Todos los domingos en la mañana, desde hace ya un año.
A eso de las 7.30 a.m. salgo de la casa con mi pequeño hijo de tres años de edad, llamado Sebastián, a caminar un poco y a comprar los diarios dominicales.
La rutina es la misma cada domingo, vamos a visitar “el árbol de espinas” un gigantesco árbol de “Jabillo” cuya corteza esta repleta de miles de espinas, luego caminamos sobre un muro de piedras y entonces visitamos el “árbol seco” lleno de agujeros en donde viven los pájaros carpinteros, ahí levanto a mi pequeño hijo por la cintura, para que alcance una rama seca y se agarre fuertemente a ella, se cuelga entonces de la rama y se mece, luego lo bajo y proseguimos hasta el puesto de venta de revistas y periódicos, compramos la prensa y un chocolate de leche para Sebastián y luego regresamos a el hogar, haciendo el recorrido a la inversa, primero el árbol seco, luego el caminar sobre el muro de piedras, pasamos al lado del árbol de espinas y de vuelta a casa a leer los periódicos.
Hace un año hacemos este recorrido, semana a semana, pero la “magia” ocurrió tan solo hace un mes… la rama seca, del árbol seco, en la que se trepa y columpia mi hijito Sebastián, ha revivido, poco a poco comenzó a retoñar y hoy esta completamente cubierta de hojas verdes, y el árbol otrora hecho leña, también se ha contagiado de la “VIDA” del niño, y ya comienza a volver a la vida, llenándose de retoños, ramas verdes y múltiples hojas, ahora vienen los periquitos caras sucias a vivir en los huecos abandonados por los carpinteros ¿Es esto un milagro?
Pienso que es la energía de la vida, que cual transfusión se la ha suministrado un travieso niño, ahora el árbol tiene una “razón” para vivir… un árbol seco y talado que hoy retoña… y que aun tiene la vida, como diría Joan Manuel Serrat.
Han pasado ya cinco años desde que escribí esta historia, hoy Sebastián está a punto de cumplir sus ocho años y hemos ido juntos a visitar el árbol seco… que hoy en día es un frondoso y bello amigo.
6 comentarios:
Viste!!!, los milagros que te suceden,hay más belleza aquí que en ningún sitio,no lo olvides.
No permitas que nadie estropee la velocidad de la alegría.
la velocidad con la que brotan las ramas y las flores y los frutos.
Carlos... doblemente sorprendido y doblemente grato ha sido pasarme hoy por aquí y encontrar este escrito. Pues sí, la vida y la buena vibra se transmiten. Ese árbol le debe lo que es a tu chamo.
Carlos, hermano, qué historia tan bonita. Y que quede claro: tú estableciste ese vínculo poderoso que ahora existe entre Sebastián y el árbol que está retoñando.
Un gran abrazo y ¡qué viva la vida!
Que bella historia…
Yohami Zerpa
Cuida de ellos, Carlos.
Aramburu Borja
Para la libertad canto sueño y pervivo, para la libertad!
Tus manos en mis manos como un árbol carnal generoso y cautivo para la libertad!
Salud
Alfredo Tucci
Bien bueno ese cuento.
Pablo Antillano
Epale chamo como están, que bella esa experiencia, me recuerda a Carlos Emilio, el chamo esta de los más pila, que arrecho van a hacer esos niños.
Carlos germán Rojas
Hermoso texto, Carlos, que además de permitirnos internar en tu rutina personal, es eco de esa gran esperanza que muchos llevamos por dentro... Gracias por compartirlo.
Cariños,
Mariloly Díaz Benjumea
Muchas gracias por compartir tan hermosa experiencia.
Un abrazo.
César Salazar
Mí querido amigo:
Lo del árbol con tu hijo me encantó. ¿Será que estas enviando un mensaje de esperanza también sobre Venezuela? O en todo caso, es indudable que las buenas energías, en este caso las manitas de tu hijo, le iba sacando la sequedad al árbol y lo iba alimentando de verde y calor.
Recibe mis cariños de siempre.
Bachones
Maranto
Qué bello, vale, y sí, yo creo que hay "algo" que se transmite y que los seres aparentemente inanimados captan. Y el hecho de que los árboles no se muevan como nosotros, no significa que no sientan. Qué emoción maravillosa ver brotar la primavera en un tronco casi muerto. Milagros del amor...
Besos a todos,
Mara Comerlatti
Una nota esto! Yo creo en la energía por encima de todas las cosas... la buena y la mala... Viva Sebastián!
Cariños,
Guadalupe Burelli
Carlos,
Que belleza el cuento del árbol y Sebastián. Da para un cortometraje, para un libro de cuentos ilustrado para niños, hasta para un mensaje institucional que salga por TV, así, sin más. Una maravilla.
Abrazos,
Enrique Enriquez
Querido Carlos, Tu escrito es espléndido.
Cariño,
Daniel Medvedov
Estimado Carlos Zerpa
Es un relato estupendo, realmente fantástico e inquietante voy a colgarlo del árbol de la vida y circularlo en la red, quizás haya cosas semejantes ¿No crees?
Somos energía y parte de la naturaleza
Muchas gracias por compartirlo con los atentos saludos de
Mauricio Guerrero
Qué linda experiencia, Carlos
Un beso a la reina María Eugenia y otro a sus dos príncipes
Santos Lopez
Me gustó mucho lo del árbol
Un beso para Sebastián
Eddiguer Guerrero
¡Saludos a mi profesor Carlos!
Gracias por compartir la anécdota del pequeño Sebastián.
La fuerza y energía de un niño transforma cualquier cosa, cajita, piedrecilla, florcita, etc. en un fabuloso ser viviente.
El árbol de la espinas le ha sonreído a tu hijo Sebastián con su verdor. La naturaleza también nos comunica con sus colores y seres, su emotividad.
Saludos a tus hijos Yohami, Santiago, Sebastián y a tu esposa, la señora María Eugenia.
Con admiración: Tu alumna,
Guadalupe Rodríguez (GUROGA)
Carlos esto es una belleza!!! En estos momentos de tanta desesperanza, personal y colectiva, tus palabras regalan un rayo de luz,
Besos,
Roselia Level
Querido Carlos, me gustó mucho tu narración de tus paseos con Sebastián los domingos en la mañana. Si, los niños nos hacer ver muchas cosas que habíamos dejado de ver hace mucho tiempo. Una piedra, un pájaro, una hoja, un gato… ellos nos meten en su mundo y es maravilloso. Establecer comunicación con ellos es un gran reto. Lo he estado viviendo en los últimos 4 años con Eduardo, Jonathan y Gabriel, ellos han trasformado mi vida, es algo muy especial, son ritualistas.
Que bueno amigo! saludos a María Eugenia, Sebastián y el grandecito, no recuerdo su nombre, con afecto.
Antonieta Sosa.
Si, hay que creer en milagros.
Gracias por tu excelente texto...
Fraternalmente,
Clemente Padín
El cuento de Sebastián yendo contigo a comprar el periódico los domingos es una auténtica belleza.
Roberto Echeto
Me pareció muy bueno el del árbol que retoñó, un cordial saludo a todos
Se despide su amigo
Alberto Carvajal.
Los espejismos maestro, los espejismos de los árboles que retoñan... los espejismos de la vida que no es vida sino puro simulacro como diría el maestro Juanito B.
Un abrazo retoñil desde Xico, Veracruz (desde donde hacer imposible la vida a los demás): otro espejismo.
Rubén Bonet.
Gracias por compartir tus recuerdos y llevarme en la otra mano a dar una vuelta por el parque del árbol que retoña.
Julen Ladron de Guevara.
Carlos, me uno a los comentarios.
Sólo te dejo este poema de Montejo sobre árboles, que siempre me ha encantando. Sé que Juan Carlos Chirinos también le rinde culto en su novela.
Los árboles
Hablan poco los árboles, se sabe.
Pasan la vida entera meditando
y moviendo sus ramas.
Basta mirarlos en otoño
cuando se juntan en los parques:
sólo conversan los más viejos,
los que reparten las nubes y los pájaros,
pero su voz se pierde entre las hojas
y muy poco nos llega, casi nada.
Es difícil llenar un breve libro
con pensamientos de árboles.
Todo en ellos es vago, fragmentario.
Hoy, por ejemplo, al escuchar el grito
de un tordo negro, ya en camino a casa,
grito final de quien no aguarda otro verano,
comprendí que en un su voz hablaba un árbol,
uno de tantos,
pero no sé qué hacer con ese grito,
no sé cómo anotarlo.
lindisima esta historia, caracas es una cuidad increible. desde hace meses la mata de mandarina del jardin de la casa de al lado esta retoñando, muy poco a poco, la he visto de nuevo retonnar poco a poco, hace unas semanas comenzaron a crecer las mandarinitas y hoy para mi sopresa habia mas de 20 azuelejos comiendo mandarinas y cantando y revoloteando.ver esto en la mañana hizo que desde la mañana el dia fuese bellisimo!
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