Con la boca cosida
Santos Lopez.
a Carlos Zerpa
Tengo la boca cosida con brillantes anzuelos
En la última celda de la huida del sol.
Tres veces el alimento que no recibiste
Alzado contra la suerte del hambre y sus tijeras.
Sin voz en esta urna de palabras
Y sin tocar fondo en las sílabas del barrote.
Qué decir como nosotros en el más allá del mundo,
Sin nuestras familias,
Con el alma enrolada al patio de la Gran Casa;
Sabrá Dios el luto cuando dicen:
“Ese hombre es peligroso”.
Se muerde duro este Saturno
Tragándose a sí mismo en su restante.
Tengo un abrigo de queloides y cicatrices.
Totalmente muda mi mandíbula, sin soplo ni palabra.
He cosido mi boca, mi lengua y mi aliento
Al humo penitente de esta noche
Que mi abismo desciende, desciende
Y más desciende.
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