artistas durante las

penúltimas décadas del siglo XX. (En Venezuela, aún está pendiente un trabajo de este

nivel y con esta ambición) Pero también es cierto que muchas de sus performances

actuales se diluyen como sal en el agua. De allí que este libro trascienda, más allá de ser

un ejercicio de memoria personal (“Lo que ví, lo que escuché, lo que viví, lo que rozó mi

piel”, señala su autor en la portada) como una estrategia performativa en sí misma. Un

libro-performance que se suma a los libros-objeto de la modernidad o a las clásicas

plaquette de grabados.

Envena es un libro que no posee una estructura editorial coherente. Como el

performance, carece de una arquitectura y una trama dramática y como éste, su impulso

es la improvisación y la intensidad. Está diseñado textualmente de acuerdo a lo

sorpresivo y lo provocativo (ambas características del lenguaje performativo de Zerpa y

compañía). Su redacción se apoya en la participación colectiva -como Caliente Calientey

como el arte de acción, se completa con la respuesta del público (En envena la lectura

es totalmente personal y arbitraria).

Envena está lleno de sentencias y aforismos, lanzados como las frases que vocea un

performancista y, al mismo tiempo, contiene textos densos y muchas referencias claves

sobre artistas y autores, fuentes documentales e históricas, así como breves ensayos del

propio Zerpa que analizan desde la óptica del performance, fenómenos culturales y

personajes diversos como los fakires, La Lupe o su admirado Frank Zappa entre muchos,

muchos otros.

Este es un libro delirante, como lo debería ser un buen performance. Por mi parte, solo sé

que Caliente Caliente sucedió en dos ocasiones –en el Museo de Arte Moderno y en la

Escuela de San Carlos, en enero de 1982- Y que Carlos Zerpa realizó su performance

patriamoryosis. Doy fe que el valenciano Zerpa es desde entonces un artista querido y

respetado en este país. Me gustaría ver imágenes y conocer más sobre este evento. En

alguna parte de envena, Caliente Caliente está escondido o no estará, como debe ser el

intrigante final de un buen performance.

México DF, 9 de junio de 2010


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ZZ…En el arte definitivamente hay que atreverse, hay que participar de una subversión por la libertad total como dijo el querido maestro Frank Zappa…ZZ