¿Pero que hace una estrella del Rock como tú en un pueblito como éste?

¿Pero que hace una estrella del Rock como tú en un pueblito como éste?

Eran como las 7 de la noche y doce los hombres que estaban en esa sala, la mayoría de ellos con pantalones de cuero negro, con cadenas plateadas colgando de sus bolsillos, con botas altas de motociclistas, todos con el cabello largo, con melenas que bajaban por sus espaldas y una actitud de “metaleros”; ellos fumaban, hablaban y tomaban cervezas mientras escuchaban la garganta del cantante “Cavalera” de la banda de rock “Sepultura”.
Llegué a ese lugar de carambola, en verdad andaba con mi cuñado en busca de un amigo suyo tatuador, para que me dibujara con sus agujas, en color negro unos “tribales” en mi brazo derecho, íbamos al encuentro del “Ross Tattoo” estudio que quedaba en el segundo piso de este edificio, al cual había que llegar atravesando una peluquería de señoras llamada “Caramelo”, comenzaba el viaje dadaísta caminando entre mujeres que se pintaban las uñas, secadores de pelo y olor a laca hacia una nube de humo de cigarrillos, música roquera y olor a cerveza.
Al llegar saludamos al Ross y acordamos una cita en privado para el próximo lunes en la tarde, para lo del tatuaje que me quería hacer, aceptamos una cerveza fría y nos quedamos un rato entre los “heavy Metals” que hablaban sobre rock de los años 60s, ese rock que a mi tanto me gustaba.
Uno de ellos vestido completamente de cuero negro y con anillos de calaveras en sus dedos, aseguraba que la mejor canción realizada por el grupo “Pink Floyd” era “Kashmir” y otro melenudo en jeans le discutía que la mejor de todas era “Money”… En ese momento me atreví a interrumpirlos rompiendo el hielo y le dije al primero de ellos, que aunque en verdad “Kashmir” era una magnifica pieza, esta no era de los de los chicos del fluido rosado si no de otro maravilloso grupo, que era “Led Zeppelín”… Al instante y tal cual como te miran todo el rebaño de ganado vacuno cuando uno pisa un potrero, todos los de la sala guardaron un completo silencio y me miraron fijamente con ojos inquisitorios, pensé que me iban a coñaciar, cuando de entre el grupo surgió una voz autorizada y cual maestro les dijo, que yo tenía razón, que esa pieza era de “Jimmy Page y Robert Plant”, cosa que todos aceptaron como una gran verdad y sin problemas continuaron hablando como si nada hubiese pasado.
Este hombre mucho mayor en edad que los del resto de la reunión se aproximó a mi, obsequiándome una segunda cerveza, y con una sonrisa en los labios se presentó brindándome su mano y diciendo llamarse ”Steave”, me preguntó si yo era músico, le dije que me llamaba Carlos y que era un artista No convencional, que hacia instalaciones y performances, que obviamente no era músico, que yo era de los que estaban en primera fila escuchando a las bandas de Rock y aplaudiendo, que de verdad era un apasionado del Rock and Roll de finales de los 60s y comienzos de los 70s y ambos sonreímos.
Bueno y de eso fue de lo que hablamos, de Led Zeppelín, Grand Funk, Stevie Ray Vaughan, Pink Floyd, Frank Zappa, Rolling Stones, King Crimson, Deep Purple, Jimmy Hendrix, Eric Clapton, The Beatles, The Yardbirds; conversación que se mezclaba un tanto con David Bowie, Andy Warhol, el film Easi Rider, Woodstock 69 y la ciudad de Nueva York.
De pronto “Steve” me preguntó si conocía o había escuchado algo en ese entonces de un grupo llamado “Dinosaur”, a lo cual le dije que si, que no era uno de mis grupos favoritos, pero que recordaba con muchísimo placer cuatro canciones de esa estupenda banda británica, piezas que para mí fueron importantes como: “Iron Guru”, “Hot Rod Father”, “Chariot of Steel” y la estupenda “Moon Mambo”, hablamos de cómo “Max Broland” el líder y cantante de ese grupo murió por sobredosis de heroína, como ellos crearon lo que luego se llamaría “Rock Glamur”, mucho antes que el duque blanco Bowie, Lou Reed o Iggie Pop lo hicieran, imponiendo los “Dinosaur”, la estética de los trajes de leopardo y las boas de plumas, los trajes futuristas brillantes, las botas con plataforma, los peinados imposibles y los kilos de maquillaje y purpurina que utilizaban… y luego hablamos de cómo el magnifico y virtuoso guitarrista “Roy Welk”, había abandonado de pronto la banda un poco antes de la muerte de “Broland” y prácticamente había desaparecido del universo rockero, pues nunca más se supo de él.
En ese instante los ojos de “Steve” se pusieron brillantes y me contó parte de la historia que yo desconocía, de cómo ese estupendo guitarrista se había metido en una clínica a desintoxicarse de la heroína, los años de metadona, de sentir en carne propia lo que llaman el “cold turkey”, de cómo había sufrido con la muerte de su esposa y luego el saber lo de la sobredosis que llevó a la muerte a su gran amigo y líder del grupo, de cómo la banda de los “Dinosaur”, se terminaría abruptamente, de la necesidad que sintió de un cambio de aire, de cómo surgió un nuevo amor en su vida, una bella brasileña con la que se iría a vivir a Sao Paulo por varios años y de cómo un día al tomar un avión hacia Curazao, para desde allí partir hacia Suiza, su país natal para visitar a sus padres, de pronto se equivocó de vuelo y terminó en Venezuela en vez de Curazao, y de cómo en donde en el aeropuerto de Maiquetía, un joven roquero que viajaba con su guitarra, como un ángel de la guarda le dijo, que antes de irse de este país tenia que conocer a la ciudad de Valencia, capital nacional del Rock…
Y así fue como llegó aquí a Valencia en Venezuela y cambió su nombre de “Roy Welk “ por el de “Steve Stevens”, que se tiño el largo cabello para ocultar sus canas, que aunque ilegal ya tiene viviendo aquí 8 años, que tiene una mujer a quien ama que se llama “Maria del Carmen” y que toca primera guitarra en la misma banda en que nuestro amigo el tatuador “Ross”, que ya no lo asusta ni le inquita más el fantasma del “Dinosaur”, que lo acompaña un ahora y no un ayer, que forma parte deesa banda roquera llamada “Jailhouse Band“ en donde tocan puro Rock and Roll de los años 60s y 70s.
Yo boquiabierto sin probar aún un sorbo de la cerveza, le pregunté:
¿Pero que hace una estrella del Rock como tú en un pueblito como éste?
Viviendo mi momento muy feliz, sintiéndome vivo, dijo… y de nuevo ambos sonreímos en completa complicidad.

Lo siento amigos lectores, esta es una historia tomada de la vida real, los nombres de las personas, canciones y del grupo han sido cambiados para proteger la privacidad e intimidad de mi amigo Steve, nobleza obliga.