Pariendo Cabezas Vivas de Conejos
Carlos Zerpa
http://hermanoschang.blogspot.com/2011/03/pariendo-cabezas-vivas-de-conejos.html
Parecían pelotas de peluche blancas y orejonas, pero en realidad eran cabezas de conejos vivas con los ojos saltones y rojos. Eso eran y eso vendían en la tienda de mascotas “Pets & Things” de Canal Street en Nueva York, casi en la esquina del barrio chino.
Las tenían unas al lado de las otras como si se tratara de bolas de softball, pero eran cabezas vivas traídas directamente de Londres. Al aproximarte a ellas abrían los rojos ojos, movían rápidamente la nariz y si no estabas atento te mordían una mano y hasta te sacaban un buen tajo; no eran cosa de juego.
La historia de cómo llegaron a ese lugar para su venta se remontaba a un par de años atrás en la misteriosa Inglaterra.
En el mes de octubre del año 2009, Mary Tolf de 26 años de edad, quien vivía en el Village de Surrey, comenzó, en la madrugada de su cumpleaños, a parir 26 conejos blancos o para ser más preciso, a parir 26 cabezas de conejos.
La historia que contaban los vecinos de la ciudad, envolvía sexo, dinero, ambición, celos y escándalo; historias en las que también estaban involucrados algunos líderes del mundo que la rodeaba, a saber: el jefe de la policía, el ministro de la iglesia, el dueño de la tienda de alimentos, su padre y un hermano menor un tanto retardado mental.
El doctor John Howard, quien era partero y había practicado durante toda su vida profesional —digamos que por más de 30 años— cirugías en esa área, estaba muy convencido de que era verdadera la historia. Revisó profesionalmente a la joven, le hizo un examen minucioso y llegó a la conclusión que Mary sí había parido cabezas de conejos el día de su cumpleaños. Aseguraba que, de igual que manera que algunas de sus pacientes formaban tumores en sus vientres, ella formaba, como racimos de uva, estas cabezas de conejo.
La noticia se regó como la pólvora y al poco tiempo ya se estaba hablando del caso de Mary en Londres, y una comisión científica fue a buscarla.
Mary se vio obligada a mudarse a Londres y fue puesta en una clínica bajo una constante vigilancia por parte de los doctores que atendieron su caso. Además fue estudiado su misterio por científicos e investigadores venidos de todas partes del mundo. Las cabezas de conejos se conservaban en frascos con alcohol y las telas impregnadas de sangre fueron guardadas celosamente en una caja de porcelana con hielo. La reputación de todos estaba en juego, unos decían que ella sufría una especie de esquizofrenia y que tenía que ser recluida para su tratamiento en un psiquiátrico; otros hablaban de ella como una impostora y pedían que fuese llevada a juicio para poder verla tras las rejas; otros platicaban sobre posesiones diabólicas; unos la acusaban de practicar el sexo en el bosque con conejos machos que la habían preñado, o incluso de una posible relación con seres extraterrestres, quienes la inseminaron para sus experimentos genéticos.
Dos años después, en el mes de octubre del 2011, Mary Tolf, ya de 28 años de edad, comenzó de nuevo en la madrugada de su cumpleaños número 28 a parir uno tras otro conejos de color blanco o para ser más preciso, a parir entre agudos chillidos, solo las cabezas blancas de veintiocho conejos de ojos rojos e incisivos muy afilados.
Esas cabezas vivas, paridas esa noche, son las que ahora se están vendiendo en esa tienda para mascotas de Nueva York.
Esperando están por ti, para que tú también te puedas llevar una de esas a tu casa y ponerla a descansar en una almohadita, like a pet.
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